La cuestión de los derechos humanos es, cuando menos, risible. Pues, nada más y nada menos que los firmó el gobierno de Stalin –de ahí su ‘gran prestigio’-. Y, lo que es sorprendente es que todavía desconozcamos el credo onusino, y, es por esto, que los católicos no los entendemos. Fijémonos, en este artículo clave: Artículo 29. 3. Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso ser ejercidos “en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas” de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948. Indudablemente, las tinieblas no iluminan, ni “revelan”. Y, así, sólo los pueden entender los tenebrosos. ¿Alguien conoce cuáles son “los propósitos y principios de las Naciones Unidas”?, que se sepa no están publicados por el momento, hasta entonces, tendremos que ‘resignarnos’ –esto sólo es católico- a ‘seguir los que además dicen que no existe la verdad’. Bueno, locura, es pequeño delirio, para seguir un plan de vida así. ¡Dios nos guarde!
La cuestión de los derechos humanos es, cuando menos, risible. Pues, nada más y nada menos que los firmó el gobierno de Stalin –de ahí su ‘gran prestigio’-. Y, lo que es sorprendente es que todavía desconozcamos el credo onusino, y, es por esto, que los católicos no los entendemos. Fijémonos, en este artículo clave: Artículo 29. 3. Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso ser ejercidos “en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas” de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948.
ResponderEliminarIndudablemente, las tinieblas no iluminan, ni “revelan”. Y, así, sólo los pueden entender los tenebrosos. ¿Alguien conoce cuáles son “los propósitos y principios de las Naciones Unidas”?, que se sepa no están publicados por el momento, hasta entonces, tendremos que ‘resignarnos’ –esto sólo es católico- a ‘seguir los que además dicen que no existe la verdad’. Bueno, locura, es pequeño delirio, para seguir un plan de vida así.
¡Dios nos guarde!