
Por el R.P. Jaime Balmes
Enviado por María Luz López Pérez
Carta VII
La tolerancia.
La gracia y la fe. Doctrina católica sobre la fe. Historieta de un eclesiástico. Observaciones sobre la intolerancia de ciertos hombres. Injusticia e intolerancia de los incrédulos. Manifiéstase que un fiel puede tener idea clara del estado de espíritu de un incrédulo. Lo que debe hacer un católico antes de disputar con un incrédulo. En las disputas religiosas es necesario guardarse del orgullo.

Mis profundas convicciones, o, hablando más cristianamente, la gracia del Señor, me tiene firmemente adherido a la fe católica; pero esto no me impide el conocer un poco el estado actual de las ideas, y la diferencia de situaciones en que se encuentran los espíritus. Un escéptico me inspira viva compasión, porque desgraciadamente son muchas, en los tiempos que corren, las causas que pueden conducir a la pérdida de la fe; y así es que, al encontrarme con alguno de esos infortunados, no digo nunca con orgullo non sum sicut unus ex istis, «no soy como uno de éstos». El verdadero fiel que está profundamente penetrado de la gracia que Dios le dispensa, conservándole adherido a la religión católica, lejos de ensoberbecerse, ha de levantar humildemente el corazón a Dios, exclamando de todas veras: Domine, propitius esto mihi peccatori; «Señor, tened misericordia de este pecador».
******
Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen del autor.
0 comentarios:
Publicar un comentario