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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

17 de marzo de 2011

El Catolicismo en nuestra Historia


La Historia de los países hispanoamericanos, es la historia de España, por lo menos hasta su abrupta separación, alrededor de 1810; por tanto lo aquí glosado, para todos los íberoamericanos, es nuestra propia Historia. Cada vez que lea España, cada cual de los lectores lea México, Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, y un largo etc., pues éstas son nuestras raíces.
Y entiéndase, que de nuestra común raíz, nuestro actual desconcierto, y sin dudas nuestro común futuro, dependen de las fuentes en las que abrevemos, bien sean ellas las tradicionales, o bien las de las actuales "latinoamérica" (en minúsculas y pronunciadas en WASP), o de la indoamérica ( también en minúsculas y acuñadas por Chávez, Evo, Lugo, and why not? Kirchner).
El Cruzamante

por D. Juan Vázquez de Mella

Cangas de Onís (Asturias), 8 de Junio de 1861- Madrid, 28 de febrero de 1928

El catolicismo en nuestra historia. 17 de mayo de 1913. Discurso en la Real Academia de Jurisprudencia.


Tomado de ¡Avant!


se vínculo que une nuestra vida con la vida de la Patria nos obliga a mucho. A lo primero que nos obliga es a conocerla, y no se puede amar lo que se ignora. De aquí voy a deducir una consecuencia: que si es necesario conocer a la nación para amarla, hay que conocer su vida íntima, hay que conocer la directriz de su historia, el principio vital que ha informado su ser y todas las manifestaciones de su genio, y para conocer eso, cuando se trata de España, hay que conocer la Religión Católica.

Pero ¿es verdad que la Religión Católica constituye el elemento predominante y directivo de la Patria y de la nación española? Para negarlo, a fin de eludir la consecuencia de la enseñanza religiosa obligatoria, hay que negar su historia, es decir, negar a España, no tengo más que trazar ante vosotros las líneas más grandes y más generales de esa historia para demostraros que la Religión Católica es la inspiradora de España, la informadora de toda su vida, la que le ha dado el ser, y que sin ella no hay alma, ni carácter, ni espíritu nacional.

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