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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

9 de agosto de 2008

Animo destituyente


por el Dr. Aníbal D´Angelo Rodríguez


Este título tiene reminiscencias de encíclica pero es simplemente el de un artículo en el que trataré de razonar el estado de ánimo actual de una muy grande proporción de argentinos.
Desde la derrota en el Senado, el matrimonio Kirchner ha dado tres señales inequívocas de su real consistencia y de lo que puede esperarse de él. La primera señal fue el ridículo “decreto” por el que ordenaba a un ministro dictar una resolución. Por lo pronto, para dar una orden de ese tipo no es necesario un decreto. Sería lo mismo que hacer saber al ordenanza, por un decreto, que debe traerle un café a la Presidenta. Nadie argumente que una cosa es un ordenanza y otra un ministro, porque en el reino de los K esa aseveración es más que dudosa.

Pero además, los considerandos del decreto (que debieron serlo, en todo caso, de la Resolución a dictar) multiplican el ridículo. No son otra cosa que la versión, vista desde el resentimiento por la derrota, de lo sucedido en el país en los últimos meses. Y en esa versión los derrotados son vencedores “morales” y los vencedores unos enemigos del pueblo a los que los K les perdonan la vida de puro democráticos que son.

La segunda señal son las medidas tomadas con respecto a la Exposición rural. Si el “decreto” era ridículo, esto es pueril. “No me prestás el autito, no te presto mi caballito”. No pasa de ese nivel. Pero lo que lo hace grave es que demuestra que el matrimonio presidencial no distingue lo que son pertenencias del Estado – un regimiento, la Policía Federal – de lo que son instrumentos de gobierno. Del mismo modo que no parece tener muy en claro lo que es su patrimonio y lo que es el patrimonio del Estado.

La tercera señal – la más grave – fue la “conferencia de prensa” ofrecida por la Presidenta. Fue usada para manifestar que no hay autocrítica, ni conciencia de ningún error grave y que no darán ni siquiera medio paso atrás. Y usada también para defender a funcionarios impresentables y para mentir con total desparpajo y aire profesoral.

Basta. Nos damos por notificados de que este gobierno no tiene soluciones ni salidas. Que frente a la inflación – su más urgente problema – ha optado por el ocultamiento, un recurso que entra ya en el terreno de la patología mental. Que en materia económica ha decidido seguir con el tramposo laberinto de los subsidios, comprensibles en una situación de emergencia pero imposibles de mantener en el mediano plazo. Y que tiene una sordera total a los reclamos de la opinión pública. Por eso predomina en ésta, cada día más, el “ánimo destituyente” que no estuvo en las intenciones de los ruralistas pero hoy se instala sólidamente en la conciencia colectiva.

Pero también ha de decirse que este ánimo destituyente tendría ya mismo manifestaciones concretas si no fuera por el triste panorama que muestra la oposición. La Señora Carrió tiene una carrera asegurada en las revistas femeninas para volcar allí sus delirios semi místicos. El Doctor Lavagna no convence a nadie tras su fallido acercamiento al kirchnerismo. El Ingeniero Macri apuesta todas sus fichas a la gestión municipal, lo cual no sería mala idea en otras épocas pero no en esta, ávida de dirigentes con coraje. Por último, la oposición interna del peronismo da por ahora la impresión de ser un rejunte de resentidos y lastimados por los k y no una opción seria.Es este panorama desolador de la oposición el que mantiene en vida (política, claro) al matrimonio presidencial.

En estas condiciones, el ánimo destituyente corre grave riesgo de quedar en el limbo de las intenciones imposibles de llevar a la práctica. Podemos asistir entonces, a la larga agonía de un gobierno totalmente divorciado del país que le toca regir. O puede suceder que pese a la falta de alternativas viables las leyes inexorables de la política terminen por destruir a los k. En ese caso habrá crisis, caos y daños múltiples. Y el sufrido pueblo argentino volverá a recibir en sus asentaderas la patada que estaba destinada a las de otros.

Artículo tomado de Catapulta, que sugiero visiten.

El mismo día, Conmemoración de San Román, Mártir


San Román fue un soldado romano, que siendo el carcelero de San Lorenzo, fue testigo de los tormentos a los que fue sometido el Santo. Quedó tan edificado por la entereza del santo mártir que se convirtió al cristianismo y fue bautizado por el mismo San Lorenzo en su prisión. También dio su vida por confesar a Cristo.

9 de Agosto, Vigilia de San Lorenzo


8 de agosto de 2008

El error antropológico de Fukuyama



p0r el R.P. Alfredo Sáenz. S.J.




La cosmovisión de Fukuyama esconde graves errores en lo que toca a la concepción que tiene del hombre, es decir, a la antropología que subtiende sus aseveraciones, lo que en el fondo presupone un grave equívoco metafísico.




El hombre proyectado por Fukuyama, que es un hombre desarraigado, es el hombre que proviene de la Revolución francesa, de Hegel y de Marx, un hombre en parte absolutamente individualista, en parte colectivista -fruto de una suma aritmética de individualidades-, pero no un ser "orgánico". Este tipo de hombre es un ser mutilado. La filosofía que lo parapeta es una filosofía metafísicamente castrada, con todas las compensaciones dialécticas e imaginarias que tal estado supone, de un hombre que buscando su "libertad" plena, es indivisiblemente "esclavo" de sus engranajes.


Afirmaba Marcel de Corte que la libertad humana es, según se la ejercite, la mejor y la peor de las cosas: la salud que florece y la enfermedad que diseca, el desarrollo y el agostamiento, la fecundidad y la esterilidad, el arraigo y el desarraigo, Jano Bifronte.



Pues bien, se puede decir que la libertad comienza su ciclo de evolución patológica desde que el hombre se abstrae de su relación con el ser y con el mundo que lo circunda, de esa red de arterias y de venas, de raíces y de canales que lo religan a los demás y al cosmos(1).



El hombre de Fukuyama es un hombre que ha perdido sus raices, un hombre des-arraigado, fruto del gran proceso revolucionario del mundo moderno.



La obra esencial de las dos grandes Revoluciones que han tenido a Europa como escenario -la francesa y la soviética- ha sido, desde este punto de vista, la de disociar todas las religaciones que unían concretamente a los hombres entre sí, sea en el seno de su familia, de su profesión, de su pequeña o grande patria, e imaginar la sociedad política como un absoluto, diagramado por un pensamiento puramente lógico, merced al cual el individuo atomizado, errante en el desierto de una sociedad totalmente esterilizada, debía adaptarse al molde estatal(2).

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8 de Agosto, Festividad de San Juan María Vianney



San Juan María Bautista Vianney nació el 8 de Mayo de 1786 y fue Bautizado el mismo día. Era el cuarto de ocho hermanos. Como muchos otros santos, nuestro santo disfrutó de la preciosa ventaja de haber nacido de padres verdaderamente cristianos.Su padre era el dueño de una finca y su madre era nativa del pueblo de Ecully, el cual como Dardilly, el lugar donde nació el santo, estaban cerca de la ciudad de Lyons.Sería un error contemplar a la familia Vianney como ignorantes . Sin duda alguna ambos padres y los niños pasaban días arduos en los campos y viñedos, pero la conciencia de que por varios siglos esta tierra había pertenecido a los Vianneys , inspiraba a la familia con un legítimo orgullo y disfrutaban de la estima de todos aquellos que les conocían.La amabilidad hacia los pobres y necesitados era una virtud familiar; ningún mendigo fue nunca arrojado de sus puertas. Así fue como un día fueron privilegiados de dar hospitalidad a San Benito Labre, cuando el patrono de los mendigos pasó por el pueblo de Dardilly en uno de sus peregrinajes a Roma.Desde muy niño sus padres lo llevaban a los campos, donde aprendió a ser pastor y, cuando era mayorcito se iba a cuidar los rebaños. El campo era su lugar preferido, las flores, los árboles, toda la naturaleza le hablaba de Dios, en quien encontraba el descanso de su corazón.Con frecuencia se iba bajo la sombra de un árbol grande y allí, hacía como un pequeño altar donde ponía la imagen de la Virgen Santísima, que siempre llevaba y llevaría toda su vida junto a él; y a los pies de la Madre, descargaba su corazón con la confianza de un niño pequeño.En otras ocasiones llamaría a sus otros compañeros pastores y les compartiría las cosas del Señor que aprendía de su mamá, siendo éstas sus primeras clases de catecismo que luego, diariamente compartiría con los habitantes de Ars, siendo este uno de sus mas grandes ministerios como sacerdote. Tenía la costumbre de hacer la señal de la cruz, cada vez que sonaba el reloj.Francia en esta época de 1790, estaba pasando una gran crisis -La Revolución Francesa- que con el pretexto de implantar "Libertad, igualdad y fraternidad" desató una masiva persecución que llevó a la guillotina a muchos hombres y mujeres, incluyendo a muchos sacerdotes y religiosas.Los sacerdotes tenían que disfrazarse, cambiando constantemente de domicilio, para poder ministrar al pueblo de Dios, que permanecía fiel. Entre estos sacerdotes se encuentran dos que serán muy importantes en la vocación de San Juan: el Padre Balley y el Padre Groboz, quienes trabajaban ambos en Ecculy. Uno hacía de panadero y el otro de cocinero.Es en este tiempo en el que Juan Bautista hace su Primera Comunión en Ecculy, en la casa de su mamá. Buscando no llamar la atención de las autoridades, trajeron carros de heno y los pusieron frente a las ventanas y comenzaron a descargarlos durante la ceremonia para evitar conflicto. Juan Bautista tenía 13 años, y aún siendo tan mayorcito lágrimas corrieron por sus mejillas al recibir al Señor, y durante toda su vida hablará siempre de este día y atesoraría el rosario que su madre le regaló en esta ocasión.
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7 de agosto de 2008

El sentido cristiano de la vida


Tomado de Cabildo

El Profesor Jordán Bruno Genta es el autor de la conferencia cuyos párrafos más salientes reproducimos a continuación, y fueron pronunciados en la localidad argentina de Rosario, en la Provincia de Santa Fe, en el mes de agosto de 1972.
El Profesor Genta fue el formador de más de una generación de hombres de armas que supieron darlo todo, hasta sus vidas, en la guerra contra la subversión marxista que se desató durante la segunda mitad de la década del ’70.
La palabra esclarecida, valiente y enérgica del Profesor Genta fue una antorcha que iluminó el camino de la Verdad en tiempos donde muchos corren tras las fábulas. Su sangre (que derramara generosamente en aquella mañana del 27 de octubre de 1974, fiesta de Cristo Rey, cuando los subversivos al servicio del comunismo internacional lo asesinaron a la salida de Misa) refrendó, definitiva y virilmente, el testimonio de una vida que podría resumirse en una frase de San Pablo: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir ganancia” (Filipenses, I, 21).


Hoy vamos a hablar de dos programas de vida que tienen una meta, las cuales difieren del uno al otro de un modo tal que son exclusivas y excluyentes entre sí. Uno de los caminos, unos de esos programas de vida está hoy en pleno auge y en pleno desarrollo triunfal en el mundo: es el que se define en el materialismo ateo, o sea los caminos del marxismo.

El otro es el camino del cristianismo, el sentido cristiano de la vida, que humanamente pareciera estar en derrota. Hay un hecho que es evidente. Si el éxito fuera la prueba de la verdad de un sistema, de una concepción del mundo y de la vida, de un programa político, es evidente que el marxismo es el acontecimiento más exitoso de todos los tiempos.

Si uno piensa que el “Manifiesto Comunista” fue publicado a comienzos de 1848, ha pasado apenas un siglo y unos cuarenta años, y en ese tiempo ese manifiesto ha configurado un movimiento ideológico y político que domina la mitad del mundo y que tiene a la otra mitad entre sus garras.

No hay acontecimiento que tenga, digamos así, una extensión mayor que este, dimensiones tan grandes considerado en el plano humano temporal, como el marxismo comunista. El movimiento del comunismo ateo.

Cuando hoy la Iglesia insiste en que el ateísmo es el fenómeno más grave de nuestro tiempo, ese fenómeno está configurado en ese ateísmo sistemático, que es justamente el comunismo, y el comunismo es el éxito, es el triunfo; por eso vemos, inclusive, que hasta en el seno mismo de la Iglesia se suscitan movimientos, como por ejemplo el de los “Sacerdotes para el Tercer Mundo”, los cuales de un modo u otro aparecen con una afinidad, con el afán de asimilarse, de conciliar, de encontrar de algún modo la coincidencia con el movimiento marxista.

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El Pilar de la Hispanidad



por Patricio Borobio




Tomado de Arbil





Si Ella es Madre de todos los hombres, éstos son hermanos entre sí.


Eran las cuatro y media de la madrugada -noche oscura todavía cuando en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, de Zaragoza, comenzaba la Misa de Infantes. Ya, entonces se encontraba el amplísimo templo catedralicio totalmente abarrotado de fieles.


Así estaría en todos los instantes de ese doce de octubre. Y ahí oraba el pueblo y cantaba a la Virgen "abrazado a su Pilar".


Ese Pilar que simboliza la firmeza en la fe y que es guía en el camino. Rememora aquella columna que conducía, de noche y de día, en el desierto al pueblo de Israel.


Data el Pilar de los albores de nuestra era, de cuando -según la tradición- la Virgen María estuvo presente en Carne mortal, junto al Apóstol Santiago, ahí, en esa misma orilla del Ebro.


Este río da nombre a la península. Este hecho hace cristianos a los hispanos, lo que determina, ya una característica esencial de su ser. Estamos ante un momento bautismal. Y ante el inicio de una nueva etapa de la Historia.


Más tarde, durante el largo período de la Reconquista, es cuando, para Sánchez Albornoz, se fraguan los rasgos fundamentales de la personalidad del homo hispanicus.


Y éstos, evidentemente, vienen determinados por los dos grandes principios que le impelen a la acción: un ideal patriótico (recuperar la tierra perdida, la patria arrebatada) y un ideal religioso (defender con la vida la fe en peligro).


Mas, a la vez, por coincidencia en esas claves y en el solar de sus comunes raíces, se va formando, entre los cristianos peninsulares, la conciencia de un destino unitario -primera condición para realizar una empresa superior-.


Por eso, los diversos pueblos, condados y reinos se integran en las dos grandes Coronas de Castilla y de Aragón (que se corresponden, respectivamente, con los dos arranques de la Reconquista, de Covadonga y de San Juan de la Peña) y, después, estas Coronas se juntan, dando origen así a la España unida.


Aparece el primer Estado moderno. Termina, el secular rescate de la patria; ya es España de los españoles.


Pero éstos necesitan proyectar a otros Mundos el vigor acumulado en tantos siglos de esfuerzos denodados. Con palabras de Ortega: la unidad se hace para lanzar la. energía española a los cuatro vientos, para inundar el planeta, para crear un Imperio aún más amplio.


En ese momento Aragón ya está extendido por todo el Mediterráneo e incluso allende el Pirineo. Pero sólo unido con Castilla, en la superior síntesis nacional de España, es ésta capaz de proyectarse al orbe y de recoger la antorcha de la civilización que, siguiendo el sentido del sol, le ofrece el destino y con la que ya han iluminado la Historia las otras dos grandes penínsulas mediterráneas: Grecia y Roma.


Pero España no se contenta con las tierras y los mares. Poseedora de un descomunal coraje, quiere ser protagonista de la mayor epopeya de los siglos.


Salta a nuevos mundos que descubre y a los que lleva su sello, su lengua, su cultura, su fe; esa fe traída de Oriente, plantada una lejana noche de invierno en el Pilar y que va rebrotando en una fulgurante constelación de santuarios marianos, en España, en las nuevas Españas, en la Hispanidad entera.


Y es que el llamado por Américo Castro espíritu divinal es móvil primordial de la gesta hispana en América y, en consecuencia, llega a trascender a los principios de las Leyes de Indias.


Ofrecen ahora los españoles al Nuevo Continente las formas jurídicas y políticas que previamente habían creado en la península.


Y también practican allí lo que antes habían aprendido en su propio solar: la asimilación de otras culturas, el mantenimiento de la variedad de las particularidades, pero ensamblándolas en un todo esencial; incluso se unen realmente a los indígenas, quedando varias razas fundidas en una sola sangre.


En fin, ya está la misma patria a ambas orillas del océano; ya la misma Corona. Así convierten los españoles el Atlántico, hasta ahora desconocido, en el nuevo Mare Nostrum, el antiguo finis terrae ibérico pasa a ser el meridiano central de la Tierra.


En el océano recién descubierto, pero así mismo en el Pacífico y en todos los mares deja España su estela. Circunvala el Orbe, lo abraza.


Pero su acción no sólo se derrama físicamente a lo ancho de la superficie terráquea sino que se adentra en todos los conceptos universales trascendentes: crea en sus Universidades el Derecho Internacional, defiende en Trento la unidad del género humano, penetra con sus clásicos en la entraña del hombre, asciende con sus místicos a las más altas moradas.


Y así conocen, viven y propagan los hispanos de la edad dorada, esta fundamental idea: Tiene la humanidad una sustancial unidad. Comprenden de manera natural esa verdad sobrenatural, porque viven entrañablemente su filiación con la Virgen María y saben que si Ella es Madre de todos los hombres, éstos son hermanos entre sí. Luego, la esencia de lo hispánico tiende a disolverse.


Surgen ideologías señalando equívocos caminos. Sin embargo, un camino seguro que llega a su destino sigue siendo el marcado por el Pilar ("faro esplendente", se canta en su himno).


Por algo ese Pilar, además, está plantado (arriba, a su izquierda) en el lugar del corazón de España

7 de Agosto, Festividad de San Cayetano


San Cayetano nació en Vicenza (Venecia) en el año 1480 en el seno de una familia noble, su padre era el Conde Gaspar de Thiene y su madre María di Porto, su padre fallece cuando sus hijos eran pequeños.
Estudió Teología y Derecho Civil y Canónico en la Universidad de Padua en 1504 y en 1506 se trasladó a Roma para realizar estudios sacerdotales, siendo nombrado secretario privado del Papa Julio II, quien muere en 1513 lo que decide a Cayetano abandonar el cargo y estudiar durante 3 años para ser sacerdote.
Funda en Roma una asociación de clérigos denominada Cofradía del Amor Divino y posteriormente regresa a Vicenza donde ingresa al oratorio de San Jerónimo para trabajar con las personas menos favorecidas, como los pobres y enfermos incurables del hospital. Lo mismo realizó en Venecia a la que se traslada en 1520, donde debido a que era un hombre de fortuna la cual compartía con los pobres, fue considerado fundador del hospital.
Debido al momento histórico que el pueblo cristiano estaba atravesando, como eran la corrupción en el seno de la Iglesia y la posterior aparición del protestantismo y la Reforma, Cayetano se dirige a Roma junto con el Obispo de Teato, Giampietro Caraffa, Bonifacio Colli y Pablo Consiglieri, con quienes funda una orden de clérigos regulares llamada la "Ordo Regularium Theatinorum" o Congregación de los Teatinos (el nombre de padres teatinos que se da a los miembros de esa congregación , viene de Chieti, la teate Marrucinorum de los latinos, uno de los episcopados de Giampietro Caraffa), que tenía como finalidad principal la renovación del clero, la predicación de la sana doctrina, el cuidado de los enfermos y la restauración del uso frecuente de los Sacramentos, siendo aprobada la creación de la orden por Clemente VII.
Luego de mucho esfuerzo y trabajo, Cayetano cae enfermo en el verano de 1547. Los médicos le aconsejan poner un colchón sobre su cama de tablas, el respondió: "Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues, morir también sobre un madero".
Murió en Nápoles a la edad de 77 años, el domingo 7 de agosto de 1547.
Fue canonizado en 1671 después que la comisión encargada terminara de examinar rigurosamente los numerosos milagros.

6 de agosto de 2008

La confesionalidad de los Estados: un deber moral universal e inmutable


por José María Permuy


Frente a los que opinan que se trata de un asunto opinable, la confesionalidad del Estado es un deber moral exigido por la ley natural y, por tanto, universal e inmutable. El Estado debe actuar y legislar en conformidad con la ley natural, y el primero de los preceptos de esa ley es amar a Dios sobre todas las cosas, adorándole y dándole el culto establecido por El.
El Magisterio de la Iglesia ha sido constante y unánimemente partidario de la confesionalidad del Estado, y aquello que ha sido enseñado por la Iglesia siempre y en todas partes ha de ser creído como verdad de fe.
La ley es una prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad.
Ley natural es la ley eterna inscrita en la naturaleza.
Así pues, cuando León XIII, en su encíclica Inmortale Dei, sobre la constitución cristiana de los Estados, enseña que los Estados están obligados a dar culto a Dios porque así lo ordenan la razón y la naturaleza, está afirmando que ese deber moral de los Estados viene imperado por la ley natural.
La ley natural es universal. Obliga a todos los hombres de todos los tiempos y lugares, cualesquiera que sean sus creencias.
La ley natural es inmutable, no puede cambiar jamás, y ninguna situación o circunstancia puede modificar el contenido de la ley.
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6 de Agosto, Festividad de la Transfiguración de Ntro. Señor Jesucristo


Tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a Juansu hermano; y subiendo con ellos a un alto monte, se transfiguró en su presencia. (San Mateo, 17, 1-2).
Jesús, habiendo subido al monte Tabor con tres de sus apóstoles, se transfiguró en su presencia. Su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestiduras blancas como la nieve. Entonces aparecieron a su lado Moisés y Elías y conversaban con Él.

San Pedro, extasiado por el esplendor insólito de su Maestro, le dijo: "Señor, bueno es estarnos aquí; si os parece, formemos aquí tres pabellones, uno para Vos, otro para Moisés y otro para Elías".

Todavía estaba hablando, cuando una nube resplandeciente vino a cubrirlos, y oyóse una voz que dijo: "Éste es mi Hijo muy amado, en quien he puesto todas mis complacencias: ¡escuchadle!"


MEDITACIÓNSOBRE LA TRANSFIGURACIÓNDE JESUCRISTO


I. Jesús, para transfigurarse, se retira a la apartada montaña. ¿Quieres tú revestirte del hombre nuevo, que es Jesucristo? Huye de los estorbos y del tumulto del mundo. Además, recuerda que la obra de la conversión es una obra difícil; que hay que subir desde el fondo del abismo hasta las altas cumbres. Si quieres sanar de tus enfermedades y adquirir la verdadera sabiduría has de cambiar totalmente de vida 11 has de hacerte un hombre nuevo. (Salviano).


II. Cuando los Apóstoles estuvieron en el Tabor, sus ojos fueron iluminados y vieron a Jesucristo radiante de gloria. Cuando hayas comenzado seria mente la obra de tu conversión, te asombrarás de la ceguera en que vivías antes. Te llenarás de gozo en medio de tus dolores, porque siempre tendrás ante tus ojos a Jesús crucificado y porque imitando su paciencia en la tierra, te será dada la esperanza de su gloria en el cielo.


III. Jesús manifiesta su gloria a sus discípulos e inmediatamente después les habla de sus sufrimientos, a fin de animarlos a soportar los oprobios de su Pasión. Aprendamos de este misterio a sufrir por Jesús, con la esperanza de participar en sus recompensas; si nos niega los consuelos terrenales, lo hace para procurarnos más abundantes en el cielo. No nos extrañemos de las aflicciones que nos sobrevengan: no es en este mundo, sino en el otro, donde Jesucristo nos ha preparado la felicidad. ¿Qué te ha prometido Cristo? Si Él te ha prometido la felicidad de aquí abajo, tienes derecho a murmurar porque no te la dé. (San Agustín).


La mortificación: Rogad por los afligidos.


ORACIÓN


Oh Dios, que, en la gloriosa Transfiguración de vuestro Hijo unigénito, habéis confirmado los misterios de la fe en el testimonio de vuestros profetas, y que, mediante una voz celestial surgida de una nube resplandeciente, habéis anunciado de admirable manera la perfecta adopción de vuestros hijos, concedednos la gracia de ser coherederos del Rey de la gloria, y participar un día de su reino. Por J. C. N. S. Amén.

5 de agosto de 2008

5 de Agosto, Conmemoración de San Oswaldo, Rey y Mártir



Rey y mártir.



Nació, probablemente, en el año 605. Murió el 5 de agosto de 642.



Fue el segundo de siete hermanos, hijos de Ethelfried, quien era nieto de Ida, fundador del reino de Northumberland en 547. Su madre fue Acha, hija de Ella, o Alla, el cual había capturado Deira y la había separado de Bernicia del Norte. Osvaldo pasó su juventud en casa, mientras reinó su padre, pero cuando, en 617, Ethelfried fue muerto en batalla a manos de Redwald, Rey de Angles del Oeste, hubo de huir junto con sus hermanos para recibir protección de su tío, Edwin, hermano de Acha.



Hallaron refugio en la tierra de los escoceses, en el monasterio de Columba, en Hii, o Iona. Permanecieron ahí hasta la muerte de Edwin en la batalla de Heathfield (633). Su hermano mayor, Eanfrid, retornó entonces para aceptar la corona de Deira, mientras Osric, primo de Edwin, recibía Bernicia. De ese modo el reino quedó dividido de nuevo y ambas partes recayeron en el paganismo. Osric cayó en batalla al año siguiente y Eanfried murió a traición a manos del rey británico, Cadwalla. A consecuencia de ello Osvaldo bajó desde el norte, y en 635 ya había reunido en torno a sí a una pequeña banda de decididos guerreros, cerca del Muro Romano, siete millas al norte de Hexham, que después vino a ser conocido como Hevenfelt, o Campo Celestial. En ese sitio, alentado por una visión en la que san Columba le prometía la victoria mientras cubría su campamento con su manto, Osvaldo escogió una cruz de madera como su estandarte- el primer signo cristiano levantado en Bernicia- y combatió a los británicos, conducidos probablemente por Cadwalla. Los británicos fueron devastados y de ahí en adelante sólo les quedó defenderse.


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5 de Agosto, Festividad de Santa María de las Nieves.



Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia,
¡mira a la estrella, invoca a María!
(San Bernardo).

Santa María la Mayor, es una de las cuatro basílicas mayores de Roma. Las otras tres son: San Pedro del Vaticano, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán. La basílica de Santa María la Mayor parece ser que fue la primera iglesia que se levantó en Roma en honor de María y podemos decir, lo mismo que se afirma de San Juan de Letrán en un sentido más general, que es la iglesia madre de todas cuantas en el mundo están dedicadas a la excelsa Madre de Dios. Por esto, y por ser una de las iglesias más suntuosas de Roma, mereció el título de la Mayor. Así se la distinguía de las otras sesenta iglesias que tenía la Ciudad Eterna dedicadas a Nuestra Señora.En la Edad Media se adornó el hecho de su fundación con una leyenda romana que las lecciones del Breviario de hoy nos recuerdan.En tiempo del Papa Liberio, segunda mitad del siglo IV, existía en Roma un matrimonio sin hijos. Lo mismo Juan que su esposa pertenecían a la más alta nobleza. Eran excelentes cristianos y contaban con una gran fortuna que las numerosas limosnas a los pobres eran incapaces de agotar. Se hacían ancianos los nobles esposos y, pensando en el mejor modo de emplear su herencia, pedían insistentemente a la Madre de Dios que les iluminase.He aquí que la Virgen les declara de forma maravillosa sus deseos. A Juan Patricio y a su esposa se les aparece en sueños, y por separado, la Señora para indicarles su voluntad de que se levante en su honor un templo en el lugar que aparezca cubierto de nieve en el monte Esquilino. Esto ocurría la noche del 4 al 5 de agosto, en los días más calurosos de la canícula romana.
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4 de agosto de 2008

1er. Arquetipo: San Pablo



por el R.P. Alfredo Sáenz. S.J.

El mejor lugar para comenzar la contemplación de la figura de San Pablo es sin duda el camino de Damasco. Allí Saulo fue herido por la flecha del amor divino, que lo arrojó al mismo tiempo de su caballo y de su orgullo. Allí fue cambiado en otro hombre, lo fue en un instante y para siempre. «Señor, ¿qué quieres que haga?» (Hch 22,10) fue su pregunta, la que lo comprometió de por vida.Decía Hello que por esta radicalidad del cambio operado en el corazón del Apóstol, el camino de Damasco dejó de ser un mero lugar geográfico para convertirse en una locución proverbial. Su conversión fue radical, en el sentido etimológico de la palabra: sus raíces, antes hundidas en la tierra farisaica, se arrancaron de ese humus, pero no para permanecer al aire libre, sino para encontrar una nueva tierra de arraigo, Jesucristo. Y aquel hombre que había perseguido al Señor dijo que en adelante ya nada lo separaría de El.A lo largo de estas páginas vamos a ir delineando las distintas facetas de esta rica personalidad y lo haremos recurriendo casi exclusivamente a sus propios textos. Porque en sus epístolas, Pablo, que no en vano fue llamado «el Apóstol por antonomasia», nos ha dejado, sin pretenderlo, una semblanza de lo que debe ser el apóstol de Cristo.
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Sobre el honor y sus cualidades


por Pedro Jiménez de León


La primera definición de honor de la RAE (Real Academia Española) es: Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo.

Y por segunda definición tiene: Gloria o buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones heroicas, la cual trasciende a las familias, personas y acciones mismas de quien se la granjea.

El honor, un código harto olvidado hoy en día, y, sin saber como, repudiado o tomado a la ligera, es tachado porque no es "guay", ni progresista, es tomado, en muchos casos, como algo que debiera ser olvidado, enterrado y sellado para la eternidad.

Sin embargo, la definición explícita de honor nos dice que es algo bastante positivo. Empezando que es una "cualidad moral" (moral, es algo que escasea en la actualidad, la moral, está siendo sustituida por un morbo irracional. Algunas cosas que antes se considerarían inmorales, hoy en día son normales, como si fuesen algo bueno). Esta cualidad moral, obliga al cumplimiento de los deberes, no solo a demandar nuestros derechos, que también tenemos y debemos defender, sino al cumplimiento de los deberes, especialmente los morales.

Esto implica hacer lo correcto, regirse por una actitud correcta, un comportamiento correcto, en general, una vida de rectitud y devoción. No es algo que se consiga de un día para otro, y la vida coloca en situaciones donde es difícil saber que es lo correcto, por eso hay que tener una mente amplia y entrenada. Hay que saber meditar las acciones y medir sus consecuencias, conocer nuestros límites y tratar de romper barreras, siempre, en la dirección correcta. No tomar a la ligera nuestras palabras y nuestras acciones. Una persona de honor, es una persona que es capaz de tener una verdadera paz interior, puesto que no tiene nada de lo que arrepentirse dentro de su ser, puesto que siempre ha guiado su vida por el camino de lo correcto.

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4 de Agosto, Festividad de Santo Domingo de Guzmán


Nació en Caleruega (Burgos) en 1170, en el seno de una familia profundamente creyente y muy encumbrada. Sus padres, don Félix de Guzmán y doña Juana de Aza, parientes de reyes castellanos y de León, Aragón, Navarra y Portugal, descendían de los condes-fundadores de Castilla. Tuvo dos hermanos, Antonio y Manés.

De los siete a los catorce años (1177-1184), bajo la preceptoría de su tío el Arcipreste don Gonzalo de Aza, recibió esmerada formación moral y cultural. En este tiempo, transcurrido en su mayor parte en Gumiel de Izán (Burgos), despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.

De los catorce a los veintiocho (1184-1198), vivió en Palencia: seis cursos estudiando Artes (Humanidades superiores y Filosofía); cuatro, Teología; y otros cuatro como profesor del Estudio General de Palencia.

Al terminar la carrera de Artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo Canónigo Regular en la Catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando en un rasgo de caridad heroica vende sus libros, para aliviar a los pobres del hambre que asolaba España.

Al concluir la Teología en 1194, se ordenó sacerdote y es nombrado Regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia.

Al finalizar sus cuatro cursos de docencia y Magisterio universitario, con veintiocho años de edad, se recogió en su Cabildo, en el que enseguida, por sus relevantes cualidades intelectuales y morales, el Obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la misma.

En 1205, por encargo del Rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al Obispo de Osma, Diego, como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, tuvo que hacer nuevos viajes, siempre acompañando al obispo Diego a Dinamarca y a Roma, decidiéndose durante ellos su destino y clarificándose definitivamente su ya antigua vocación misionera. En sus idas y venidas a través de Francia, conoció los estragos que en las almas producía la herejía albigense. De acuerdo con el Papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas, se estableció en el Langüedoc como predicador de la verdad entre los cátaros. Rehúsa a los obispados de Conserans, Béziers y Comminges, para los que había sido elegido canónicamente

Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 establece en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se asocia a su obra.

En septiembre del mismo año, llega de nuevo a Roma en segundo viaje, acompañando del Obispo de Tolosa, Fulco, para asistir al Concilio de Letrán y solicitar del Papa la aprobación de su Orden, como organización religiosa de Canónigos regulares. De regreso de Roma elige con sus compañeros la Regla de San Agustín para su Orden y en septiembre de 1216, vuelve en tercer viaje a Roma, llevando consigo la Regla de San Agustín y un primer proyecto de Constituciones para su Orden. El 22 de Diciembre de 1216 recibe del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores.

Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de Agosto dispersa a sus frailes, enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él a Roma. Allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus frailes. Meses después enviará los primeros Frailes a Bolonia.

Habrá que esperar hasta finales de 1218 para ver de nuevo a Domingo en España donde visitará Segovia, Madrid y Guadalajara.

Por mandato del Papa Honorio III, en un quinto viaje a Roma, reúne en el convento de San Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios de Roma, para obtener para los Frailes el convento y la Iglesia de Santa Sabina.

En la Fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la Orden, celebrado en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las Constituciones. Un año después, en el siguiente Capítulo celebrado también en Bolonia, acordará la creación de ocho Provincias.

Con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, tras breve enfermedad, murió el 6 de agosto de 1221, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen sepultados. En 1234, su gran amigo y admirador, el Papa Gregorio IX, lo canonizó.

3 de agosto de 2008

Genio y figura hasta después de la sepultura


por el Dr. Aníbal D´Angelo Rodríguez

Tomado de Catapulta

Todo el mundo conoce el viejo cuento del escorpión y la rana. Ese según el cual el escorpión le pide a la rana que lo deje ponerse sobre sus hombros para cruzar un río. La rana se niega aduciendo que no confía en el escorpión, pero este alega que no hay por qué temer ya que, si la picara durante la travesía, los dos morirían. Como es un buen argumento, la rana acepta y comienza a nadar con el bicho sobre sus hombros. Pero en la mitad del río el escorpión hunde su aguijón en el anfibio y le inyecta su veneno. Agonizando, hundiéndose, pregunta la rana: “Pero ¿por qué haces esto?” y el escorpión, pereciendo a su vez, le responde: “Es mi naturaleza”.
He repetido aquí este muy conocido cuento porque se aplica con absoluta precisión al matrimonio presidencial. Muchos de los sesudos análisis y los bien intencionados consejos que hemos oído en estos días prescinden de toda consideración seria sobre la naturaleza de los Kirchner. De toda reflexión meditada sobre lo que son, lo que han llegado a ser tras una vida de “éxitos”: fortuna levantada en el lejano sur con su solo esfuerzo (más allá de la ayudita de la Circular 1050), sucesivas gobernaciones en la Provincia de Santa Cruz, edificación de un poder político asombroso tras ganar la Presidencia con el veintidós por ciento de los votos, triunfo en las elecciones legislativas de 2005 y en las presidenciales del 2007. Lo dicho: una vida de éxitos.
Claro, sólo los magnánimos entienden que el mayor peligro de una vida de éxitos son…los éxitos. Porque hacen imaginar a quienes los disfrutan que no tienen enemigos a su medida y los hacen adormecerse en una riesgosa confianza.
Así les sucedió a los Kirchner, una pareja pusilánime si las hay. Creyeron que podían “poner de rodillas” a cualquier enemigo. No tuvieron la grandeza ni la lucidez necesarias para entender que no todos se rinden con tres gritos y una humillación o con un golpe de dólares, que no todos tienen la estatura de Bendini o la de Borocotó.
Ambos K. conciben la vida y la política primero como conflicto, lo cual es acertado porque en efecto todo se presenta a los ojos del gobernante como conflicto de concepciones del mundo, de aspiraciones, de intereses. Es en el siguiente paso donde los K. se equivocan, cuando creen que el conflicto sólo se resuelve con confrontación. Son en esto marxistas, pues Marx pensaba en un solo conflicto – el de las clases – como explicación de la Historia y explicaba que ese conflicto se solucionaba sólo con la confrontación, la lucha de clases y la victoria de una clase sobre otra.
No es esta una acusación contra los K. porque sospecho que no han frecuentado demasiado los escritos de Marx. Lo que pasa es que tanto Marx como los K. responden a la mentalidad de la izquierda, esa modalidad confrontadora que comenzó en el Terror de la Revolución francesa y se continúa hasta nuestro tiempo pasando por los regímenes de terrorismo de Estado propiciados por la izquierda.
Los K. no supieron entender que la modalidad confrontadora no es útil como método único de gobernar una República. Que de pronto uno puede tropezarse con adversarios que tengan más poder real que el mismo Estado, adversarios a los que no hay forma – dentro de la tesitura republicana – de “poner de rodillas”. Pero ellos seguirán usando la táctica que tantos triunfos les deparó hasta más allá de la tumba.
Los K. están políticamente destruidos, aniquilados, muertos. Pierden su tiempo los que imaginan un posible paso a la razón, al pacto, al acuerdo por parte de los K. Como el escorpión, picarán la cabeza de la rana en el medio del río y se hundirán – fieles a sí mismos – aunque hagan caer en su enésima crisis al desdichado país que los alberga.
ADENDA: Basado en la misma idea aquí desarrollada, afirmé en un artículo anterior que los K. no se desprenderían de Guillermo Moreno porque era más que un alma gemela, era un pedazo de ellos mismos.
Sin embargo, hoy se habla con insistencia de la renuncia del polémico secretario de Comercio.
Creo que no hay contradicción. Cualquiera puede verse en la terrible necesidad de desprenderse de un pedazo de sí mismo. Pero eso requiere los esfuerzos y el shock de una amputación. De allí la resistencia desesperada de los K. a tomar la medida que el país entero reclama. Cederán, en última instancia, pero con la renuencia y el dolor de quien pierde un brazo.

Razón del miedo



por Gonzalo Fernández de la Mora

(para conocer al autor haga click sobre la imagen)


Miedo es la inquietud que se siente ante la representación de un mal. El pánico no es su forma suprema; es una emoción cualitativamente distinta porque está suscitada por un mal inminente que provoca bloqueo e inacción.
El mal presente produce dolor; pero en el miedo hay anticipación, presunción de un mal que todavía es virtual, imaginativo, sólo mental.
Se teme no lo que es en acto, sino en potencia. Parece absurdo un sentimiento penoso cuyo fundamento, aunque posible, es irreal; pero es una emoción orientadora y fértil, aunque no exclusiva de la especie humana.
El hombre es un ser asustado. Mucho antes del uso de razón, se siente dominado por un genérico miedo al dolor y a la soledad. El maduro enfrentamiento con la realidad suscita otros miedos: al mercado de bienes necesarios o suntuarios, a la competencia o agresividad del prójimo, y a la muerte. Estos temores son esenciales para la existencia humana; su ausencia es gravemente desestimulante y, en definitiva, letal porque vivir es permanecer en estado de alarma.Sin el miedo a la soledad, el niño no podría sobrevivir, porque únicamente puede perdurar al abrigo de otros, sobre todo del maternal. En los primeros años, aislarse sería suicidarse. El infantil miedo a perderse viene exigido por su menesterosidad natural. Es un temor imprescindible y eficaz. No es un absurdo, es un imperativo de racionalidad obvia.
La sociabilidad del adulto es difícilmente separable del miedo a la soledad. Se busca al amigo, al vecino, al colaborador, y también al amante, aunque en este último caso presione, además, el instinto genésico. Estar sólo es una carencia que atemoriza. Superarla es posibilitar la continuidad de la especie, el trabajo, la solidaridad, el amor y el progreso. El miedo a la reclusión robinsónica es un dinamismo radical.
Vivir es consumir, necesitar bienes. El adulto ha de cuidar de sí mismo, ha de prever y proveer. El temor a la menesterosidad mueve a formarse y a producir. La fabulosa hipótesis de Jauja no es otra cosa que la eliminación ideal de todo miedo a la pobreza. Tal lugar no existe. Innumerables necesidades en potencia son el estímulo del esfuerzo humano. Sin miedo a la indigencia se desaceleraría la Historia hasta aproximarse a la entropía social máxima.
Se teme a la inseguridad física y a la incertidumbre de la propiedad que imperan entre irracionales, la impropiamente llamada ley de la selva, que es simple anomia. Y ese temor mueve a configurar las sociedades políticas o a integrarse en ellas. La ciudadanía no suprime el miedo, sino que lo transforma y sublima: el miedo universal e indeterminado es sustituido por el concreto y previsible a los usos y normas penales. Una vez constituido el Estado, su fundamento real es la amenaza de coacción legítima. Cualquier otra interpretación es utópica. La fuerza de las leyes es proporcional a su capacidad ejecutiva real. No otra es la situación en ámbitos superiores: el relativo orden internacional es o hegemonía de una superpotencia o amenaza disuasoria de otras. Es, en definitiva, la consecuencia de miedos colectivos. En todas sus formas, el Derecho entraña coacción, y se volatiliza cuando deja de inspirar temor. La convivencia pacífica es compatibilización de los intereses individuales en función de normas constrictivas. Sin intimidación que amedrenta no hay Estado.
La seguridad colectiva es fruto del miedo.
La sociedad política subsume los plurales miedos al otro en el miedo al soberano y sus agentes. Se reglamenta la resolución de las pretensiones contrapuestas y, a veces, excluyentes. La guerra de todos contra todos se limita. El otro ya no es un agresor, sino un concurrente. Ese salto convivencial es consecuencia del miedo. Poco a poco se van ampliando los ámbitos de solidaridad: de la inaccesible cueva al recinto castreño, de ahí a la ciudad amurallada, luego al Estado y, finalmente, a la ecumene. Se ritualiza la lucha darwinista, se renuncia a la ley personal del físicamente más fuerte. Ese repliegue nace del miedo de los más débiles y del miedo del poderoso a la coalición de los demás. La especie multiplica sus posibilidades de avance cuando el otro deja de ser un enemigo mortal. El miedo a ese terrible escenario resulta pacificador. La racionalización del temor es lo que denominamos paz.
El nervio de la convivencia institucionalizada es el miedo a la ley. En las sociedades imperfectas, que lo son todas, se añade el desasosiego ante las facultades discreccionales del gobernante que arbitrariamente favorece o posterga. El aspirante a participar en el poder ha de observar sin pausa los gestos del soberano para atenerse a ellos, temeroso de caer en su desgracia.
El simple súbdito ha de optar entre el consenso dócil o la disidencia al precio del ostracismo, quizás temporal, pero la mayoría de los discrepantes tampoco se libra del temor a desagradar a su líder de la oposición. No hay disciplina partidista sin amenaza. Es imposible escapar a la coacción de la ley, y es muy dificil liberarse del temor político, incluso en los regímenes menos despóticos. Pese a las retóricas populistas, los goznes axiales de la cosa pública son el gendarme y el recaudador, y su máquina oscila entre el pavor y el temor. No es una sinrazón porque, como quintaesencia el refranero, el miedo guarda la viña.
El temor a la insatisfacción es el resorte de la invención creadora, utilitaria en muchos, autorrealizadora en algunos. Muchos descubrimientos son producto de miedos a insatisfacciones o a frustraciones. En un paraíso ultraterreno donde no exista el miedo no hay lugar para la investigación ni pura ni aplicada. En el mundo se sabe porque se teme.
Y el miedo a la muerte obliga a planificar una existencia limitada y, sobre todo, mueve a la religiosidad y a la adquisición de méritos para otro mundo. Los inmortales no han de esforzarse en ser buenos: ni los bienaventurados ni los proscritos mejoran o empeoran éticamente. El miedo a la muerte es un poderoso factor de moralización y de ordenación de las existencias individuales. Dios es independiente de las emociones humanas, pero los hombres le temen. Ese sentimiento ha sido uno de los más fecundos de la Historia.
El terrorismo es la explotación maligna del miedo; es estéril porque nace del rencor y de la venganza; es inhumano por su zoológica crueldad; es involutivo porque sólo es demoledor; es demencia, pasión y nihilismo.
Hay en el hombre algo de gacela pávida y, por tanto, en vigilia y riesgo. Pero los temores humanos no suelen ser sólo vías de supervivencia, son también motores de progresiva racionalización. Los desazonantes miedos azuzan al logos. Así es el "homo sapiens", aunque quepa concebir otro subjetivamente mejor.

3 de Agosto, Festividad de San Pedro Julián Eymard



El mes de julio de 1799 había pasado por La Mure el papa Pío VI, prisionero del Directorio. Durmió en la pequeña ciudad y a la mañana siguiente dio su bendición al pueblo apiñado en la plaza.Y la bendición del anciano Pontífice germinó en santidad.Cinco años más tarde llegaba allí un rico labrador arruinado en los días de la Revolución y ahora afilador ambulante. Era un buen cristiano y buen trabajador. Las cosas le fueron bien y pensó rehacer su hogar casándose en segundas nupcias. En aquel hogar nació el Beato Pedro Julián Eymard, el 4 de febrero de 1811. Encontró dos hermanastros, Antonio, que desapareció muy pronto enrolado en los ejércitos de Napoleón, yendo a jalonar con su tumba anónima los caminos de Rusia, y Mariana.Cuando el niño tenía cuatro años pasó por La Mure Napoleón, evadido de la isla de Elba. El aire se llenó de cantos guerreros y la presencia del emperador electrizó a la chiquillería, que en adelante jugó a las guerras y a los soldados. También Julián se divertía marcando el paso y llevando flamantes penachos de cartón.Era inteligente y de carácter resuelto. Su madre, una santa mujer, le llevaba todos los días a la iglesia para recibir la bendición del Santísimo. La presencia de Cristo en el sagrario llegó a ser familiar al pequeño. Un día des, apareció de casa. Le buscaron; todo inútil. Su hermana llegó angustiada a la iglesia. ¿Dónde estará? ¿Qué habrá sido de él? Y allí estaba el niño, subido en una escalera junto al sagrario. "Pero, niño, ¿qué haces ahí?" "Pues, nada; hablar con Jesús."Y nació la vocación religiosa.El modesto afilador había hecho una pequeña fortuna y comprado un trujal. Vivía por allí una niña heredera y el hombre había hecho sus cálculos para más adelante. Por eso, cuando el niño le dijo que quería ser religioso, el señor Eymard frunció el ceño y dijo: "No." Y cuando el señor Eymard decía "no" era difícil hacerle volver de su decisión. Esto lo sabia Pedro Julián, y mientras arreaba al borrico que movía el trujal, a escondidas de su padre, estudiaba latín. En el verano los seminaristas le corregían los cuadernos.
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