La Traducción
La selección de los escritos políticos de Santo Tomás así como la traducción que se ofrece aquí es obra de Juan Antonio Widow. Al respecto, el traductor, entre algunos otros conceptos, sugiere las siguientes consideraciones adicionales:
Tomás de Aquino se ocupa de los temas políticos en tiempos que no son de crisis. Situación que es fundamental para entender el estilo de sus escritos y el modo de tratar esos temas. Es ésta una gran diferencia que distingue su obra de la de otros filósofos políticos, como Platón, Aristóteles, san Agustín o, entre los modernos, Hobbes. El tema político ha sido siempre especialmente sensible a las circunstancias en que se escribe sobre él, debido a la imposibilidad que tiene todo hombre inteligente de abstraerse de condiciones que forman parte de la vida de su propio espíritu. Si Agustín escribía suDe civitate Dei bajo la impresión causada en su alma por el saqueo de Roma por las huestes de Alarico, y en vísperas de la irrupción de los vándalos en sus propias tierras del norte de África, Tomás, en cambio, compone sus obras en tiempos de Luis IX, el Santo, cuando Europa vivía el apogeo de la civilización feudal y de la cultura de la Cristiandad. La decadencia, que siempre está incubada en los momentos culminantes de una cultura, sólo iba a manifestar sus primeros síntomas hacia 1280, después de la muerte de Tomás. Esto significa que Tomás no encara el tema político considerado como problema universal. Lo único que para él tiene indudable universalidad son los principios de la política, entendida ésta como la parte más importante — pues de algún modo comprende a la monástica y a la económica — de la ciencia moral.
Esto mismo explica el hecho de que sus obras dedicadas al tema hayan sido pocas. Y no sólo pocas, sino inconclusas: De regimine principum es original suyo sólo hasta el capítulo 4 del libro II; el resto lo redactó Tolomeo de Lucca, quien en varios aspectos se aparta del pensamiento de su maestro. Lo mismo ocurre con el comentario a los libros Políticosde Aristóteles: dejó de redactarlo en la lección séptima del libro III, siendo continuado a partir de allí por Pedro de Auvernia. Y, aparte del brevísimo opúsculo De regimine iudaeorum, dedicado a la duquesa de Brabante, éstas son las únicas obras en que trata específicamente el tema político. En otras lo toca incidentalmente.
La presente selección se ha realizado de acuerdo a una ordenación temática, por lo cual en algunos casos no se respetado el orden secuencial de los escritos citados. Esto se notará particularmente en el caso del De regimine principum, obra de la cual se cita completo el libro primero, pero sin respetar la secuencia de sus capítulos. Las traducciones del latín son propias, salvo la del De regimine principum, que se cita según la versión castellana, con algunas modificaciones menores, del R.P. Victorino Rodríguez, O.P. (Editorial Fuerza Nueva, Madrid, 1978). Las traducciones se han hecho del original latino editado por Marietti, Taurini-Romae; salvo para los comentarios a la Escritura y a los libros de las Sentencias de Pedro Lombardo, que han sido traducidos de Opera omnia, Frommann-Holzboog, Stuttgart, 1980. Por último, es de advertir que se ha querido traducir no sólo los textos, sino también los títulos de las obras y el modo de citarlas.