26 de febrero de 2011
26 de Febrero, San Néstor, Obispo de Magido, Mártir
25 de febrero de 2011
El islam al alcance de todos
por Horacio Vázquez Rial
n realidad, no habría que hacer esta reseña: bastaría, para que el libro que comento, la Guía políticamente incorrecta del Islam (y de las Cruzadas) de Robert Spencer, se recomendara a sí mismo, con reproducir aquí el índice. Pocos se resistirían a la tentación de leerlo. Y supongo que no saldrían defraudados.
Yo esperé una obra así durante mucho tiempo. Tanto, que hasta pensé en escribirla a partir de los muchos y muy buenos textos que sobre el islam circulan entre nosotros: los de Serafín Fanjul, los de Gustavo de Arístegui, los de Ayaan Hirsi Ali, los de Bernard Lewis, el de Ibn Warraq, el de Bruce Bawer, desde luego… Pero ninguno de ellos se avino, por la excelente razón de que saben demasiado como para ponerse a hacer divulgación, a redactar un manual como el de Spencer, un epítome de crítica militante del islam.¿Que es de trazo excesivamente grueso? Tal vez. Tal vez no se deba decir, como él dice, que Mahoma es el profeta de la guerra, que el Corán es el libro de la guerra y que el islam es la religión de la guerra. Por si se ofenden nuestros amigos de la alianza de civilizaciones, Erdogán o Ahmadineyad. Tal vez no haya que decir que el islam oprime a las mujeres, el islam entero, no el expresamente yihadista. Tal vez no haya que decir que el islam se difunde por medio de la espada ni que es la religión de la intolerancia. Tal vez haya que plegarse a la idea de que hay personas de fe musulmana que son tolerantes, y que la tolerancia es inherente al islam, pero habría que hacerlo renunciando a la evidencia textual del Corán, a la biografía de Mahoma, a la prédica incansable de mil quinientos años, a la realidad de que, aun en Gran Bretaña, mueren asesinadas por motivos de “honor” doce mujeres cada año, de una de las cuales hablan en la tele en el momento mismo en que redacto estas líneas: una kurda, cansada de los malos tratos, que se separó de su marido y se enamoró de un “infiel”, y cuya familia contrató a un sicario, que la estranguló y la enterró en un jardín para lavar la honra de la familia. Tal vez no se deba decir, pero aunque no lo digas aparecerás en las listas de islamofóbicos: defenderse es una enfermedad en el universo Atman.
Spencer no se arredra; es extraordinariamente claro: el proyecto expansivo del islam es consustancial a la doctrina, al texto sagrado y a la actividad del profeta Mahoma en este mundo. Y proporciona todas las referencias necesarias para avalar su afirmación.
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¿Qué celebramos en Navidad?
por Juan Manuel de Prada
Pequeño entre los pequeños
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25 de Febrero, San Tarasio, Patriarca de Constantinopla, Confesor.
Tomado de Enciclopedia Católica
atriarca de Constantinopla, nacido en fecha desconocida; murió el 25 de Febrero del año 806. Era hijo del Patricio y Prefecto de Constantinopla, Jorge y de su esposa Eucracia y entró al servicio del Estado. En el 784, cuando Pablo IV, Patriarca de Constantinopla murió, Tarasio se convirtió en secretario imperial y en campeón de la veneración de las imágenes. Parece ser que antes de morir, el patriarca Pablo IV habría recomendado a Tarasio como su sucesor en el Patriarcado a la Emperatriz Irene, que era la Regente en nombre de su hijo Constantino VI (780-797).
Terminado el entierro de Pablo IV se reunió una gran asamblea popular ante el Palacio Magnaura para tratar el tema de la sucesión a la sede vacante. La Emperatriz hizo un discurso sobre el nuevo nombramiento al patriarcado y la muchedumbre proclamó a Tarasio como el candidato más valioso. La Emperatriz lo agradeció y manifestó que Tarasio había rechazado el nombramiento. Tarasio mismo pronunció un discurso declarándose a si mismo indigno de tal ministerio ya que, además, la elevación de un laico era muy arriesgada y la posición de la Iglesia de Constantinopla había llegado a ser muy complicada, ya que estaba separada de los católicos de Occidente y aislada de los otros Patriarcados orientales; en consecuencia, explicó, él estaría dispuesto a aceptar el cargo de Patriarca con la condición de que se restaurara la unidad y que, de acuerdo con el Papa, se convocase un concilio ecuménico. La mayoría del pueblo aprobó estas ideas y lo mismo la Corte imperial. Así, el 25 de Diciembre de 784, Tarasio fue consagrado Patriarca. En 785 envió al sacerdote Jorge como su legado al Papa Adriano I con una carta en la que anunciaba su nombramiento. En su respuesta, el Papa expresó su desaprobación a la elevación de Tarasio directamente de laico a obispo en contra de las normas canónicas, pero concedió clemencia para gobernar en vista de los ortodoxos puntos de vista del Patriarca y le reconoció como tal.
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24 de febrero de 2011
Contra-liturgias: Violaciones, permisiones, reacciones y prohibiciones
por el R.P. Terzio
Tomado de su blog Ex Orben estos días de expectación de la instrucción sobre el motu proprio Summorum Pontificum, resulta más clamorosa la impiedad litúrgica manifiesta y hasta gustosamente consentida y atrevidamente promovida por los que están considerados optimiores en nuestra Iglesia Católica (huelga decir que los peores considerados somos los católicos conscientes motupropristas - summorunpontificumistas (un servidor, el que esto escribe, entre ellos)). Pero voy a lo que decía, a ilustrar con una muestra lo que permite y/o le gusta a la mayoría de nuestra jerarquía:
Es una misa celebrada en la Iglesia de la Stmª Trinidad de Berna, el pasado 19 de Septiembre 2010, Domingo; celebra el párroco Gregor Tolusso (católico) y "concelebra" el pastor protestante Manfred Stuber, de la comunidad luterana de Berna.
Adviertan la soltura cargada de suficiencia con la que celebra el sacerdote católico, cómo toma y parte la oblata antes de pronunciar las palabras de la consagración, y cómo eleva luego, con esa premeditada (y seguramente muy ensayada) colocación de manos y Hostia (el anillo que luce es un chocante detalle, no siendo obispo, pero, dadas las demás circunstancias, un pecadillo sin importancia, una vanidad, una fruslería).
En el video parece como si después de la consagración de la Hostia se acercara el pastor protestante a consagrar el cáliz; pero no, no es eso, el vídeo está cortado. El momento en que accede el pastor luterano al altar es cuando toca rezar el Padrenuetro: Dice unas palabras, un comentario ecuménico sobre "la libertad en la diversidad". Y seguidamente rezan todos juntos el Padrenuestro.
Cuando llega la Comunión, el cura celebrante le da la comunión al pastor protestante. Y también le confía una de las píxides para que administre la comunión a los fieles presentes (no es de extrañar que los luteranos presentes, si los hubo, siguieran el ejemplo de su pastor y comulgaran también; no me consta pero lo deduzco).
Al término de la misa, le hicieron una entrevista a los dos, el sacerdote católico y el pastor protestante, que se explicaron con toda su turbadora confusión inter-ecuménica. Aunque el luterano dejó muy claro que donde los católicos veían a Cristo él sólo veía pan (se refería a la Comunión que hacía unos minutos había recibido).
La misa fue retransmitida en directo por la televisión suiza. Suiza es la patria del hace poco nombrado presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch. Ese es su "ambiente", que (probablemente) le influirá en su comprensión del ecumenismo católico. No estoy diciendo - sería temerario por mi parte - que el Cardenal Koch comparta los conceptos pervertidos que animan y la liturgia que violan los curas del estilo del párroco suizo Gregor Tolusso, el del vídeo. Lo que supongo es la influencia (¿mala/buena?) que casos como este, que suceden en su misma patria, ejercerán sobre el Cardenal Koch.
Aunque, a pesar de lo dicho, me atrevo a concluir con cierta desconfianza cuando no me consta que el párroco violador litúrgico haya sido amonestado, sancionado canónicamente y/o removido de su cargo pastoral. Por lo que deduzco que o bien se comparten ideas y formas, o bien se toleran, o bien no se atreven a intervenir. No sé decir cual de estas situaciones de no-respuesta/no-reacción sea más grave
Me hago estas reflexiones en esta misma semana en que un sacerdote francés, el párroco de Thiberville, l'abbé Francis Michel, se despedía de su parroquia y sus feligreses porque su obispo le abrió un expediente canónico, que Roma falló a favor del obispo y contra el cura párroco de Thiberville por haber cometido el horrendo (?) crimen (?) de celebrar la Misa tradicional en su parroquia, gozando del favor de sus feligreses pero en contra de los criterios de su desgraciadamente ya famoso obispo, Mons. Nourrichard, obispo de Evreux.
Y así están las cosas. Y eso es lo que tenemos. A la espera de la instrucción sobre el motu proprio Summorum Pontificum, como dije al empezar.
Un animoso ambiente, ¿verdad?
p.s. Obvio decir que las violaciones litúrgicas como las de Berna y de toda especie, aun peores, se perpetran cotidie por todo el Orbe, passim, bajo el cayado callado de nuestros impasibles, indiferentes, impertérritos, y/o displicentes prelados.
La construcción del Paraíso: Las Reducciones del Paraguay
Por José Luis Orella
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24 de Febrero, San Matías, Apóstol (en años bisiestos 25 de Febrero)
Y es un apóstol al que se cita siempre en segundo lugar, puesto humilde que se puede comprobar sin más que abrir el misal romano por el canon. Al principio del mismo, en la oración de comunión con los santos, se nombra uno por uno a los apóstoles, pero en esa lista falta precisamente Matías, aunque se nombra a otros doce santos no apóstoles, y se cita a Pablo juntamente con Pedro, siendo también Pablo apóstol posterior, que no perteneció al grupo de los doce. Si queremos hallar una mención de Matías en el canon, tenemos que buscarlo, como escondido y de incógnito, después de Juan Bautista y Esteban Protomártir, entre una lista de santos y santas. Un título más para que nos acordemos de este trabajador evangélico que, al contrario que otros santos, se vio exaltado en vida y se ve humillado después de su muerte.
Cuando se intenta trazar la semblanza histórica de este apóstol singular, hay que limitarse a lo poco que de él nos dicen los Hechos de los Apóstoles. Y lo poco que nos dicen es contarnos su elección. Ni siquiera lo vuelven a nombrar más. Lo que de él nos dicen escritos posteriores, aunque sean de autores calificados, no ofrece garantías de historicidad. Y las biografías apócrifas se han encargado de rellenar con aventuras de viajes y de milagros ese silencio de los Hechos de los Apóstoles.
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23 de febrero de 2011
La cruz, siempre la cruz
por Juan Manuel de Prada
Tomado de Religión en libertad
La frase es suficientemente explícita para que requiera mayor glosa o comentario: un signo de amor y redención es visto como «símbolo de muerte y venganza»; y tal inversión de las categorías —«¡Ay de los que a lo malo llaman bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!», clamaba Isaías— exige un grado de ofuscación moral que no se explica mediante causas meramente naturales.
Esa aversión a la Cruz es de naturaleza preternatural; y para entenderla plenamente hace falta recordar aquellas palabras de San Pablo a los efesios: «No es nuestra lucha contra la sangre y la carne...», etcétera. Un mero ateo puede ver en la Cruz un armatoste inservible o irrisorio; pero para ver en ella un «símbolo de muerte y venganza» hace falta «creer y temblar». Y ese temblor a modo de ataque epiléptico lo provoca el odium fidei, que a lo largo de los diversos crepúsculos de la Historia se ha manifestado bajo las expresiones más diversas, desde las más sañudas a las más sibilinas. En esta fase de la Historia, el odium fidei se disfraza con la coartada legalista propia del laicismo, que el gran Leonardo Castellani definía como «la sustitución de Dios por el Estado, al cual se transfieren los atributos divinos de Aquél, incluido el poder absoluto sobre las almas».
Mientras estas asociaciones de la llamada Memoria Histórica solicitan, por las bravas, la voladura de la cruz que preside el Valle de los Caídos, el Estado, más sibilinamente, prohíbe que se celebre misa en la Basílica, después de impedir las visitas turísticas, alegando que es preciso acometer obras de restauración en el recinto, cuyo resultado será el mismo que reclaman las asociaciones cristofóbicas, pero realizado a través de medios más finos: unos reclaman el empleo de la dinamita, nostálgicos quizá de episodios de cristofobia rampante como los que jalonaron nuestra Guerra Civil; los otros, más eficientes que nostálgicos, emplean dudosos informes técnicos e indudables grúas. Y lo hacen amparados en la coartada legal, pues el Valle de los Caídos se cuenta entre los monumentos administrados por Patrimonio Nacional, que puede impedir que se celebren misas en la Basílica y cepillarse los conjuntos escultóricos que la presiden, alegando que la celebración de tales misas entorpece el libre acceso de los ciudadanos al recinto, o bien —como parece que es la coartada legal elegida— que tales conjuntos escultóricos precisan restauración. Y contra la coartada legal nada vale, ni siquiera la ingenua invocación de la Constitución, que especifica que la libertad religiosa estará limitada por «el mantenimiento del orden público».
De modo que a los cristófobos finos o sibilinos que han decretado el cierre de la Basílica, después de haber dejado durante años que en ella se celebraran misas por concesión graciosa, les bastará alegar que la celebración de misas «altera el orden público» para justificar su acción. Y, una vez restablecido el orden, podrán incluso dar el gustazo a los cristófobos más sañudos de dinamitar la Cruz que preside el lugar: porque coartadas legales y dinamita son tan sólo expresiones diversas de un mismo sentimiento de los que «creen y tiemblan», que los viejos teólogos denominaban odium fidei. A ver si nos vamos enterando.
Las Virtudes Fundamentales: Introducción
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Sobre la virtud del Patriotismo
por el R.P. Alfredo Sáenz, S.J.
Tomado de “Siete virtudes olvidadas”
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23 de Febrero, San Pedro Damián, Obispo, Confesor y Doctor
Nacido en Ravena en 1007, Pedro era el último de los hijos de una familia pobre y numerosa, y después de muchas privaciones, habiendo quedado huérfano en la más tierna edad, fue educado con dureza por uno de sus hermanos mayores. Tratado como un esclavo, iba con los pies desnudos y vestido de andrajos, y ya en su temprana edad fue ocupado en apacentar los animales. Mas, compadecido de él otro hermano suyo, llamado Damián, hombre piadoso y de buen corazón, lo tomó a su cargo e hizo de padre con él. De este modo, Pedro pudo adquirir una sólida formación sucesivamente en Ravena, Faenza y Parma, y, en agradecimiento a su hermano, se llamó en adelante Pedro Damián. Más aún: con sus extraordinarias cualidades, a los veinticinco años era profesor en Parma y más tarde en Ravena.
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22 de febrero de 2011
Maeztu desde el 98 . (Semblanza de Ramiro de Maeztu)
por J. F. Acedo Castilla
tomado de Razón Española
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Las democracias islámicas
Las autocracias del norte de África siempre fueron vistas por los mahometanos como un impedimento para tal propósito; y, visto desde su perspectiva, no les falta razón. Son regímenes, en efecto, que dificultan o impiden la cohesión de la «umma», por atender otros propósitos espurios (sostenimiento de dinastías usurpadoras, permisividad con otros cultos religiosos, sometimiento a los dictados yanquis, etcétera). La restauración de ese quimérico califato que devuelva la conciencia de «umma» es la utopía tácita o confesa que ha alimentado todas las revueltas islámicas; utopía que una y otra vez se ha estrellado con la escasa capacidad política del temperamento musulmán, así como con trabas geográficas y étnicas diversas.
La democracia es una creación política a la que el cristianismo dio forma, con su teoría del poder divino que, a través del pueblo, se deposita en un gobernante; y, en sus manifestaciones últimas, ha devenido una herejía cristiana. Para un musulmán, la democracia es simplemente una blasfemia, una abominación repugnante; pues Islam significa «sumisión a Alá», y toda su dinámica religiosa tiende consiguientemente a proclamar la majestad inaccesible de Alá y la insignificancia del hombre creado, a quien no le resta otro destino sino acatar con sentido fatalista el abismo infranqueables que separa la divinidad desencarnada y la humanidad débil y sometida. Si un musulmán se aviene a hablar de «democracia» es para referirse, en términos que al occidental pasen inadvertidos, a una recuperación de la «umma» o comunidad de creyentes. Lo que de estas revueltas salga no serán, como los ilusos pretenden, regímenes democráticos, sino un Islam más robusto en el caso de que cuajen; y un Islam más enviscado y áspero en el caso de que fracasen. Y, en uno y otro caso, dolor, mucho dolor, como el que ya están padeciendo las minorías cristianas en Egipto, mientras por aquí seguimos tocando el arpa, en loor a ese oxímoron delirante llamado democracia islámica.
22 de febrero, la Cátedra de San Pedro en Antioquía
El Evangelio es del cap. 16 de San Mateo.
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
Y respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque ni la carne ni la sangre te lo ha revelado, sino mi Padre que está en los Cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que atares sobre la Tierra, será atado también en los Cielos; y todo lo que desatares sobre la Tierra, será desatado también en los Cielos.
21 de febrero de 2011
Son teólogos que han perdido la Fe
Por el R.P. José María Iraburu
Tomado de su blog Reforma o Apostasía
El escrito, aprovechando que el río Pisuerga pasa por Valladolid, parte de «los abusos sexuales a niños y jóvenes cometidos en el Colegio Canisio de Berlín por sacerdotes y miembros de órdenes religiosas». Aquel horror ha sumido desde hace un año a la Iglesia Católica en Alemania «en una crisis sin precedentes», ocasionando en muchos cristianos el convencimiento de que «son necesarias reformas profundas». Como «no se vislumbran apenas reformas que miren al futuro», éstas que los firmantes proponen son tan necesarias y urgentes que, si no fueran acogidas, «un silencio sepulcral echaría por tierra las últimas esperanzas», y «no significaría más que la calma de la tumba». Tremenda situación.
¿Y cuáles son esas reformas «profundas» tan urgentes? ¿Reafirmar la divinidad de Jesucristo, su condición única de Salvador, la virginidad de María, la fe en la Iglesia como «sacramento universal de salvación», la distinción real entre sacerdocio ministerial y común? ¿O se intenta recuperar la misa dominical, la oración y los sacramentos, especialmente el de la penitencia, casi extinguido? Etc.
No. La salvación de la Iglesia exige absoluta y urgentemente «la renovación de las estructuras eclesiales». Es imprescindible que haya «más estructuras sinodales en todos los niveles de la Iglesia». Es absolutamente necesario afirmar con más fuerza la libertad de conciencia, la opción por la justicia y los pobres, la participación de los fieles en la elección de Obispos y párrocos, el reconocimiento de que «la Iglesia necesita también sacerdotes casados y mujeres en dignidades eclesiásticas», la no exclusión (se entiende, de la Eucaristía) de las parejas adúlteras o de las parejas homosexuales. Todo metido en un mismo saco.
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Crítica literaria: Dumont, Jean: El amanecer de los derechos del hombre. La controversia de Valladolid, trad. esp. ed. Encuentro, Madrid 1997, 280 pág
Por A. Landa
Tomado de la revista Razón Española
Es un hecho único en la historia que un soberano pregunte a un grupo de expertos si es lícita la consolidación y extensión de su Imperio y que se manifieste dispuesto nada menos que a retirarse de América, como exigía Las Casas. Si tal dictamen hubiera sido seguido, hoy el Nuevo Mundo se encontraría en una situación similar a la del Africa negra.
Según el autor, el vencedor dialéctico y, en último término, político fue el ponderado y realista Sepúlveda, frente al extremoso y fabulador Las Casas. Así se desprende de los documentos y de la Historia puesto que España continuó colonizando y evangelizando hasta mediados del siglo XIX. En su paroxismo, Las Casas, poco antes de morir, no sólo instaba al Papa para que condenara la conquista española, sino que maldijo a su Patria en estos apocalípticos términos: "Dios no puede sino volcar sobre España su furor y su cólera". Afortunadamente, no fue así.
El autor, a modo de introducción, demuestra que la cuestión de conciencia acerca de la licitud de la empresa americana se plantea ya en tiempos de Isabel la Católica, y las Relecciones de Vitoria son un alto testimonio de esa inquietud de doctrinarios y gobernantes. También las sucesivas Leyes de Indias van expresando tal preocupación moral.
El autor reconoce en Las Casas un amor a los indios; pero valora muy negativamente sus escritos, sus actitudes fanáticas y sus contradicciones. Exalta en cambio a Sepúlveda, el gran humanista traductor de Aristóteles y jurista eximio.
Esta es una magnífica monografía sobre un tema capital de la historia de España. Fue entonces cuando realmente amanecieron los derechos humanos puesto que los reyes y los teólogos se plantean la cuestión de los derechos fundamentales de los amerindios por el simple hecho de ser hombres, derechos anteriores a cualquier ley positiva. El autor desarrolla su tema con gran erudición y con equilibrado criterio. Un resumen de este libro debería constituir lección obligada en los estudios medios de todo hispanoamericano.
La historia de Alonso de Salazar. Cuando la Inquisición salvó a las brujas.
Tomado de El Manifiesto
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21 de Febrero, San Robert Southwell y Compañeros, Mártires
Muero, pero mi muerte es vida sin fin;
Mi muerte-vida es una negación de mi vida-muerte
Y la Vida que me espera coronará mi vida mortal.
(San Roberto Southwell)
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20 de febrero de 2011
El buen camino
Por Juan Manuel de Prada
Tomado de XLsemanal
Y, entretanto, nadie se ocupa de explicar cuál es ese «buen camino» al que se refería la teutona. O, en el mejor de los casos, se designa como «ortodoxia económica», «ajuste fiscal», «reducción del déficit» y demás bombas de humo con que oculta la verdadera naturaleza de las «reformas» acometidas por nuestro perro caniche, a quien la plutocracia internacional ha obligado a reducir la deuda pública. ¿Y cómo se ha reducido dicha deuda? Pues mediante un procedimiento muy sencillo, que consiste en beneficiar a los ricos y acogotar a los pobres (esto es, a quienes dependen de una remuneración fija, llámese salario o pensión): subiendo los impuestos sobre la renta, reduciendo los salarios, postergando o racaneando el pago de las pensiones.El «buen camino» señalado por la teutona Merkel, jaleado por los banqueros y asumido por nuestro perro caniche consiste, en fin, en apretar las tuercas a quienes dependen de un sueldo para subvenir sus necesidades, mientras se protege a quienes viven opíparamente de las rentas del capital; esto es, a quienes invierten en «productos financieros». A esto se llama plutocracia, que significa gobierno de los ricos.
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