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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

23 de abril de 2011

Santoral Católico del 23 de Abril


  • San Jorge, Mártir
  • San Adalberto, Mártir
  • San Aquileo, Mártir
  • San Félix, Mártir
  • San Fortunato, Mártir
  • San Gerardo de Toul
  • Beata Elena de Udine
  • Beato Gil de Asís
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.




SAN JORGE
Mártir

os santos jóvenes —los de nuestro siglo— difícilmente podrían venir al mundo de incógnito. Sus fotografías, el rostro de los santos, corren de mano en mano y nunca faltan más o menos retocadas en la cubierta de sus vidas. Cosa que no pasa con los santos veteranos. San Jorge, por ejemplo, podría pasearse tranquilamente a pie o a caballo, y hasta pasar a nuestro lado con cara de labriego holandés, viajante florentino o distinguido militar, sin que lográramos identificarle.

En los archivos de los historiadores —esos pobres hombres que se pasan la vida masticando polvo de biblioteca— la ficha de San Jorge casi está en blanco. Los más sabihondos sólo han puesto, y a lápiz, estas palabras: "Mártir en Oriente a principios del siglo IV". No es de extrañar. Nosotros apuntamos en un papel el día y la hora de visita al dentista, la dirección del notario, pero ningún novio, para no olvidarse, apunta en su agenda el día de su boda, ni ninguna madre escribe en una libreta el día del cumpleaños de su hijo. Las fiestas grandes se recuerdan fácilmente. Y los grandes santos —a San Jorge le llaman en Oriente "el Gran Mártir"— no han tenido necesidad de huellas dactilares ni de partida de nacimiento, legalizada y todo, para sobrevivir al tiempo. Estad seguros: la vida de San Jorge no la hallará nunca nadie en los mamotretos sin color, calor ni vida de los beneméritos historiadores.

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22 de abril de 2011

Santoral Católico del 22 de Abril

  • Santos Sotero y Cayo, Papas y Mártires
  • San Agapito I,
  • San Alejandro, Mártir
  • San Epipodo, Mártir
  • San Leonidas, Mártir
  • Santa Oportuna
  • San Teodoro de Sikeon
  • Beato Francisco de Fabriano
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


SANTOS SOTERO y CAYO
Papas y Mártires


Muy pocas noticias conocemos sobre la vida y el pontificado del papa San Sotero (166-175). Las principales son las contenidas en el Liber Pontificalis y en la Historia Eclesiástica, de Eusebio. Pero lo poco que conocemos, unido al fondo de la situación eclesiástica de aquel tiempo, nos permite reconocer en este Papa a uno de los más típicos representantes del siglo II.

Era originario de Fondi, en la Campania, e hijo de Concordio. A la muerte del papa Aniceto, el año 165, le sucedió en el trono pontificio, en un tiempo en que la Iglesia se debatía contra diversas clases de enemigos. El Liber Pontificalis nos da de él dos noticias en particular: en la primera nos comunica que prohibió a las mujeres tocar los sagrados corporales y quemar incienso en las congregaciones de los fieles. La segunda nos refiere su actividad, que podemos llamar jerárquica, con la ordenación de un buen número de sacerdotes y diáconos y once obispos, destinados a diversos territorios. Por lo que a esto último se refiere, se deduce claramente de aquí la actividad de este Papa en el desarrollo creciente de la Iglesia. Lo primero nos presenta un lado muy característico de este pontificado, que es su decidida intervención frente a las herejías del tiempo, pues claramente se ve que, por la limitación de la intervención de las mujeres en los ministerios litúrgicos, trataba de oponerse al montanismo, entonces en su apogeo, que daba a las mujeres excesiva participación en las cosas de la Iglesia.

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Santoral Católico del 21 de Abril


  • San Anselmo de Canterbury, Obispo y Doctor
  • San Ananías,
  • San Simeón Barsabas,
  • San Anastasio I de Antioquía,
  • San Beunón, Abad
  • San Simeón Barsabas, Mártir
  • San Conrado de Parzham
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.



San Anselmo de Canterbury, Obispo, Confesor y Doctor


El relato de la vida de San Anselmo ha llegado hasta nosotros de la manera más auténtica y fidedigna, por medio de un discípulo suyo, compañero en sus viajes y testigo de la mayor parte de las cosas que cuenta u oyó contar a su maestro. Tal es Eadmero. Su biografía es un modelo, porque no se contenta con narrar los hechos externos o los milagros del Santo al estilo de un San Gregorio Magno en su Vida de San Benito, o del monje Grimaldo en su Vida de Santo Domingo de Silos, sino que, adelantándose a su época, se adentra en su alma, nos describe su carácter, sus costumbres, su modo de gobierno, sus virtudes, en una palabra, su psicología, resultando una biografía amena al par que instructiva y edificante, y realizando el aforismo de Horacio: Miscuit utile dulci.

Nació nuestro Santo el año 1034 en Aosta, ciudad de Toscana, situada en un valle muy ameno, rodeado de montañas y colinas, en cuyas faldas crecen viñedos y frutales, y que en aquel entonces pertenecía al reino de Borgoña. Aún se conserva una casa con una habitación llamada de San Anselmo.

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20 de abril de 2011

Santoral Católico del 20 de Abril


  • San Teótimo, Obispo y Confesor
  • Santa Inés del Monte Pulciano, Virgen
  • Santa Hildegunda
  • San Marcelino de Embrun
  • San Marciano o Mariano
  • Beato Hugo de Anzy
  • Beato Simón de Todi
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.




San Teótimo, Obispo y Confesor



an Teótimo honró a Dios entre los pueblos bárbaros de la Escitia, a los cuales instruía en la fe, tanto por medio de conversaciones piadosas cuanto por sus predicaciones. Un bárbaro alzó la mano para apoderarse de él y quedó inmóvil en el aire hasta que el Santo hubo hecho oración por él. Esos pueblos, asombrados por su extraordinaria abstinencia, por su dulzura, por su caridad y milagros, llamábanle dios de los romanos. Murió hacia el año 403.


El mismo día: Santa Inés de Montepulciano




Santa Inés del Monte Pulciano, Vírgen


a santidad nunca es, en la Iglesia, un fenómeno aislado. Su vitalidad es regida por la ley de una ósmosis misteriosa, pero infaliblemente cierta.

Los santos nunca aparecen como hechos solitarios en el curso de la Historia. Otra santidad, otras santidades anteriores, habrán contribuido en tensar su voluntad y en sobrenaturalizar su vida. Y a la vez será inevitable su influencia elevadora para otras almas que les seguirán.

Debe ser necesariamente así, habida cuenta de la constitución íntima del organismo sobrenatural de la Iglesia. Es un "cuerpo" social con una vida. Y la vida tiene manifestaciones múltiples, variadísimas en sus miembros, según su misión personal y la coyuntura histórica en que debe desarrollarse. Hay una influencia interna, oculta: la de la vitalidad interior de todos los cristianos entre sí, en la unidad del Cristo místico, trascendiendo las fronteras del espacio y del tiempo.

Mas hay también una influencia más palpable. Por afinidad de vocación, de talante espiritual, por cercanía, aun accidental en apariencia, la santidad concreta de un alma puede tener un influjo evidente en la santidad bien concreta de otras almas contemporáneas o posteriores. Es la clave de la floración de las familias religiosas cuando viven en el fervor de la observancia.
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19 de abril de 2011

Santoral Católico del 19 de Abril


  • San León IX, Papa y Confesor
  • San Vicente de Colibre, Mártir
  • Beato Jaime Ducket, Mártir
  • San Alfegio de Canterbury, Mártir
  • San Expedito,
  • San Usmaro, Abad
  • Beato Bernardo El Penitente
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.



San León IX, Papa y Confesor


eón IX (1048-1054) es, indudablemente, uno de los más insignes papas. Su gloria principal consiste, además de la santidad y virtudes personales que le distinguían desde su juventud, en haber sacado a la Iglesia del estado de decadencia general en que se encontraba a mediados del siglo XI y haber iniciado el movimiento de reforma, que culminó poco después con Gregorio VII (1073-1085) y los papas que le siguieron.

Llamábase Bruno, de la familia de los condes de Alsacia, y estaba emparentado con los emperadores alemanes Conrado II y Enrique III. Nacido en junio de 1002, estudió en la escuela episcopal de Toul al lado de su primo Adalberon, que fue largo tiempo obispo de Metz. Ya en su juventud dio pruebas de las excelentes cualidades de su espíritu, y después de una enfermedad, cuya curación atribuyeron todos a un milagro de San Benito, decidió entregarse de lleno al servicio de Dios en el estado eclesiástico. Cursados brillantemente y con extraordinario fruto los estudios eclesiásticos, bien pronto se ganó la confianza del nuevo obispo Hermann de Toul, y ya desde entonces comenzó a manifestar la gran estima que tenía de la obra reformadora realizada por los cluniacenses y las Ordenes monásticas.
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Imagen de culto e imagen de devoción (1)




(...) Quede, (...) en claro, que a diferencia del cuadro de tema religioso, el icono es arte sagrado. Ya se lo utilice en el orden doméstico para la oración familiar, o en la iglesia para la liturgia, es siempre objeto de un verdadero culto, lo que lo diferencia sustancialmente de la simple imagen de piedad, que con frecuencia se usa tan solo con fines de ornamentación. (...) Nadie ha penetrado como (R) Guardini en la diferencia que existe entre lo que él llama "imagen de culto" y la "imagen de devoción".

Expongamos aquí lo principal de su análisis. Por imagenes de culto entiende Guardini al Cristo de Monreale, la Madonna de la iglesia de Torcello, los Santos de San Apolinar, y todo lo a ellos semejante en mosaicos, vitraux, esculturas y pinturas.

En cambio, llama imagenes de devoción al Cristo de Miguel Angel, la Madonna de Tiziano, las figuras de Rafael, Rubens, y cuanto tiene algun parentesco con dichas imagenes. La imagen de culto no procede de la experiencia interior del artista, sino del ser y el gobierno de Dios, que obra sobre el mundo a traves de sus palabras y de sus "gestas", y particularmente por el misterio de la encarnación del Verbo. (...) La imagen de devoción, en cambio, brota de la vida interior del individuo, sea del artista o del que la encarga, sea del pueblo o de la época, con sus corrientes y tendencias propias. También este tipo de imagenes se refiere a Dios y a su gobierno, pero como procediendo de la piedad humana.

Es decir, mientras que la imagen de culto parece venir de la trascendencia, la imagen de devoción surge de la inmanencia, de la interioridad.

De El icono, esplendor de lo sagrado, P. Alfredo Saenz SJ, Gladius, 2004.

Imagen: Virgen y el Niño (mosaico S. XII-XV) en Santa Maria della Assunta, Torcello, Venecia, It.


Lauda Jerusalem

Iraburrando, 7ª puntata






por el R.P. Terzio



Visto y tomado de su Blog EX ORBE




a están las siete pedradas, a mano, sin honda. Y como una piedra se parece a otra piedra, un articulete al otro, como una tamborrada con variaciones. Yo mismo me veo obligado a quasi lo mismo, practicando el género de la variación sobre un mismo tema.

Sin embargo, ahora que ha cumplido la amenaza, el oráculo iraburrita debería haber considerado dos actualidades que le quitan consistencia a la ferocidad de su discurso. A saber:



Esto
y esto que ha pasado en China y esto, que ha pasado aquí.

De esto que ha pasado aquí me dicen que ha tratado muy fogosamente el sub-Iraburu, la voz delegada de Infocatódica. Me parece muy bien. Como no tengo el mal gusto de leerle, no puedo citarle, pero me imagino el discursete conociendo el verso y el vate.


¿Y qué dicen, qué opinan de ello? Porque si la pedrada más pesada e hiriente es la del cisma-cisma-cisma con repetición, me digan qué son estos dos casos sino cisma-cisma-cisma. Pero de verdad.


Con los chinos parece que se sufre la resaca de la ostpolitik de los '60-'70, un virus que todavía infecta y emborracha a la diplomacia vaticana. Lo de las ordenaciones en China, además de su ilicitud, es un secuestro. Pero con dispensa: Una nota, dos comunicados, unas palabritas etc. Pero excomuniones, ni una. Excomuniones que en estos casos penan ipso facto, latae sententiae, código automático. Pero con los chinos no. Por eso que no se sabe bien explicar y que no se explica.


Lo del vasco-etarritarri es lo que es, sin más. Pero se trata de un cisma-cisma. También con dispensa de pena, sin censura. Se le deja estar porque levantar esa tapadera es abrir la sentina del barco. Del otro barco, en realidad, porque a estas alturas a ver quien es el docto que me convence de que este Azurmendi y el otro Pagola navegan en la Barca de Pedro y no en la
Txalupa de Patxi. O como se diga en jerga vasca. Lo que quiero decir es que estos dos y los de su peña ni creen lo que yo, ni predican lo que yo predico, ni celebran lo que yo celebro. Pero este cisma, el de esta tribu, ni se reconoce, ni se declara, ni se purga.

Aquí el sabio Iraburu y que explique cómo y porqué el caso de los chinos y el de estos dos españoles. A ver. Sobre el caso de estos dos de aqui, yo le pediría un excursus sobre su fe actual en la 'iglesia actual' de la actualidad, porque más bien (más mal) parece que son creyentes en una iglesia-ficción del futuro que ellos se imaginan y/o se inventan. Una iglesia sin credo, sin dogma ni teología, que cree vagamente en un tal Jesús de Nazareth, un 'judio marginal' semi-neblinoso, que no es Verbo ni Hijo, sino insuficiente protagonista accidental de una historia mal contada por eso que llaman 4 evangelios (bueno, 3 de hecho porque el 4º no es de recibo para estos tipos).


Pero tranquilos, que no habrá siete pedradas contra este tandem, ni contra los chinos tampocos. No. Las pedradas a los católicos-católicos, a los integérrimos, a los inflexibles, a los sólidos. A esos. Los cañones contra ellos que son el enemigo, a las armas contra ellos que son los cismáticos, los que han roto y cuarteado la túnica inconsútil (¡¡¡???).


Este septenario irabureño ha valido, de todas formas, para algo: Ha dejado al sujeto en su sitio, en sus coordenadas. La mar de tieso, como un Don Tancredo en el ruedo. Desde los burladeros, la cuadrilla aplaude y piden dos orejas y rabo, agitando pañuelos de emoción.


Pero los toros no se han lidiado. Como en una de esas corridas de charlotada se ha falseado una lidia que no es tal porque ni había toro, ni toreros, ni plaza siquiera. Sólo un Don Tancredo en el ruedo. Y sus monosabios.


Lo más patético son los desengaños, las frustraciones, las llagas que supuran, los callos y las mataduras que salpican el discurso. Y así y todo se repite el disco rayado de que somos los sanos y que los tísicos son los otros, los que tienen su organismo capaz, higienizado, vacunado, con dieta sana y en forma. Los que no se han movido de su sitio mientras todos los demás bailaban el tango del aggiornamento.


+T.


18 de abril de 2011

Buena música: A. Vivaldi: Lauda Jerusalem

Ponencia del R.P. Angel David Martín Rubio, sobre La Actual Persecución Religiosa


El tema que nos ocupa esta mañana (¿Vuelve la persecución contra la Iglesia?) puede centrarse a partir del ámbito conceptual más amplio y complejo de las relaciones Iglesia-Estado. En este terreno cabe reducir las muchas cuestiones que podrían plantearse a dos referencias fundamentales:

— Si el Estado o poder público debe profesar la religión católica e inspirar en ella sus leyes y fines de acción o, por el contrario, debe adoptar una posición que oscila entre la neutralidad o la positiva hostilidad ante las materias religiosas.

— Qué consideración jurídica debe recibir la Iglesia Católica y en que términos legales tiene que encauzarse el desarrollo de su actividad. Cuestión esta que, en buena medida depende de cómo se solucione la primera parte del problema aunque no deje por ello de ser conflictiva.

A la primera cuestión, la respuesta de la teología católica y de la práctica promovida por la Iglesia en las relaciones Iglesia – Estado sostiene que el Derecho y el Estado son sujeto capaz de una inspiración religiosa adecuada a su propia naturaleza. El Derecho positivo debe concretar un Derecho natural que se asienta en la suprema ley divina y el bien común que la autoridad civil reconoce como fin no es ajeno al destino sobrenatural del hombre sino que se debe ordenar a él.
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Santoral Católico del 18 de Abril


  • San Eleuterio, Obispo y Mártir
  • Beato Andrés Hibernón, Fraile
  • Beata María de la Encarnación, Viuda
  • San Galdino de Milán, Obispo
  • Beato Andrés Hibernón, Fraile
  • Santa Antia, Mártir
  • San Eleuterio, Mártir
  • San Apolonio El Apologeta, Mártir
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.





San Eleuterio, Obispo y Mártir

(¿456?-531) nació en el pequeño reino franco de Tournai, en la actual Bélgica, en una época en la que diversos reinos bárbaros, no todos cristianizados, se disputaban entre sí los vestigios del Imperio Romano de Occidente.

Cuando era joven, su familia tiene que trasladarse a Blandin, debido a una incursión de los alemanes de Tolbiac. Probablemente ahí conoce a Teodoro, quien quizás haya sido obispo de Tours. Junto con San Remigio, logran la conversión del rey franco Clodoveo I, en 496, con lo que consiguieron la paz religiosa.

Luego de expulsar a los alemanes y recuperar Tournai, Clodoveo se hizo bautizar el día de Navidad, junto con tres mil soldados, por San Remigio, obispo de Reims. A partir de esta instancia, San Eleuterio se convierte en el primer obispo de Tournai, que de hecho es la primera capital de Francia (diez años más tarde Clodoveo habría de conquistar París, estableciendo ahí su sede).

Después de la conversión formal del rey, y por consiguiente de todos sus súbditos, a San Eleuterio le correspondió la parte más difícil, que era la de la cristianización individual de las personas, las cuales, en su opinión, debían abandonar por su propia voluntad la idolatría.

Los francos eran un pueblo bastante rudo y apegado al paganismo, por lo que su labor fue ardua. Pero aparte de esta lucha, a San Eleuterio le tocó batallar contra varias herejías del cristianismo que se propagaron durante esa época.

San Eleuterio viajó a Roma y se trajo las reliquias de Santa María Egipcíaca y de San Esteban protomártir. Sus restos descansan y son venerados en la catedral de Tournai.

17 de abril de 2011

Ponencia de D. José Miguel Gambra, sobre la Actual Persecución Religiosa


Reproducimos a continuación las brillantes, claras y rotundas palabras de Don José Miguel Gambra, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en el acto que tuvo lugar el pasado 14 de Abril, en la Facultad de Derecho, en respuesta a las profanaciones y sacrilegios cometidos en Madrid. Lean y difundan estas letras que son en realidad la arenga católica necesaria para una obligada reacción:

Agradezco a FORO su invitación para hablar en esta ocasión, felicito a D. Javier Esparza y a D. Ángel David Martín Rubio, por su brillante intervención, y doy las gracias a la Dra. Martínez Sicluna, que me ha introducido como miembro de esta universidad. Sin embargo, aunque estoy unido a ella desde hace treinta y tantos años como profesor, prefiero no presentarme de esa manera, sino como presidente del Círculo de Estudios Tradicionalistas Antonio Molle Lazo. Y no me quiero presentar como profesor de esta casa, porque los actos sacrílegos en ella realizados enturbian tanto el prestigio de esta que fue venerable institución, que pertenecer a ella ya no es para mí un honor. La totalidad de los méritos acumulados, durante más de quinientos años, por los sabios que han pertenecido a la Complutense no basta para enjugar la afrenta cometida en Somosaguas contra Nuestro Señor.

Dirán ustedes, sin duda, que esta apreciación es en extremo injusta, pues la Universidad Complutense no puede responsabilizarse de los desmanes cometidos por sus alumnos. No es así. Para convencerse basta ver las reacciones oficiales de sus autoridades: los actos sólo fueron condenados de manera formularia, las autores no han sido expedientados y las asociaciones que los han perpetrado no han sido ilegalizadas. Al contrario, se les han concedido los locales del centro de Madrid para que desde allí irradien su anticatolicismo a toda la ciudad convocando la procesión atea proyectada para el Jueves Santo.
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El icono como expresión de la Gloria




l icono reverbera con el esplendor glorioso de la luz, según puede advertirse en las imágenes radiantes de Cristo, la Virgen y los santos. La santidad es luz interior. La Iglesia reconoce la posibilidad de traducir en la lengua de las formas, de las líneas y de los colores el resultado de la acción divina en el hombre. En los iconos, el brillo interior del santo parece concentrarse en el rostro, según aquello que la Iglesia canta al Señor en su liturgia:"Tu luz resplandece en el rostro de tus santos".



De El Icono, esplendor de lo sagrado, R.P. A. Saenz SJ, Ed.Gladius, 2004.

Virgen de la Ternura por Elena Storni.

Tomado del Blog del Taller de Iconografía San Nicolás, que recomendamos visitar.

17 de Abril, Domingo de Ramos en la Pasión de Nuestro Señor







Sermón del Domingo de Ramos (1989)



por el R.P. Gustavo Podestá













odos los años, los israelitas piadosos, juntándose en grupos, desde los más diversos puntos de Israel, se encaminaban en procesión a Jerusalén, la Ciudad Santa. En el ponerse en movimiento hacia allí, hacia el monte Sión, hacia el Templo, representaban exteriormente, escenificaban, el camino de la existencia, que oscuramente presentían llevaba a alguna parte, tenía sentido, significado. No desembocaba en el absurdo, la oscuridad, la nada.

También para nosotros será Jerusalén, la Jerusalén celestial, la finalidad de nuestra cristiana vida y, también eso, nosotros lo solemos significar en diversas peregrinaciones:

La peregrinación a Santiago o a Roma en Europa. Nuestras peregrinaciones a Luján. Nos reconocemos en marcha, en camino y la consigna es no detenerse, avanzar. La meta espera.

Y la alegría de la llegada. Cuando por fin se divisan, a lo lejos, las agujas de las torres de Luján.

En el Medioevo, cuando los romeros, por la Via Flaminia, al llegar a la cima del Monte Mario, finalmente veían, por vez primera, el maravillosos espectáculo de Roma.

Así también era el monte de los Olivos para los que llegaban a Jerusalén. Desde allí se veía finalmente la Ciudad Santa en todo su esplendor y los peregrinos prorrumpían en gritos de alegría y alborozo. Habían llegado al final del camino.

Y, para la ocasión, el júbilo de haber llegado se expresaba con una oración que ha llegado a nosotros y que es el salmo 118 que finalizaba con la frase: “Yhavé da la salvación”. En hebreo “¡Hosanna!” y, entonces, desde la ciudad, les contestaban, recibiéndolos. “ Bendito el que viene en nombre de Jahvé; desde la Casa de Yahvé los bendecimos”.

Pero hoy el que llega a su meta no es cualquiera. Los discípulos de Jesús modifican el versículo de bienvenida: “¡Bendito el Rey –dicen– que viene en nombre de Jahvé!” Y Jesús ha proclamado simbólicamente esta su condición regia, al mandar requisar sin dar explicaciones (como tenían derecho los antiguos reyes) un asno de ceremonia para su ingreso. Y también como solo a los reyes, alfombran con sus capas los soldados su camino.

Pero algunos tienen miedo: ‘no es prudente' dicen, ‘los romanos se enojarán', ‘las autoridades se asustarán', ‘los poderosos reaccionarán'.

Y Jesús les contesta con la enigmática frase: “os aseguro que si ellos callan, gritarán las piedras”.

Porque esta frase no hay que entenderla como una metáfora para expresar la necesidad que tienen los discípulos en su alegría de reconocer en voz alta la realeza de Jesús. Su sentido es mucho más trágico. Si hubiéramos seguido leyendo a Lucas habríamos visto inmediatamente seguir a lo que escuchamos al principio de la Misa que Jesús ‘llora por Jerusalén' y pronuncia esa frase fatídica que termina “no dejaran en ti piedra sobre piedra”.

Y así, pues, hay que entender la frase de Jesús: ‘aunque los discípulos callen, habrá otra manera mucho más terrible de proclamar que Jesús es el rey'. Las piedras de la ciudad de Jerusalén en ruinas proclamarán a gritos, con su testimonio elocuente, que esa ciudad, por medio de sus autoridades, se negó a recibir al rey que venía a ofrecerle la paz.

Y Jesús llora por su patria. Él es judío hasta lo más profundo de sí mismo, por eso verdaderamente hombre. Porque no se encarnó en la humanidad universal, en el hombre apátrida y sin familia de la social democracia y de la ONU. Él fue verdaderamente hombre, porque era un ser humano profundamente enclavado en su tierra y en su herencia de sangre y, por eso mismo, fue hombre universal y modelo para todos, dispuesto como estaba a dar la vida por su patria amada.

Pero su país no lo reconocerá. Buscará otros caminos ajenos al heroísmo de su estirpe, a la fe de sus mayores los profetas, a la alianza con Dios. Preferirán las componendas con los poderes de este mundo, con el imperialismo romano, la alianza con el oro, la custodia de una falsa paz sin honor y sin dignidad.

Y al final, lo mismo, no quedará piedra sobre piedra.

Y el triunfo de Jesús, que pudo ser su propio triunfo, más allá de su proyección en frutos de Resurrección y de Vida se encarnará luego en otros patriotismos y en otras sangres constructores de cristiandad.

La Semana Santa de este año se nos viene -más allá del bochinche artificial del circo eleccionario- cargada de oscuros presagios. Entre una dirigencia apátrida enemiga de Cristo, y prudentes que no se deciden a proclamarlo rey en voz alta, todos extraviados del único fundamento posible de la verdadera paz.

También nosotros, pues, lloramos por la patria. Y ya los escombros de lo que fue un país están por gritar lo que callamos y no supimos defender los discípulos y lo que silenciaron los fariseos.

Ya están los clavos forjados; ya el leño cortado y cepillado en un rincón de la carpintería de Pilatos. Ya las treinta monedas contadas.

La peregrinación de Jesús llega a su fin.

El rey llega a ofrecer la paz, a reclamar su trono a Jerusalén.

Santoral Católico del 17 de Abril


  • San Aniceto, Papa y Mártir

  • Beato Rodolfo de Berna, Mártir

  • Beata Ana María de Jesús, Virgen

  • Beata Clara de Pisa, Viuda

  • San Esteban Harding, Abad

  • San Inocencio de Tortona

  • San Roberto de Chaise-Dieu, Abad

  • Beato Everardo de Marchthal, Abad

  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.






  • San Aniceto, Papa y Mártir


    San Aniceto le tenemos devoción muchísimos sacerdotes españoles, todos los que hemos estudiado en el Pontificio Colegio Español de Roma.


    Los restos de San Aniceto reposan en un riquísimo sarcófago, que probablemente perteneció al mausoleo de la familia imperial de Septimio Severo y ahora sirve de soporte al altar mayor de la capilla, que fue consagrado el año 1910 por el cardenal Merry del Val.


    El Colegio Español ocupa un hermoso palacio renacentista que levantaron los duques de Altemps. Esta familia, de origen alemán, dio a la Historia gobernantes y capitanes y a la Iglesia cardenales y prelados. El fundador de la misma fue un condottiero de las tropas de Carlos V. Un siglo más tarde el duque Juan de Altemps pidió al papa Clemente VIII, con el que estaba emparentado, que le cediese las reliquias de San Aniceto, conservadas en las catacumbas de San Calixto, lo que se llevó a cabo el año 1604, con motivo de haber tomado aquel Pontífice la decisión de trasladar desde los antiguos cementerios suburbanos a iglesias más seguras los cuerpos de los santos que todavía reposaban allí.


    El piadoso duque hizo labrar una riquísima capilla, exornándola con mármoles y decorándola con pinturas alusivas al martirio del papa San Aniceto.


    A finales del pasado siglo la familia de los Altemps había decaído y su palacio pasó a propiedad de la Santa Sede. Por entonces un sacerdote español, cuyo proceso de beatificación está en marcha, planeaba la fundación en Roma de un colegio donde pudieran hacer su formación eclesiástica en la Ciudad Eterna los clérigos españoles que designasen sus prelados. Este sacerdote, don Manuel Domingo y Sol, pasó no pocas dificultades en su noble empresa. Tras unos años difíciles, en que recorrió con su grupo de colegiales varios edificios romanos, mereció que el mismísimo Papa le prestase su apoyo, y León XIII le cedió en 1894 el Palazzo Altemps.


    Y aquí empieza la relación de los sacerdotes españoles con San Aniceto.
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