Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

12 de mayo de 2011

Santoral Católico del 12 de Mayo

  • Santos Nereo, Aquileo, Domitila y Pancracio, Mártires
  • Santo Domingo de la Calzada, Confesor
  • San Germán de Constantinopla, Obispo y Confesor
  • San Epifanio de Salamis
  • Santa Rictrudis
  • San Madoaldo de Treveris
  • Beato Francisco Patrizzi
  • Beata Gema de Solmona
  • Beata Juana de Portugal
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.





SANTOS NEREO, AQUILEO,
DOMITILA
y PANCRACIO,
Mártires

a hagiografía de los primeros siglos cristianos presenta la enorme dificultad de una numerosa serie de escritos apócrifos en los que es necesario descubrir los escasos pormenores históricos sin dejarse engañar por la exuberancia de literatura fantástica que la piedad de los fieles añadió a manera de novela edificante. La personalidad de los santos queda a veces diluida en esos relatos bizantinos; se llega a arrancar al protagonista de su tiempo y de su espacio para situarlo en un ambiente distinto del suyo; se llegaba a desdoblar una figura, para fabricar con ella dos personajes distintos. De una manera semejante, en novelas y películas de nuestro tiempo se describe aquel primer período del cristianismo entremezclando lo sucedido con lo imaginado, sin pretensión de engañar, sino de lograr un relato agradable con un fondo innegablemente histórico.


Las narraciones apócrifas de mártires y vírgenes pretenden, además, edificarnos, como la novela Fabiola inspirada en ellas, insistiendo más en el espíritu que en la historia, como las Florecillas de San Francisco de Asís.

Aún no había empezado la “era de los mártires", iniciada por Diocleciano, que sirvió de referencia cronológica antes de usarse la llamada "Era cristiana", equivocada esta última en la fijación de su año de origen. Pero Nerón había desencadenado ya la primera persecución local contra los cristianos. Muerto aquel monstruo sádico, la Iglesia vivió una época de deseada tranquilidad. Galba, Otón, Vitelio; dejaron a los cristianos en paz. Y los primeros emperadores Flavios; Vespasiano y Tito, tampoco mostraron enemistad contra aquella nueva religión. El cristianismo, que había seguido haciendo sus conquistas con la conversión de gentes humildes, escaló entonces las alturas de la sociedad imperial. El movimiento de conversión del paganismo al cristianismo invadió inconteniblemente las clases altas y la aristocracia romana.
......................................................................................

Leer más...


11 de mayo de 2011

De herejes y conspiradores

por Luis Antonio Leyro

Tomado de Cabildo


PREMONICIÓN

Decía Marcelino Salaya en 1960: “República, democracia, parlamentarismo, laicismo en la enseñanza, persecución contra curas y frailes, supresión de símbolos religiosos, destitución de funcionarios desafectados, embrutecimiento de las masas en nombre de la cultura, atentados contra la libertad en nombre de la libertad, ansias de dominación y enriquecimiento de los predicadores de la igualdad, y la fraternidad prostituida y reducida a un plebeyismo soez”. ¿Le suena?

Y continuaba: “…la misma resistencia a tender los brazos en cruz en actitud penitente para expiar las risas alegres con que hemos venido tomando a chirigota cómodamente las falsedades, las utopías, las bajezas y la saña de los que, sin nada nuevo que ofrecernos para arreglar al mundo, reproducen constantemente los engaños arcaicos que como principios renovadores han utilizado para embaucar a los papanatas de todos los tiempos y todas las latitudes”.


EL SINDICALISTA HANS

Bien, pudimos leer en “La Nación” del 19 de abril del año pasado, los dichos del Sr. Hans Küng, profesor emérito de teología ecuménica de la Universidad de Tubingen, reclamando las oportunidades perdidas por S.S. Benedicto XVI en cuestiones como, por ejemplo, la de la “reconciliación con los pueblos indígenas de América Latina” (tal vez por no apoyar el movimiento impulsado desde Bristol por el Mapuche International Link - MIL). También la de ayudar a los pueblos de África en su lucha contra el SIDA (seguramente por poner su confianza en la prevención del mismo con la prédica de una conducta moral).

El Sr. Küng presenta a los obispos seis propuestas explícitamente reformistas, después de aclarar que “no es mi intención desarrollar un programa de reforma”. Una de ellas insinúa de modo casi directo el reemplazo de la autoridad vertical de Pedro por la autoridad horizontal colegiada, olvidando lo que se lee en Juan 21, 27: “Díjole Jesús a Pedro: Apacienta a mis ovejas”. A Pedro, no a un sindicato de trabajadores del clero, pues no podía ser voluntad del Señor trasformar Su Iglesia, Su Cuerpo Místico, en un comité de barrio.

Hilaire Belloc definía a la herejía como “la dislocación de alguna construcción completa, que se sostiene por sí misma, mediante la introducción de una negación posterior de alguna de sus partes esenciales”. ¿Cómo se definiría a un teólogo sino con el mote de hereje, si propone la desobediencia de una orden directa de Nuestro Señor Jesucristo?
...........................................................

Leer más...


Santoral Católico del 11 de Mayo


  • Santos Felipe y Santiago, Apóstoles y Mártires
  • San Majelo o Máyolo, Abad
  • San Francisco de Jerónimo, Jesuita
  • San Mamerto, Obispo
  • San Ignacio de Laconi, Fraile
  • Beato Luis Rabata, Sacerdote
  • Beato Vivaldo, Ermitaño
  • Beato Mateo Le Van Gam, Mártir
  • Beato Alberto de Bérgamo, Dominico de la Tercera Orden
  • San Ansfrido de Utrech
  • San Gandulfo
  • Beato Ladislao de Gielniow
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.






SANTOS FELIPE Y
SANTIAGO EL MENOR

Apóstoles y Mártires

ntre aquellos bienaventurados galileos que tuvieron la dicha inefable de ser llamados por Jesucristo a formar su Colegio apostólico los evangelistas enumeran a Felipe, hijo de Alfeo, y a Santiago el Menor. Ambos respondieron con prontitud y generosidad al llamamiento que el Señor les hizo y le acompañaron desde el principio de su ministerio por aquellos caminos polvorientos de Palestina. Escucharon de sus mismos labios la predicación del mensaje de salvación que vino a traer a la tierra y fueron testigos de su milagro, de su gloriosa resurrección y ascensión a los cielos.

Felipe era natural de Betsaida de Galilea, la ciudad de Pedro y Andrés, a quienes tal vez le unían lazos de amistad. Al volver Jesucristo a Galilea con los tres primeros discípulos, Andrés, Pedro y Juan, después del breve ministerio que siguió a su bautismo en la región del Jordán, se encuentra con Felipe y le dice: "Ven y sígueme" (Jn. 1, 43); era la invitación que los rabinos dirigían a quienes querían constituir sus discípulos. Felipe responde con generosidad digna de admiración y, no contento con su respuesta personal, proporciona al maestro un nuevo discípulo. Encontrándose con Natanael le dice: "Hemos hallado a Aquel de quien escribió Moisés en la Ley y los Profetas, a Jesús, hijo de José, de Nazaret”. A las palabras de extrañeza o admiración de Natanael, "¿Puede de Nazaret salir cosa buena?", responde sin vacilar: "Ven y verás".
.....................................................................

Leer más...

10 de mayo de 2011

Bach - BWV 113 - Cantata


John Eliot Gardiner, English Baroque Soloists and Orchestra












Coro: Herr Jesu Christ




Choral A: Erbarm dich mein





Choral : Stark mich mit deinem

Delante de la Cruz


Visto y tomado de Encuentro en el Bosque


Delante de la cruz, los ojos míos



quédenseme, Señor, así mirando,



y sin ellos quererlo, estén llorando,



porque pecaron mucho y están fríos.





Y estos labios que dicen mis desvíos,



quédenseme, Señor, así cantando,



y sin ellos quererlo estén rezando,



porque pecaron mucho y son impíos.





Y así con la mirada en Vos prendida,



y así con la palabra prisionera,



como la carne a vuestra Cruz asida



quédeseme, Señor, el alma entera;





Y así clavada en vuestra Cruz mi vida,



Señor, así, cuando queráis me muera.





Rafael Sánchez Mazas

Santoral Católico del 10 de Mayo


  • San Antonino o Antolín, Obispo y Confesor
  • Santos Gordiano y Epímaco, Mártires
  • Beato Juan de Avila, Confesor
  • San Alfio, Mártir
  • San Filadelfo, Mártir
  • San Cirino, Mártir
  • San Onésimo, Mártir
  • Santa Benedicta, Mártir
  • San Calepodio, Mártir
  • San Epímaco, Mártir
  • San Gordiano, Mártir
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.




SAN ANTONINO o ANTOLÍN
Obispo y Confesor


icen que de todos los arzobispos que ha tenido la noble ciudad de Florencia (Italia) el que mejor se ha sabido ganar el cariño de sus gentes ha sido San Antonino.

Su nombre era Antonio, pero desde muy joven fue llamado "Antonino" por sus compañeros, a causa de su pequeña estatura y de su bondad y amabilidad.

Le gustaba mucho asistir a los sermones de un Dominico, un gran predicador, y a los 15 años pidió ser admitido en la comunidad de los Padres Dominicos.

El Padre superior, creyéndolo muy débil para soportar la disciplina de esa Congregación, le puso como condición que le recitara de memoria un libro de decretos de la Iglesia en latín. A las pocas semanas llegó el joven y le recitó todo el libro, de memoria, desde la primera página hasta la última. Entonces fue admitido de religioso.

En el noviciado tuvo como compañero a Fray Angélico, que después llegó a ser un pintor de fama mundial. Muy joven fue nombrado superior de varias casas de los Padres Dominicos en Italia y llegó a ser Superior Provincial.

Fue el fundador del famoso Convento de San Marcos en Florencia, y encargó a Fray Angélico para que pintara sus célebres cuadros en las paredes del convento. Predicaba muy frecuentemente y escribía libros. Era un incasable trabajador.
..................................................

Leer más...


J.S. Bach - Toccata und Fuge BWV 565

9 de mayo de 2011

Dame, Señor...


Visto y tomado de Encuentro en el Bosque



“Dame, Señor, que cuando el alba bella


el cielo azul de blancas nubes orne,


tu cruz yo abrace, y me deleite en ella,


y con su ilustre púrpura me adorne;


y cuando la más linda y clara estrella


a dar su nueva luz al aire torne,


mi alma halle el árbol de la vida,


y a ti, su fruto saludable, asida.”




“Y cuando el sol por la sublime cumbre


en medio esté de su veloz carrera,


La santa luz, con su divina lumbre


más ardiente que el sol, mi pecho hiera;


y al tiempo que la noche más se encumbre


con negras plumas en la cuarta esfera,


yo a los pies de tu cruz, devoto y sabio


tus llagas bese con humilde labio.”




“Cuando el sueño a los ojos importante


los cierre, allí tu cruz se me presente,


y cuando a la vigilia me levante,


ella tu dulce cruz me represente:


cuando me vista, vista el rutilante


ornato de cruz resplandeciente,


y moje, cuando coma, en tu costado


el primero y el último bocado.”




“Cuando estudie en el arte soberana


de tu cruz, la lección humilde aprenda;


y en ese pecho, que dulzura mana,


tu amor sabroso y tierno comprehenda;


y toda gloria me parezca vana,


si no es la que en tu cruz ame y aprenda;


y el más rico tesoro, gran pobreza,


y el deleite mayor suma vileza.”



Fray Diego de Hojeda


(tomado de La Cristiada)

Santoral Católico del 9 de Mayo

  • San Gregorio Nacianceno, Obispo, Confesor y Doctor
  • San Pacomio, Abad
  • San Beato, Ermitaño
  • San Gregorio Ostiense, Obispo
  • Beato Nicolás Albergati de Bolonia, Obispo
  • San Geroncio de Servia
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.





SAN GREGORIO NACIANCENO
Obispo, Confesor y Doctor

s San Gregorio de Nacianzo uno de los grandes padres de la Iglesia, espíritu de elevada cultura, brillante y humano, dulce y tierno, el hombre de la buena amistad, que no sabe vivir sino de la contemplación y de un trato reposado con el Señor. Teólogo a la vez hábil, orador y poeta, lleva consigo la fuerza de la verdad cristiana, que se abre, arrebatadora, armonizando en su palabra y en sus escritos todo el legado del saber antiguo con los principios del Evangelio y de la Sagrada Escritura.

Nace hacia el año 329 en el pueblecito de Ariance, junto a Nacianzo, pequeña villa al sudeste de Capadocia, y ya de niño es consagrado a Dios por su piadosa madre Nonna. Era hijo, a su vez, de Gregorio, obispo de Nacianzo, a quien Nonna había convertido, haciéndole pasar de la secta de los ipsistarios, un conglomerado de ideas pagano-judío-cristianas, así llamada porque adoraban a Júpiter ipsistos o altísimo, y que había pasado en su conversión a ocupar la silla episcopal de la ciudad.

El pequeño Gregorio crece bajo los cuidados solícitos de su madre, que le va infiltrando suavemente la doctrina del Evangelio, y, ya en edad de tomar estudios, frecuenta la escuela de Cesarea de Capadocia, más tarde la de Alejandría y por fin la renombrada de Atenas, donde se va a encontrar con un condiscípulo, también de extraordinaria vida y sabiduría, con quien va a iniciar una amistad, dulce y delicada, que se iba a extender por toda su vida. Era Basilio, que también había nacido en Capadocia y que, junto con su hermano San Gregorio Niseno y nuestro Santo, el Nacianceno, iban a ser como tres grandes astros de la Iglesia oriental, distinguiéndose el primero por la prudencia de su gobierno y de su acción, el segundo por la fuerza de su pensamiento y el tercero, el de la pequeña aldea de Ariance, por la maestría que había de demostrar por medio de su pluma y de su palabra.

........................................

Leer más...



8 de mayo de 2011

Segundo Domingo de Pascua



Sermón del R.P. Leonardo Castellani


Tomado de Domingueras Prédicas
Ediciones Jauja
Mendoza, Rep. Argentina, 1997



Imagen de las catacumbas romanas
S. III




DOMINGO SEGUNDO DE PASCUA
EL BUEN PASTOR. (1967)

"Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre."

(Jn. 10,11-18)



a Iglesia pone en medio del Tiempo Pascual la parábola del Buen Pastor o del Pastor Hermoso literalmente: "kalós" y no "agathós". Es la parábola más personal que hizo Cristo; o mejor dicho, la única personal, en la cual se retrató a sí mismo. En las demás parábolas habla de Dios Padre: Él es allí "el Hijo", que su Padre manda a los malos arrendatarios, y es asesinado por ellos. Mas esta parábola empieza con YO: "Yo soy el Pastor Hermoso".
Es de notar que es éste su retrato, Cristo implícitamente dice que es Dios: pues este nombre de "Pastor" dan los profetas antiguos a Yahveh, Dios; y aquí Cristo se autoaplica esta palabra, e incluso toma versículos de Isaías, Ezequiel y Zacarías. Pone en ellos su sello personal; diciendo una cosa que los Profetas no podían decir de Dios: "El Buen Pastor da su vida por sus ovejas"; lo cual es la máxima prueba de amor —como dijo en otra parte.
Cristo pinta aquí cómo es y será su gobierno: como el de un Pastor. En las apariciones destos cuarenta días hasta la Ascensión, Cristo asume el papel de Consolador, como dice San Ignacio; es decir, el de Pastor Bueno y Rey Magnánimo. No reprende a los Apóstoles que lo habían abandonado en su Pasión, porque los ve arrepentidos; sólo a Pedro, que había de ser la cabeza, le pide una retractación de sus tres negaciones, en una forma amable: "¿Me amas tú más que estotros?", que es una forma también sagaz: pues el Pedro fanfarrón de antes hubiera respondido sin vacilar: —Pues sí señor; te amo más que todos— como de hecho ya lo había hecho: "Aunque todos estos te abandonaren YO no te abandonaré". Pero el Pedro ya morigerado responde cercano a las lágrimas remitiéndose al juicio del Maestro: "Maestro, tú sabes que te amo". No dice ya "más que los otros". No cayó en la trampita.
De manera que éste será el gobierno de Cristo en este mundo y el mundo por venir; porque ésta es la idiosincracia de Cristo como hombre, pintada por Él mismo. "La Política de Dios y el Gobierno de Cristo" dice Quevedo.
Con este título escribió Don Francisco de Quevedo y Villegas un libro de política cristiana, imitando y también superando a Bossuet: "Política Sacada de las Sagradas Escrituras". Describió la política de la Cristiandad cuando ella se perdía, se había perdido en algunas naciones, comenzaba a perderse en España. Eso suele pasar, la gente se fija en el sol cuando se pone, los poetas describen los crepúsculos, en que el sol parece más soberano que nunca; pero es para morir. Así Cervantes escribe el Quijote cuando está muriendo la Caballería, donde a vueltas de una sátira de las novelas de Caballería encierra su admiración por el ideal caballeresco que moría. Y Dorotea Sayers encierra en una novela policial "Cloud of Witnesses" las grandes y necesarias virtudes de la nobleza cuando la nobleza inglesa desaparecía; y lo mismo que Cervantes, ella describe esas virtudes no en un loco pero sí en una familia ducal extravagante: el detective Peter Winsey, su hermano mayor el Duque de Denver, su hermana María y su madre la Duquesa, que son cuatro descentrados casi chiflados; pero llega el momento del apuro y se muestran insustituibles, con una conducta de señorío que ningún plebeyo puede tener. "Esto se va a perder; pero miren Uds. lo que pierden" parece decir la escritora.
Así, cuando comienza la decadencia de España, Quevedo recuerda con añoranza el gobierno antiguo, la política de la Cristiandad, es decir, de Cristo. Esos dos Reyes que le tocaron, Felipe III, Felipe IV, eran dos irresponsables: Felipe III fue el primer Rey católico que hizo la inflación de la moneda; Felipe IV se metió en alianzas funestas y guerras insensatas; pero no fueron ellos propiamente sino los dos favoritos, el Duque de Lerma y el Conde Duque de Olivares, que eran los que gobernaban en realidad —y cuyos gobiernos fueron desastrosos. Por eso Quevedo en su obra habla continuamente del problema de los "ministros" (que los españoles llamaban "validos") y exhorta a los Reyes a no entregarse a ellos. La primera parte de su "Política de Dios, Gobierno de Cristo y Tiranía de Satanás" es una catilinaria embozada contra el ineptísimo gobierno de Lerma, ministro inepto y ladrón; el cual acabó por mandarlo a la cárcel. Librado con gran trabajo cuando subió Olivares, bajo Felipe IV, no dejó un momento de censurar el mal gobierno del país, y fue dos veces más a la cárcel; y murió en ella.
El libro de Quevedo no podía aprovechar a los dos Felipes —últimos de la casa de Austria: Felipe III fue débil, perezoso ignorante y beatón; Felipe IV, más capaz, fue un desatado libertino, a quien se podía tener quieto presentándole mujeres livianas. ¿Para quién escribió Quevedo? ¿Para la posteridad? La posteridad no le ha hecho caso. Digamos escribió para la eternidad, para la cual escriben todos los grandes escritores.
¿En qué consiste pues este gobierno de Cristo? En una palabra: consiste en la justicia con los pobres y la piedad con los ricos (no al revés, como parecería debe ser) y el rigor con los malos magistrados, sobre todo los malos ministros. El gobierno descrito por Quevedo, que parece complicado, es en su espíritu el gobierno del Buen Pastor. En el capítulo XVIII pregunta a quién han de ayudar y para quién nacieron los Reyes. Y responde: "para los pretendientes, los beneméritos (o sea los que tienen méritos), los agraviados, los oprimidos, los pobres y las viudas", —lo que dice el profeta Ezequiel que hace el Buen Pastor: acude primero a las ovejas desvalidas.
Durante estos malos aires de España nació la ciudad de Buenos Aires. Lo peor que había entonces en España (en medio de muchas cosas buenas) era la adulteración sutil de la religión, que se esclerotizaba, se volvía exterior, se entibiaba en la fe y se "iba en vicio", es decir, en follaje. El ejemplo lo tenemos a la vista: Quevedo era un hombre rebelde, iracundo y procaz en el hablar (no tanto empero como se cree) pero tenía una genuina fe sobrenatural, iluminada y actuante; al frente de él se hallaban Felipe III con sus novenas y medallitas y Felipe IV que en medio de sus liviandades se carteaba con una monja santa, la Beata María de Agreda, para aparecer como cristiano; lo mismo que la Reina Isabel II, la Reina más libidinosa que hubo en España, que tenía por confesor a San Antonio María Claret —a quien no hacía el menor caso. Estos no tenían genuina fe, en medio de sus aspavientos de devoción y religiosidad; que era superstición.
Así que en este país tuvimos una pesada herencia: por un San Francisco Solano, muchos Felipes, Lermas y Olivares; y no el gobierno de Cristo, sino un despotismo ilustrado, como ahora. El que va a reconstruir el país, si acaso, no será un Economista, sino un hombre religioso y un Dictador Agobiado; es decir, un hombre a quien le duela la Argentina, entrañablemente, y que cargue en sus hombros por amor de Cristo una carga que no pueda llevar. Y nosotros lo único que podemos hacer es rogar a Dios por ese tal hombre. Digo mal, podemos más: podemos gobernarnos en nuestro pequeño círculo por la política de Dios y el gobierno de Cristo, que es gobierno de justicia y caridad de Pastor Hermoso; tener en su alma sed de justicia y sabor de caridad, eso puede el más humilde de nosotros.

Santoral Católico del 8 de Mayo


  • Nuestra Señora de Luján
  • Aparición del Arcángel San Miguel
  • San Pedro de Tarantasia, Obispo y Confesor
  • San Agacio o Agato, Centurión y Mártir
  • San Benedicto II, Papa
  • San Bonifacio IV, Papa
  • San Deseado o Desiderato de Bourges
  • San Víctor Mauro, Mártir
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


LA INMACULADA VIRGEN DE LUJÁN



Textos tomados de la "Novena a Nuestra Señora de Luján"
del R. P. Jorge María Salvaire.


Origen de esta Santa Imagen.

En el reinado de Felipe IV, cuando el reino de Portugal estaba pacíficamente sujeto a la corona de Castilla, por cuyo motivo portugueses y castellanos comerciaban entre sí libremente como vasallos de un mismo Soberano; y según el mejor cómputo que puede conjeturarse, por los años de 1630, cierto portugués (cuyo nombre se ignora, pero se sabe fue vecino de la ciudad de Córdoba del Tucumán, y hacendado en el pago de Sumampa) por no carecer de misa, principalmente en los días festivos en su hacienda, que dista de Córdoba 40 leguas, trató de hacer en ella una capilla, la que quiso dedicar a la Virgen Santísima. Con este designio escribió a otro paisano le mandase del Brasil un busto o simulacro de Nuestra Señora, en el misterio de su Inmaculada Concepción, para colocarla en dicha capilla, que ya estaba construyendo.

En virtud de este encargo se le remitieron desde el Brasil, no una sola, sino dos imágenes de la Concepción, para que escogiera la que mejor le pareciese. Vinieron ambas, bien acondicionadas, cada una en su cajón aparte, para que, como eran de barro cocido, no tuviesen alguna quiebra. El que trajo el encargo de estos cajones era también portugués, y como quieren algunos, capitán de navío, y habiendo llegado con felicidad al Puerto de Buenos Aires, los acomodó a entrambos en un mismo carretón, y personalmente los condujo hasta la estancia de Rosendo Oramas, sita cinco leguas más allá de lo que es ahora la Villa de Luján, y aquí paró e hizo noche.

Al día siguiente por la mañana trató de proseguir su viaje para Córdoba y Sumampa, pero sucedió que uncidos al carretón los bueyes, por más que tiraban, no podían moverlo ni un paso. Admirados de la novedad los circunstantes le preguntaron qué carga traía. Respondió que la misma de los días antecedentes, en que habían andado sin la menor dificultad, por no ser muy pesada y pasando a individualizar añadió: "Vienen aquí también, dos cajones con dos imágenes de la Virgen, que traigo recomendados para la capilla nueva de Sumampa".
..............................................................................

Leer más...