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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

23 de agosto de 2008

Don Antonio de Oliveira Salazar, Gobernante Ejemplar


Enviado por Aldo H. De Lorenzi, al cual agradezco.


Discurso de Braga, 1936

"A las almas desgarradas por la duda y el negativismo del siglo les intentamos restituir el consuelo de las grandes certezas.

No discutimos a Dios y su virtud; no discutimos la Patria y su Historia; no discutimos la autoridad y su prestigio; no discutimos la familia y su moral; no discutimos la gloria del trabajo y su deber [...]

Aparte del valor intrínseco de la verdad religiosa individualmente, socialmente necesitamos de lo absoluto, y no vamos a crear con nuestras manos de entre las cosas contingentes y efímeras lo que existe fuera y por encima de nosotros, ni a desviar hacia el Estado la función de decretar el culto y definir los principios de la moral. Esta actitud nos ha llevado a considerar el Poder moralmente limitado y nos ha valido para no cometer el error o el crimen de divinizar el Estado, la fuerza, la riqueza, la técnica, la belleza o el vicio. Sabedores del valor, de la necesidad en la vida de una espiritualidad superior, sin perjuicio de las convicciones personales, de la indiferencia o de la incredulidad sinceras, hemos respetado la conciencia de los creyentes y consolidado la paz religiosa. No discutimos a Dios.

No discutimos la Patria, o sea, la Nación en su integridad territorial y moral, en su independencia plena, en su vocación histórica [...] Sin recelo colocamos el nacionalismo portugués en la base indestructible del Estado Novo [...]

No discutimos la autoridad. Es un hecho y una necesidad: sólo desaparece para reconstituirse, sólo se combate para entregarla a otras manos. Es además un alto don de la Providencia, porque sin ella no sería posible la vida social ni la civilización humana [...]

No discutimos la familia. En ella nace el hombre, en ella se educan las generaciones, en ella se forma el pequeño mundo de afectos sin el cual el hombre difícilmente podría vivir. Cuando la familia se deshace, se deshace el hogar, se desatan los lazos de parentesco, y quedan los hombres delante del Estado aislados, extraños, sin protección y moralmente desnudos [...]

No discutimos el trabajo ni como derecho ni como obligación. No lo hacemos como derecho, porque sería igual a condenar a los que no tienen más que sus brazos a morir de hambre; no lo hacemos como obligación, porque sería conceder a los ricos el derecho a vivir del trabajo de los pobres. Porque de él se alimenta la vida, porque de él proviene la riqueza de las naciones y porque de él nace la prosperidad de los pueblos, el trabajo es gloria y es honra [...]"

Antonio Oliveira Salazar, discurso de Braga, 28 de mayo de 1936.

3er. Arquetipo: San Fernando III de Castilla


por el R.P Alfredo Sáenz, S.J.


La estampa de San Fernando se destaca con relevancia en el marco del glorioso siglo XIII, el siglo de oro de la Cristiandad, que cobijó a personajes como San Alberto Magno, Santo Tomás, San Buenaventura, San Luis, y tantos otros. Su figura, señera en la política de España, es sólo comparable con la de Isabel la Católica.

Cuando nace Fernando, la Iglesia estaba gobernada por Inocencio III, uno de los Papas más insignes de todos los tiempos, que concebía a Europa como un conglomerado de pueblos –la Cristiandad– bajo su tutela espiritual. «Un papa demasiado joven», se murmuró en Roma al ser elegido, en 1198. Tenía entonces 38 años. Pero empuñó el timón de la Iglesia con magnanimidad y señorío, no sujetándose a nada mundano, plenamente consciente de representar como vicario nada menos que al mismo Jesucristo, el Señor, el Emperador supremo. Fue durante su pontificado cuando emergieron las dos grandes Órdenes mendicantes que dieron un nuevo giro al curso de la historia, la iniciada por Francisco de Asís, y la fundada por Domingo de Guzmán.

Esplendoroso, por cierto, aquel siglo XIII, el siglo de las Cruzadas, de las Catedrales, de las Universidades, de las Sumas. El siglo de Fernando.

I. De hijo de Doña Berenguela a Rey de Castilla

No se conoce con exactitud la fecha de su nacimiento. Según las crónicas de la época, su madre, mujer de Alfonso IX, lo habría dado a luz en pleno monte, entre Zamora y Salamanca. Durante aquellos tiempos tan andariegos, la corte se trasladaba con frecuencia de un lugar a otro. En el transcurso de alguna de aquellas mudanzas vio la luz nuestro Santo. Hay quienes dicen que en 1198, pero lo más seguro es que fue en 1201. Probablemente la comitiva debió aminorar su marcha cuando doña Berenguela, en razón de su gestación ya avanzada, estaba por dar a luz a su hijo Fernando.


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23 de Agosto, Festividad de San Felipe Benicio


El hijo más ilustre y el más ardiente propagador de la congregación de los servitas en Italia nació en el seno de una noble familia de Florencia el 15 de agosto de 1233.
A los 13 años fue a vivir a París a estudiar medicina. De París pasó a Padua donde a los 19 años obtuvo el grado de doctor en medicina y filosofía, regresando a su ciudad natal y ejerciendo por un año su profesión. Durante ese tiempo, estudió las Sagradas Escrituras y, frecuentaba las iglesias de su ciudad natal, especialmente La Anunciata, que estaba a cargo de la Orden de los Servitas (siervos de María), así
llamados por la gran devoción que tenían a nuestra Señora, que allí era particularmente reverenciada.
Una epístola de la semana de pascua refiere que uno de los discípulos y diácono de la primitiva comunidad de Jerusalén, llamado FeIipe, recibió de Dios el encargo de acercarse al carruaje del mayordomo de la reina de Etiopía e intentar convertirla a la fe católica. Dijo el Espíritu Santo: 'Acércate y sube a este carro'.
Pues bien, estando Felipe Benicio, el l6 de abril de 1254, jueves de pascua, oyendo la misa conventual en la cercana ciudad de Fiésole, al proclamarse aquellas palabras: 'Felipe, acércate y sube a este carro', tomadas de los Hechos de los apóstoles, interpretó que iban dirigidas a él. Y después en su casa, orando, tuvo una visión en medio de un éxtasis: vio venir a su encuentro a la Virgen, Madre de Dios, quien mostrándole el hábito negro de los servitas, le sonrió diciéndole: 'Felipe, acércate y sube a este carro'.
Comprendió entonces que la reina del cielo lo invitaba a ponerse bajo su protección.
Ocultando su condición de noble y su profesión, Felipe pidió la admisión en Monte Senario y recibió de manos de San Bonfilio el hábito de los hermanos lego. Los superiores le ordenaron trabajar en el huerto, pedir limosna y algunas faenas duras y difíciles del campo. El santo se entregó por completo a dichas labores, orando incansablemente durante todas ellas.
En 1258 fue enviado al convento de Siena, y durante el camino intervino en una polémica discusión sobre los dogmas de la fe, en la cual Felipe supo intervenir brillantemente aclarando y dando el verdadero sentido sobre lo dicho.
Dos miembros de su congregación, que viajaban con él, dieron cuenta al prior general, quien al constatar la sabiduría del santo, lo ordenó sacerdote, y en 1262, fue nombrado maestro de novicios del convento de Siena, y Vicario asistente del prior general.
En 1267, por voto unánime, el santo fue elegido prior general de la orden religiosa. Como primera labor, visitó todos los conventos de la orden que estaban en el norte de Italia invitando a las gentes a convertirse y someterse a la protección de la Virgen Madre.
Luego, y al finalizar un intenso y largo retiro espiritual, San Felipe decidió visitar los conventos de Alemania y Francia.
En el Concilio de Lyon, San Felipe impresionó a todos por su sabiduría y don de las lenguas, don que fue utilizado por el santo para la conversión de los pecadores y reconciliación de los cismáticos de muchos lugares del mundo a donde iba a predicar el Evangelio; sin embargo, toda su fama no era suficiente para obtener la aprobación pontificia para la Orden de los Siervos de María.
En 1284, San Alejo puso bajo la dirección de San Felipe a su sobrina Santa Juliana, la cual fundó la tercera orden de las Siervas de María. El santo se encargó también de enviar a los primeros misioneros servitas al oriente, algunos de ellos, derramaron su sangre por mantenerse firmes en su fe a Cristo.
Cuando comprendió que se acercaba la hora de su muerte, en el año 1285, San Felipe decidió retirarse descansar al convento más sencillo y humilde de la orden religiosa, donde pasó sus últimos días, orando y postrado ante la imagen de la Virgen María.
Falleció durante el angelus vespertino, y en 1761 fue canonizado.
Su fiesta fue extendida a toda la Iglesia occidental en 1694.

22 de agosto de 2008

El león mordido



Ante el silencio, cómplice, de las Fuerzas Armadas, con motivo de la detención y juicio a militares argentinos, como el coronel Losito (ver la nota de Catapulta), uno de los militares argentinos (vivos) más condecorados , condenado a 25 años de cárcel por un Tribunal (Popular) de Corrientes, por combatir a la guerrilla marxista, hago mía esta carta de uno de los pocos militares que se han expresado al respecto.

Tomado de Cabildo


"Queridos compañeros y camaradas:

El ultraje es permanente. Si consideramos que los apresamientos son como consecuencia de haber honrado la palabra dada cuando juramos defender la Bandera hasta la muerte, evitando por todos los medios que flameara el trapo rojo en los mástiles de la Patria, fácil nos resultará concluir en que ya pasó el tiempo del abogado.
¡Éramos tan chicos, y ya éramos soldados! Nunca dejemos de serlo. Hace poco me consultó un joven General, echado a los pocos meses de haber ascendido. Estaba preocupado por el giro que están tomando los juicios y lo pertinaz de la persecución. Pienso que, a veces, en momentos dolorosos vale la pena una sonrisa.
Entonces, al camarada que me consultaba le contesté con un viejo cuento.
Dice así: En el África del apartheid, un negro que andaba en su auto por los barrios de los blancos cometió una infracción de tránsito. Fue apresado, llevado ante un tribunal de “Justicia” y condenado. La pena consistía en luchar de igual a igual con un león. Ambos contendientes deberían ayunar durante dos días, antes del combate. Cuando llegó la hora, el negro fue llevado al estadio de los blancos, colmado de público.

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22 de Agosto, Fiesta del Inmaculado Corazón de María


Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María

Su Santidad Pío XII

¡Oh Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante vuestro Trono nos postramos suplicantes, seguros de impetrar misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de vuestro maternal Corazón.

En esta hora trágica de la historia humana, a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos modos atribulada, sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades.

Que os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse eternamente.

Vos, oh Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan, concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al mundo en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.

Conceded vuestra protección a los infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la muerte; concédeles la paz y haced que brille para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Dad la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que os profesan singular devoción y en los cuales no había casa donde no se hallase honrada vuestra venerada imagen (hoy quizá oculta y retirada para mejores tiempos), y haced que retornen al único redil de Cristo bajo el único verdadero Pastor.

Obtened paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contened el diluvio inundante del neopaganismo, fomentad en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el pueblo de los que sirven a Dios.

Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de vuestro Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que, puestas en El todas las esperanzas, fuese para ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, para que vuestro amor y patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios, os proclamen bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra, el eterno Magníficat de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual pueden hallar la Verdad, la Vida y la Paz.

21 de agosto de 2008

Acerca de la legitimidad de la conquista española en América


Por Roque Raúl Aragón
(fragmento de una conferencia con motivo del V centenario)




“…Se habla mucho ahora de la conquista, en esta otra polémica desatada con motivo del quinto centenario, como si la conquista fuese una cosa inusitada, un fenómeno desconocido, cuando en realidad es lo más común que hay en la tierra: no hay ningún pueblo en la tierra que sea aborigen del lugar donde vive, todos llegaron por un acto de conquista, próximo o remoto.

“Lo que tiene de original y único la conquista española es que se cuestiona a sí misma, se hace un problema de conciencia: ¿tengo derecho o no tengo derecho? ¿Puedo predicar el Evangelio haciendo al mismo tiempo un acto de conquista? ¿o el acto de conquista es una negación del Evangelio que predico? Esto sólo España se lo ha planteado, y todos los argumentos contra España vienen de España, han circulado libremente en España, porque en ningún lugar se respeta más la libertad que en una sociedad realmente católica: catolicismo y libertad son la misma cosa.

“Y en este asunto de la conquista, cuando el Padre de las Casas arremete contra las encomiendas, se encuentra con Ginés de Sepúlveda, un teólogo que lo contradice radicalmente, pues el Rey —que tenía sus escrúpulos de conciencia— fomentaba los debates contradictorios para clarificar estos temas. Ginés de Sepúlveda fundamenta abundantemente su tesis de que los bárbaros deben ser reducidos a servidumbre, ya que los indios son inferiores a los españoles, como lo son los niños respecto de los adultos: estos indios no pueden ser llevados a la fe por la sola predicación, porque en cuanto se retiran las guarniciones armadas ellos mismos matan a los misioneros y repelen la fe recibida. Sólo pueden ser elevados a la fe por la fuerza, como en el «fuércenlos a entrar» de la parábola del banquete (San Lucas, 14, 15-24).

Esto lo aplica Ginés de Sepúlveda a la actitud que se debía tener con los indígenas ineptos. Y si bien no se podía atacar con armas a los paganos por el solo hecho de su infidelidad —decía éste— sí se puede cuando su idolatría recurre a prácticas inhumanas, como en la Nueva España, donde anualmente se inmolaban 20.000 hombres a los demonios.

“Nosotros hemos sido llevados a considerar estos ataques a los indios como cosas grave, atentados a los derechos humanos, pero sin tener en cuenta que los indios no eran unos angelitos y sometían a sus propios hermanos de raza a crueldades que solamente se explican por su entrega a prácticas realmente diabólicas.

“Cuando Hernán Cortés sube al templo, en un arrebato que relata Bernal Díaz, se coloca al lado de los ídolos horribles y los precipita escaleras abajo. Esas escaleras —dice Bernal Díaz— estaban cubiertas por tres pulgadas de sangre de los sacrificios humanos que allí se hacían. Y así se acaba el horror, reemplazando aquellos ídolos con la imagen de la Virgen.

En Hernán Cortés hay una grandeza excepcional: él sabe que lo sagrado y los ídolos son incompatibles, que donde están los ídolos no hay nada sagrado, y donde está lo santo no hay ídolos. Cortés no era un respetuoso de las conciencias de los índígenas, quienes promovían las guerras para proveerse de víctimas humanas para sacrificar a los ídolos: Cortés era un servidor de Dios y actuaba en consecuencia.

“España se destaca por haber hecho una unidad entre la fe y la nacionalidad: ser español es ser católico y, de alguna manera, ser católico es también ser español. España fusiona la fe con la empresa política de la conquista, y esto, porque no fue «ecumenista», porque combatió a los ídolos, porque si bien no se preocupó mucho por dar una instrucción pormenorizada del Evangelio, sí se preocupó porque renunciaran a Satanás y admitieran la gloria de Cristo, y esto es la esencia del bautismo.

Así se ha bautizado América: combatiendo a los ídolos (…)“Si el catolicismo ha de reconquistar América, ha de ser reasumiendo esa unidad inextricable de nacionalidad y de fe”.

Ochocientos años, el paso de la Cristianidad a la Increencia



Autor: Lucrecia Rego de Planas

En los últimos meses, me ha dado por leer las obras de los Doctores de la Iglesia, ésos que vivieron en los siglos XI y XII. Me ha dado también por leer biografías de los grandes santos del S. XIII y XIV y libros de historia… cosa rarísima en mí, que soy matemática de corazón y profesión.
No sé porqué. Será tal vez porque me estoy volviendo anciana (voy en carrera galopante hacia los 50 y los alcanzaré en cuatro años) o quizás sólo sea porque me ha entrado una inquietud: descubrir qué es lo que ha sucedido en el mundo, en la cultura, en la mente y el corazón del hombre, para haber cambiado de manera radical, en sólo 800 años, de una vida centrada en Dios… hasta llegar al olvido completo de Dios, a vivir “como si Dios no existiera”, que es como describe Benedicto XVI al hombre de hoy.
No soy historiadora, sino solamente una mamá de nueve hijos, contempladora del desarrollo histórico de la cultura y una ávida lectora de libros de espiritualidad de todos los tiempos. Por esta razón, me encantará recibir correcciones y enmiendas de este análisis “histórico” que he llegado a dilucidar de mis lecturas y que les quiero compartir el día de hoy.¿Qué pasó en estos ochocientos años en la vida del hombre, para que cambiara de la centralidad en Dios, al olvido total de Dios?.
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Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen. Es largo, pero clarísimo. Tiene la virtud de resumir en pocas páginas, lo que otros han escrito en largos y eruditos libros, sin ser infiel al contenido.
Me recordó un libro del R.P. Julio Meinvielle: " El comunismo en la Revolución Anticristiana".
Recomiendo enfáticamente su lectura. Especialmente para los más jóvenes.

21 de Agosto, Festividad de Santa Juana Francisca Frèmyot de Chantal, Viuda y Fundadora



Los dones naturales y los sobrenaturales son independientes. Pero cuando ambas cosas se unen, el resultado es verdaderamente deslumbrador.
Naturaleza y gracia, íntimamente unidas, actuando aquélla de base y ésta de perfección, producen un resultado ante el cual se siente impresionado quien lo contempla.
Uno de estos casos es el de Santa Juana Francisca. Naturalmente era una superdotada. Sin establecer una comparación que en todo resultaría odiosa, pero mucho más en el caso presente, nos atrevemos a decir que no iba en zaga a San Francisco de Sales en cualidades naturales, y téngase en cuenta que San Francisco pasa por una de las personalidades más excepcionales que ha conocido la historia. La Santa parece tenerlo todo: inteligencia clarísima, extraordinario don de gentes, presencia agradable, hermosura corporal, corazón amplio... y sobre esta base descendieron en abundancia las gracias sobrenaturales que, correspondidas con una generosidad sin límites, produjeron una santidad extraordinaria. Añádase a esto que la Santa trabajó en su propia santificación bajo la égida del prototipo del humanismo cristiano, San Francisco de Sales, y no nos podrá extrañar que el resultado sea, según hemos dicho, verdaderamente deslumbrador.
Como todas las grandes personalidades, Juana Francisca se formó en la adversidad, entre dificultades. No es imposible, pero sí muy difícil, que una personalidad recia nazca en un ambiente de mimos y de vida fácil.
Juana Francisca pierde en los primeros meses de su vida a su madre, y queda bajo la influencia de un padre rectísimo, hombre hecho de una pieza, que ha de atravesar durante la niñez de la Santa circunstancias bien difíciles.
Nos encontramos en Dijón, en plena época de guerras civiles. El señor Frèmyot, padre de la Santa, era presidente del Parlamento, lo que llamaríamos en España la Audiencia Territorial. Permanece fiel a la dinastía, y no menos fiel, a su fe católica. Esto le crea una situación dificilísima. Tiene que abandonar su propia casa, que es saqueada; recibe un mensaje amenazándole con la muerte de su hijo, que ha quedado prisionero, si no cede, y en efecto no cede, aunque la amenaza no llega a realizarse; atraviesa dificultades económicas y de tipo político, rodeado por la incomprensión de unos y de otros. Así, contemplando aquellos ejemplos de integridad y de hombría de bien, se desarrolla la muchacha hasta llegar a los veinte años.
A esta edad contrae matrimonio con el barón de Chantal, que tenía siete años más que ella. Todos los biógrafos se hacen lenguas de la magnífica pareja que formaban los dos jóvenes. Tenía Juana Francisca un tipo majestuoso, una innegable gracia natural y parece que su esposo no se dejaba superar ni en esto, ni en las cualidades de alma, por su mujer. Lo cierto es que durante ocho años el matrimonio vivió una felicidad que parecía no tener límites. Es cierto que a veces el joven esposo tenía que dejar el hogar para ir a la guerra, o a cumplir sus deberes en la corte. Pero esto hacía cada vez más gratas las horas que se pasaban cada vez que regresaba. El mismo rey distinguía al barón de Chantal con su afecto, y nada parecía faltar a la felicidad de aquel hogar que Dios había bendecido con la sonrisa de cuatro niños.
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20 de agosto de 2008

Trento

Tiziano: Concilio de Trento

«En Trento, por boca española, se subrayó el dogma de la libertad, es decir, el de la posibilidad de colaborar en la obra divina, poniendo a salvo la Encarnación en cada hombre, la real existencia de un cuerpo místico.
En Trento se afirmó la existencia de la libertad en la posibilidad de consentir o resistir.
Mientras Lutero decía que la Gracia encuentra al hombre corrompido y corrompido lo deja, agregando que su acción se reduce a no otorgarle la no imputabilidad del pecado, los misioneros de España, que no creían que la Gracia fuera una ficción jurídica, sino una renovación vital, penetraron en las fragosidades de las selvas americanas para llevarla a los naturales, seguros de que ella, vivificando a la naturaleza como una perfección elevaría a un ser perfectible.
Tal es la siembra estupenda del siglo XVI.
Frente al mundo que se debate en la angustia y el asco, sólo los ideales de la Hispanidad ofrecen salvación.
Tenían razón Carlos I y Felipe II. Mientras los ideales que terminan en los Pirineos continúan dividiendo, los que allí comienzan unen a muchos pueblos dentro de lo esencial: un mismo sentido de la vida.
El destino de la Hispanidad tiene que ser, por todo eso, salvar, en el caos que se avecina, la persona humana y, con ella, vencer al Anticristo.
Es el imperativo que dejaron en América, sellado con su sangre, como un deber de conciencia.
Legado que los hombres de América deben recibir, salvo que renunciaran a su propio ser y a su propia personalidad para insistir, por las vías del plagio, en recorrer caminos de muerte, como fueron aquellos en que los falsos apóstoles de la política sumergieron a América durante el último siglo.
Pero muchas voces anuncian que ese peligro ha pasado. La voz auténtica del estilo de la raza vuelve a ser escuchada.
Los hispanoamericanos principiamos a comprender que Dios está en nosotros, porque Dios está en la Hispanidad; y está en ella porque la Hispanidad —como sentido de la vida— es la verdad.
La siembra española del siglo XVI se abre en esperanzas, que dicen que América, en las luchas del futuro, estará donde le corresponde: ¡con Cristo Rey!”»

Vicente Sierra

2do. Arquetipo: San Bernardo de Claraval


por el R.P. Alfredo Sáenz.



La figura de San Bernardo es estelar en la Iglesia, y sin duda la más representativa de la época de la Cristiandad medieval.

Nació en el año 1091, cerca de la capital de Borgoña, de padres de ilustre prosapia. Su educación, propia de las familias de su estirpe, fue esmerada, incluyendo la gramática, la retórica y la dialéctica, juntamente con la lectura y explicación de autores clásicos tales como Cicerón, Virgilio, Horacio, etc. Bernardo era un joven robusto, de frente amplia, ojos azules y penetrantes. Todos sus contemporáneos coinciden en afirmar que brotaba de él un prestigio singular.

Un día comprendió que Dios le llamaba para seguirlo de cerca como religioso. Su padre se opuso terminantemente. Pero entonces comenzó a manifestarse aquella capacidad de seducción que durante toda su vida habría de emanar de su persona. Uno tras otro, todos sus hermanos, sin excepción, hicieron suya la decisión de Bernardo. Comentando este poder de atracción contagiosa, escribe René Guénon en el tan breve como precioso estudio que dedicara a nuestro santo:

«Hay ya en ello algo de extraordinario, y sería sin duda insuficiente evocar el poder del «genio», en el sentido profundo de esta palabra, para explicar semejante influencia. ¿No vale mejor reconocer en ello la acción de la gracia divina que, penetrando en cierta manera toda la persona del apóstol e irradiando fuera por su sobreabundancia, se comunicaba a través de él como por un canal, según la comparación que él mismo emplearía más tarde aplicándola a la Santísima Virgen?».


Personalidad riquísima, polifacética; tratemos, en cuanto nos sea posible, de delinear sus principales rasgos.


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20 de Agosto, Festividad de San Bernardo de Claraval, Abad y Doctor



San Bernardo de Claraval (Clairvaux)
Fiesta: 20 de agosto
(1090-1153)
Cisterciense, Doctor de la Iglesia
Fue el gran impulsor y propagador de la Orden Cisterciense y el hombre más importante del siglo XII en Europa.

Fundador del Monasterio Cisterciense del Claraval y de muchos otros.

Nació en Borgoña (Francia) en el año 1.090, en el Castillo Fontaines-les-Dijon. Sus padres eran los señores del Castillo y fue educado junto a sus siete hermanos como correspondía a la nobleza, recibiendo una excelente formación en latín, literatura y religión.

San Bernardo es, cronológicamente, el último de los Padres de la Iglesia, pero es uno de los que más impacto ha tenido en ella.

Fue declarado Santo en 1.173 por el Papa Alejandro III. Posteriormente, fue declarado Doctor de la Iglesia.

19 de agosto de 2008

Obispos que hablan claramente

USA: LOS CATÓLICOS Y LAS ELECCIONES.

Fuentes: Propias; Life News, 14-08-08, n° 4391; NG 158, 181, 835, 900.

Por Juan Bacigaluppi

Los votantes católicos que respaldan a candidatos favorables al aborto, a la eutanasia o la investigación de embriones “cometen un mal moral”


Los obispos católicos del estado de Kansas, Mons. Joseph Naumann, arzobispo de Kansas City; Mons. Ronald Gilmore, obispo de Dodge City; Mons. Paul Coakley, obispo de Salina; Mons. Michael Jackels, obispo de Wichita, publicaron una nueva guía del votante cristiano insistiendo en que favorecer con el voto a los candidatos que apoyan el aborto “está moralmente mal”. En el documento conjunto, afirman que los votantes católicos que respaldan a candidatos favorables al aborto, a la eutanasia o la investigación de embrionescometen un mal moral”, (pecado de cooperación al mal).

El documento sigue diciendo que a pesar de los otros motivos que pueden tener los votantes, éstos no deben votar a candidatos favorables “al aborto, a la eutanasia, al suicidio asistido, a la destrucción de embriones de seres humanos en la investigación con células madre y a la clonación", de lo contrario estarían cooperando con el mal.

Algunos votantes católicos -dice Life News- justifican su apoyo a candidatos abortistas como Barack Obama, justificándose en que éstos parecerían estar más cerca de la doctrina católica en temas sociales.

Sin embargo, los obispos de Kansas insisten en que el aborto, la eutanasia, la experimentación con embriones humanos son “actos que constituyen un ataque contra la vida humana inocente y son intrínsecamente malos, es decir, son malos en sí mismos, independientemente de nuestras opiniones o de otras circunstancias".

"En vista de eso cooperamos al mal moral si votamos por un candidato que tiene una postura permisiva con respecto a las acciones que son intrínsecamente malas”.

Recordamos lo declarado por muchos obispos norteamericanos a partir del año 2000: “la posición sobre el aborto es un factor determinante que califica o descalifica a un candidato para recibir el voto de los católicos, porque sin desmerecer otros temas de doctrina social de la Iglesia, el asesinato del niño no nacido afecta al primero de los derechos humanos -el derecho a la vida- del cual dependen todos los demás derechos. El magisterio de los obispos no favorece ni se opone a ningún partido, sino que en cumplimiento de su mandato apostólico, orienta a los fieles sobre cómo juzgar a la hora de votar”, (vid. NG 799).

Téngase en cuenta también la carta dirigida por el entonces Cardenal Ratzinger al Cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo de Washington, con ocasión de la asamblea de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, celebrada en Denver, del 14 al 19 de junio de 2004, en la que se decía expresamente: “Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia”, (vid. NG 664).

Los obispos de Kansas siguen diciendo, "cuando no se puede elegir a ningún candidato que evite el apoyo a todas las acciones intrínsecamente malas, debemos votar de manera tal de permitir el menor daño a la vida humana inocente y a su dignidad. Por lo tanto, no actuaríamos inmoralmente si tuviéramos que votar por un candidato que no es del todo aceptable moralmente con el fin de derrotar a quienes son una amenaza aún mayor para la vida humana y su dignidad", concluyen.

Enviado por Aldo H. De Lorenzi.
Tomado de Noticias globales

Sacerdotes más de nombre que de hecho...

Leído en Secretum meum mihi,
Releído en Catapulta, de la cual transcribo hasta los comentarios en la Festividad del Santo

Hoy leo en Secretum meum mihi un texto tremendo de San Juan Eudes:

La marca más evidente de la ira de Dios y el más terrible castigo que Él puede infligir al mundo se manifiesta cuando Él permite a su pueblo caer en las manos de clérigos que son sacerdotes más de nombre que de hecho, sacerdotes que practican la crueldad de lobos rapaces, más bien que la caridad y el afecto de los pastores devotos.

Cuando Dios permite tales cosas es una muy positiva prueba de que Él está profundamente enojado con Su pueblo y lo visita con su más terrible ira. Por eso es que Él grita incesantemente a los cristianos “Volved, hijos rebeldes…y os daré pastores según mi corazón” (Jer.,3,14-15)Así, las anomalías en las vidas de los sacerdotes constituyen un azote sobre el pueblo, como consecuencia del pecado.

Sólo volviendo a Cristo se salvará la Argentina. Dejemos de ser rebeldes pues y no dejemos que Su Dulce Voz se pierda en el desierto de nuestras almas.

Como habrá notado el querido lector, hoy no me ocupo de asuntos políticos, que en definitiva son de menor cuantía. Buen fin de semana en familia y con amigos verdaderos. Y el lunes volvamos a seguir combatiendo por la Argentina de siempre, que bien vale la pena.

El universitario católico ante los problemas del Estado Moderno

El Escorial
Día 3 de julio de 1946 a las diez de la mañana.

Introducción al tema cuarto:«El universitario católico ante los problemas del Estado moderno»
Bajo la presidencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo auxiliar de Madrid, y del Presidente internacional de PAX ROMANA, Sr. Ruiz-Giménez, se abre la sesión, que tiene por objeto la introducción a la cuarta ponencia, por el Rvdo. P. Juan Sepich, Prof. de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires.

Empieza diciendo que cuando se habla del Estado hay que llegar a la conclusión de que, en realidad, hay dos filosofías que rigen el concepto del Estado. Una filosofía que considera al Estado como un fin mismo del movimiento didáctico de la Humanidad y de la Historia, y una filosofía que considera el concepto del Estado, simplemente, como una manera concreta, en la que se va produciendo una realización de la Historia, que nace de la voluntad de Dios, que determina un principio de la Humanidad, y le señala un fin que se debe cumplir, pero cuyas condiciones quedan siempre pendientes de la voluntad del hombre. Por consiguiente, para comprender a cuál de los dos campos pertenecen los Estados modernos, se tendría que acudir a sus raíces, porque, de lo contrario, nos encontraríamos en la imposibilidad de situar el contenido de la Historia de los Estados modernos y correríamos el riesgo de no poder comprender en qué época vivimos.Dice que ya es trivial decir que nuestra convivencia occidental depende de la cultura greco-romana. Analiza lo que fue la cultura griega, la cultura romana, y explica la concepción política de estas épocas.Pasa a estudiar la civilización cristiana, y examina con todo detalle la ingente labor realizada por los Padres de la Iglesia, y dedica elocuentes párrafos a la obra maestra de San Agustín: La Ciudad de Dios.Habla a continuación de la apostasía de los Estados modernos y afirma que si se quiere volver a los principios cristianos hay que restaurar en el mundo los principios que dieron origen al Estado cristiano. Lo primero y fundamental en la restauración de estos principios cristianos y, lo que más afecta al hombre moderno, es la restauración de la autoridad; la restauración de la autoridad, pero no como la suma de los poderes adquiridos por la fuerza de la victoria, sino la autoridad que se recibe como un don del Creador, para conducir a la comunidad política al fin universal, que es la eterna gloria de Dios.El segundo punto que es menester restaurar es el Estado concebido como la forma concreta de una autoridad, en lo científico, en lo político, en lo social y en lo económico. [109]
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19 de Agosto, Festividad de San Juan Eudes


Juan Eudes nació en Ri (Francia), el 14 de noviembre de 1601.
Hijo de una pareja de buenos normandos y fervorosos cristianos, recibió desde pequeño la formación que un hogar de esos quilates podía dar entonces. Una niñez harto normal, una etapa de estudios bastante completa en el colegio de los Jesuítas, y un proceso de discernimiento espiritual que lo llevará a optar por el sacerdocio en la recién fundada Congregación del Oratorio, del Card. de Bérulle. A partir de allí se inició una fecunda y exigente vida de misionero que lo llevará por muchos caminos de Francia, lo pondrá en contcto con la dolorosa realidad de un país cristiano en crisis de fe y le permitirá convertirse en misionero y profeta de la misericordia.

Juan Eudes, discípulo tanto de Bérulle como de Francisco de Sales, abreva su espíritu en ambas corrientes teológicas, y de ambas alimentó la coherente espiritualidad que dará sentido a su vida entera y nutrirá su vena de escritor popular. De ese doble hontanar se alimentó el riachuelo que ya comenzaba a notarse en el joven sacerdote oratoriano, y que pronto se convertirá en un poderoso torrente espiritual. Ambas corrientes fundarán y estimularán su espíritu misionero.

El P. Eudes parte de un principio unificador: el cuidado y ocupación principal de todo bautizado consiste en formar y establecer (a Jesús) dentro de nosotros, en hacer que allí viva y reine. Porque ser cristiano y ser santo es una misma cosa. Pero sitúa siempre, así sea de modo latente, este leitmotif espiritual sobre el telón de fondo de una misericordia comprometida y eficaz. Encontramos aquí una coherencia radical entre vida concreta y doctrina espiritual, un engranaje perfecto entre la propia experiencia existencial, el apostolado misionero, las fundaciones, la doctrina de la misericordia y la espiritualidad del Corazón de Jesús y María.

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18 de agosto de 2008

Aviso

Recomiendo vivamente leer este artículo publicado por Santa Iglesia Militante, sobre lo que está ocurriendo en Ecuador.
El presidente Correa, socio intelectual de Cháves, Rodríguez Zapatero, Evo, nuestros K.K., llama a jóvenes y niños a la apostasía.

VIII. El infierno


Capítulo VIII del libro El Problema del Dolor

por C.S. Lewis

¿Qué es el mundo, oh soldados?

Soy yo:

Yo, esta incesante nieve,

Este cielo del norte;

Soldados, esta soledad

A través de la cual marchamos

Soy yo.

W. DE LA MARE, Napoleón.



Ricardo ama a Ricardo... Eso es; yo soy yo.

SHAKESPEARE. Ricardo III..


En un capítulo anterior se admitió que el dolor, que por sí solo puede despertar al hombre malvado al conocimiento de que no todo andaba bien, podría también conducir a una rebeldía final y sin arrepentimiento. Y a lo largo de todo el libro se ha admitido que el hombre posee libre albedrío y que, por lo tanto, todos los dones son para él de doble filo. De estas premisas, directamente se desprende que la labor divina de redimir el mundo no puede asegurar el éxito con respecto a cada alma individual. Algunos no serán redimidos. No hay doctrina que eliminaría con mayor gusto del cristianismo que ésta, si ello estuviera en mi poder. Pero tiene todo el respaldo de la Sagrada Escritura v, especialmente, de las propias palabras de Nuestro Señor; siempre ha sido sostenida por la cristiandad, y tiene el respaldo de la razón. Si se juega un juego, tiene que ser posible perderlo. Si la felicidad de una creatura está en el abandono de sí, nadie más que ella misma puede llevarlo a efecto (a pesar de que muchos pueden ayudarle a hacerlo), y puede rehusarse a ello. Pagaría cualquier precio para poder verdaderamente decir "todos se salvarán". Pero mi razón responde, "¿sin su voluntad, o con ella?". Si digo "sin su voluntad", percibo de inmediato una contradicción; ¿cómo puede el acto supremo de voluntad, el abandono de sí, ser involuntario? Si digo "con su voluntad", mi razón responde, "¿cómo, si no quieren ceder?".

Los sermones dominicales acerca del infierno, al igual que todas las frases dominicales, están dirigidas a la conciencia y a la voluntad, no a nuestra curiosidad intelectual. Cuando nos han animado a actuar, convenciéndonos de una posibilidad terrible, han hecho probablemente todo lo que tenían la intención de hacer; y si todo el mundo fuera cristiano convencido, sería innecesario decir una palabra más sobre el asunto. Tal como son las cosas, sin embargo, esta doctrina es uno de los principales terrenos en que se ataca al cristianismo de bárbaro, y donde la bondad de Dios es impugnada. Se nos dice que es una doctrina detestable -ciertamente, yo también la detesto desde el fondo de mi corazón- y se nos recuerda las tragedias que han ocurrido en la vida humana por creer en ella. De las otras tragedias, que ocurren por no creerla, se nos dice menos. Por estas razones, y sólo por éstas, se hace necesario discutir el asunto.

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Santa Juana de Arco, políticamente incorrecta


Tomado de Athelas

ORACIÓN A SANTA JUANA DE ARCO

Se invoca a Santa Juana de Arco, patrona de Francia. Si bien el texto que sigue, como es obvio, está dirigido a franceses y a los problemas de Francia, seguramente servirá para la reflexión de muchos otros en varias partes de nuestro atribulado y globalizado mundo actual.

ORACIÓN

Porque vos sois santa, ya habéis hecho milagros y sabéis como hacerlos, entonces, voy a pediros que hagáis uno para nosotros. No. Como vos sois una gran santa, voy a pediros que hagáis diez, muy grandes y portentosos:

PRIMERO: Santa Juana, voy a pediros que hagáis que todos los franceses se enamoren de Francia. No de la América insidiosa, ni del Oriente fascinante, ni del Islam seductor. De Francia, de la dulce Francia.

SEGUNDO: Santa Juana, os pido que hagáis que todos los franceses inspiren de nuevo a todas las francesas el deseo de llevar sus hijos hasta su nacimiento, de parirlos, de alimentarlos, de educarlos, de hacerlos franceses, lo que nos ahorrará, entre otras cosas, la necesidad de alentar una inmigración que sabemos integrar tan mal.

TERCERO: Quisiera pediros que tengáis un pensamiento para nuestra bella lengua francesa. Devolvednos el subjuntivo y el indicativo. Sacad la torpeza de algunas bocas contemporáneas, sobre todo de las de muchos jóvenes, y actores en boga. Haced que empecemos de nuevo a decir "buenos días" y no "buenas...". Tratad de evitarnos los anglicismos y los americanismos, y no sólo en el vocabulario, sino, sobre todo, en los giros de esas frases contranatura que nos inspiran las lenguas anglosajonas. En cuanto a los que dicen "graficar", "explicitar" o "a nivel de", haced que el diablo los confunda. Si me animara Juana, si me animara — pero yo sé que exagero — os pediría tímidamente que resucitéis también, aunque más no fuera esporádicamente, el imperfecto del subjuntivo.

CUARTO: Os pido Santa Juana, que los franceses vuelvan a ser frondistas, burlones, indisciplinados, escépticos; que no se dejen más llenar la cabeza ni lavar el cerebro, que no se dejen engañar groseramente, que tengan de nuevo el pícaro placer de esquivar los clavos, que se acuerden del viejo dicho picardo "desconfía", que apliquen el método perigourdin "cuanto más me miro más me entristezco; cuanto más me comparo más me tranquilizo". Que no se olviden que decir "sí", es bajar la cabeza, que decir "no" es levantar la frente.-

QUINTO MILAGRO: Haced, os suplico, que los franceses no se vuelvan una plebe irresponsable — preocupada por sus "derechos a", y ya no más por sus "deberes de"— perpetua beneficiaria de la asistencia pública, por lo tanto esclavizada, no conociendo más que dos categorías: todo lo que no está prohibido es obligatorio y todo lo que no es obligatorio está prohibido. Yo quisiera ver a los franceses no liberales ni libertarios, sino libres. Liberados. Exentos de cargas. Franceses que hayan vuelto a ser franceses.-

SEXTO MILAGRO: Os pido que nos devolváis el respeto debido a la edad. En primer lugar, yo tengo en ello personal interés y, después, el respeto a la edad es lo que caracteriza el refinamiento del corazón: poco importa si el respetado es un decrépito inservible; es el respetuoso el que gana respetando, o, al menos, empleando los gestos exteriores de respeto.

¿Que quiere Ud? ¡Me molesta constatar que, con mi barba blanca, sólo los negros me ceden el asiento en el subterráneo! Yo me niego, claro, pero a la larga eso va a terminar por hacer que me vuelva racista. Racista pro-Negro; por supuesto.

A propósito del racismo,

SÉPTIMO MILAGRO. Yo quisiera ver suprimido en Francia el racismo puritano anti-fumador y anti-bebedor, que se apodera de nuestro país. En fin, es afligente. Ud entra en un restaurante, y lo primero que le preguntan es "¿Fumadores o no fumadores?" Y cuando Ud. dice "No fumadores" como yo, uno siente enseguida la aprobación del joven maître d'hôtel. Enseguida, cuando son dos comensales y Ud. ordena el vino, él le pregunta con un tono incitativo: "¿Una media botella?" y, si uno contesta, como yo, "No, una botella entera... para empezar", el joven maître d'hôtel oculta apenas su reprobación o sonríe con indulgencia como si se tratara de una broma de mal gusto.

Muy pronto, en los restaurantes preguntarán "¿bebedores o no bebedores?" y habrá un rincón reservado para parias alcohólicos, en tanto que en las mesas para la gente decente, los sodomitas, los pornógrafos y los drogados, triunfantes, beberán sólo agua. Evitadnos eso, Santa Juana.

OCTAVO MILAGRO: Santa Juana, yo quisiera también ver la administración de justicia volver a normas humanas. Si hay un conflicto entre un empleado y un empleador, yo no quisiera que el empleado haya ganado de antemano, como lo recomienda el sindicato de la magistratura. Si chicos pervertidos por la televisión denuncian a sus educadores por prácticas sexuales prohibidas, yo quisiera que se hiciera una investigación seria. Si un asaltante armado entra en mi casa y yo tiro mejor que él, no quisiera pasar por un asesino.

NOVENO MILAGRO: Haced Santa Juana, os suplico, que Francia pueda permitirse citar al general Cambronne*. Y que no sea solamente el 1º de agosto y no solamente al Rey de Inglaterra. Haced que sea todos los días del año y 366 días en los bisiestos, y haced que sea a todas las potencias de la tierra, si nos faltan el respeto. Espero Santa Juana que no os sea chocante. Vos habéis debido escuchar otras cuando comandabais a vuestros troperos medioevales.

ULTIMO MILAGRO: Santa Juana, os pido que nos deis una aventura. Una aventura grande y noble. Una aventura a la medida de Francia, como la que nos disteis en la época de la guerra de Argelia, chance prodigiosa ofrecida a Francia, y en particular a la juventud francesa, que tiene necesidad de sacrificarse: si todos no son retenidos por el martirio, los que lo son ennoblecen a los otros. En Argelia las circunstancias más favorables para un martirio útil estaban reunidas.

Haced que corramos peligros, que la vida se vuelva exaltante y dura, que olvidemos nuestras cuentas bancarias, nuestras libretas de caja de ahorro, nuestras cadenas de hi-fi, nuestras vacaciones, nuestra manía de movernos, nuestras paritarias, nuestros barbitúricos, nuestras normas europeas ... y vuelva santa Juana, a enarbolar vuestro estandarte y a ponerse a la cabeza de los que la seguirán.

Habrá, Santa Juana, habrá.

Y tal vez más de los que pensamos.

VLADIMIR VOLKOFF

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Notas del Traductor:

* Pierre CAMBRONNE, general francés, nacido en Nantes (1770-1842). Comandó en Waterloo uno de los últimos cuadros de la Vieja Guardia. Intimado a rendirse, respondió: "La guardia muere y no se rinde". Según la versión de un testigo ocular, que estaba a su lado, luego de varias intimaciones, respondiendo siempre lo mismo ("La guardia muere..."), cuando ya la situación era desastrosamente insostenible, a la última intimación, esta vez del general inglés y de sus soldados, contestó con un rotundo "¡Merde!", conocido desde entonces como "la palabra de Cambronne".


Fuente
Dr. Enrique Martín Pouyssegur
puysegur@speedy.com.ar
Mar del Plata
ARGENTINA

18 de Agosto, Conmemoración de San Agapito, Mártir


San Agapito, mártir en Prenesta, en la Campaña romana, fue encarcelado a la edad de quince años, azotado con nervios de buey y arrojado después en una espantosa mazmorra, donde quedó abandonado cuatro días sin alimento. Sacándolo de allí, le pusieron brasas encendidas sobre la cabeza, y como no cesaba de dar gracias a Dios, lo suspendieron de los pies encima de un brasero; en seguida arrojaron agua hirviendo y le quebraron las mandíbulas. Por fin, fue arrojado a los leones, y como éstos lo respetasen, se dio término a sus tormentos decapitándolo, hacia el año 274.

17 de agosto de 2008

El Catolicismo en nuestra Historia

La Historia de los países hispanoamericanos, es la historia de España, por lo menos hasta su abrupta separación, alrededor de 1810; por tanto lo aquí glosado, para todos los íberoamericanos, es nuestra propia Historia. Cada vez que lea España, cada cual de los lectores lea México, Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, y un largo etc., pues éstas son nuestras raíces.
Y entiéndase, que de nuestra común raíz, nuestro actual desconcierto, y sin dudas nuestro común futuro, dependen de las fuentes en las que abrevemos, bien sean ellas las tradicionales, o bien las de las actuales "latinoamérica" (en minúsculas y pronunciadas en WASP), o de la indoamérica ( también en minúsculas y acuñadas por Chávez, Evo, Lugo, and why not? Kirchner).
El Cruzamante


por Juan Vázquez de Mella

Cangas de Onís (Asturias), 8 de Junio de 1861- Madrid, 28 de febrero de 1928

El catolicismo en nuestra historia. 17 de mayo de 1913. Discurso en la Real Academia de Jurisprudencia.

Tomado de ¡Avant!

Ese vínculo que une nuestra vida con la vida de la Patria nos obliga a mucho. A lo primero que nos obliga es a conocerla, y no se puede amar lo que se ignora. De aquí voy a deducir una consecuencia: que si es necesario conocer a la nación para amarla, hay que conocer su vida íntima, hay que conocer la directriz de su historia, el principio vital que ha informado su ser y todas las manifestaciones de su genio, y para conocer eso, cuando se trata de España, hay que conocer la Religión Católica.

Pero ¿es verdad que la Religión Católica constituye el elemento predominante y directivo de la Patria y de la nación española? Para negarlo, a fin de eludir la consecuencia de la enseñanza religiosa obligatoria, hay que negar su historia, es decir, negar a España, no tengo más que trazar ante vosotros las líneas más grandes y más generales de esa historia para demostraros que la Religión Católica es la inspiradora de España, la informadora de toda su vida, la que le ha dado el ser, y que sin ella no hay alma, ni carácter, ni espíritu nacional.

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17 de Agosto, Festividad de San Jacinto, Confesor


Nacido a finales del siglo XII en el seno de una familia polaca —los condes de Konskie—, es educado cristianamente. En 1220, ya sacerdote, acompaña a su tío, obispo de Cracovia, a Roma, de donde volverá fraile de la naciente Orden de Sto. Domingo. Después de casi cuarenta años de trabajos apostólicos acompañados de milagros, muere en 1257. — Fiesta: 17 de agosto.

San Jacinto, Patrono nacional de Polonia, la nación mártir, es uno de esos santos que no todos pueden comprender, porque su vida está envuelta en el hálito del milagro. Cierto que la Iglesia no canoniza a ningún santo que no haya obrado al menos dos milagros reales y comprobados. Pero muchas veces Dios realiza tales prodigios a través de sus santos, cuando éstos ya están en la gloria. No es así el caso del nuestro, cuya existencia terrena es una cadena ininterrumpida de hechos maravillosos. Los testimonios históricos que tenemos acerca de él, no permiten atribuir las noticias de su poder taumatúrgico a la leyenda medieval, sino que nos obliga a admitirlas plenamente...

Hijo de los condes de Konskie, Jacinto pasa su infancia entre los esplendores de la vida cortesana, hasta que comienza su vida de estudio en los grandes centros culturales de entonces: Praga, Bolonia y París son, respectivamente, el teatro de su carrera de artes, derecho y teología. Vuelto a Polonia, abraza el estado eclesiástico, siendo nombrado canónigo de Cracovia por su tío, a la sazón obispo de aquella diócesis.

En 1220 acompaña a su tío a Roma, coincidiendo allí con la resurrección del joven sobrino del cardenal Esteban, realizada por Domingo de Guzmán. El hecho se va conociendo por toda la ciudad y conmueve profundamente al joven canónigo, que desde aquel momento se une a la naciente Orden de Predicadores, la cual, bajo la dirección de Santo Domingo, se dedicaba a alabar a Dios y predicar la verdad cristiana.

Después de unos meses de formación al lado del santo fundador de los dominicos, que le transmitió su espíritu y sus deseos, Jacinto vuelve a Polonia para predicar y fundar nuevos conventos. El camino lo hace a pie junto con otros compañeros y va esparciendo la buena semilla por todos los poblados por donde pasa. Sus palabras convierten, y sus milagros confirman el favor de Dios sobre él. Como la gente no quiere dejar que se marchen, suele quedarse alguno del grupo al que se unen nuevas vocaciones, formándose nuevos conventos. Los restantes prosiguen su camino, y por este sistema, sólo Jacinto llega a Cracovia, donde habiéndole precedido su fama de taumaturgo, es recibido solemnemente.

Funda allí un hermoso convento que será la cuna de los predicadores del norte de Europa, y predica la vieja y siempre nueva palabra del Señor, que renueva la faz de aquella diócesis, haciendo revivir en toda ella el espíritu de amor. Ello no basta a Jacinto, que no conoce fronteras para su celo evangelizador. Y se lanza a predicar a Prusia, todavía idolátrica, y de allí pasa a Rusia llegando hasta Kiev. Dios mismo le abre camino en aquel pueblo evangelizado antes por misioneros cismáticos, al devolver milagrosamente la vista a la hija del gran príncipe Wladimiro, ciega de nacimiento. Es también en Kiev, donde al invadir los tártaros la ciudad, Jacinto se lleva en su huida al Santísimo Sacramento, para que no sea profanado en saqueo. Pero antes de salir del templo, la imagen de la Virgen se queja de que la deje abandonada. El humilde fraile se excusa, porque no puede con un peso tan grande, pero ante el requerimiento de la Madre la toma de la mano, y huye atravesando a pie enjuto el caudaloso río, seguido de sus frailes.

No son éstos los únicos prodigios realizados por San Jacinto, durante los años de su trabajo apostólico, sino que con otros muchos el Señor fecundó su labor. La bula de canonización, dada por Clemente VIII, en el año 1594, tras casi un siglo de serias investigaciones en Polonia, cuenta cómo resucitó al hijo de una viuda, ahogado en el río hacía 24 horas. También, en la misma bula, vemos cómo un joven que había gastado todos sus recursos para devolver la salud a su madre paralítica sin conseguirlo, acude a la intercesión del santo, y obtiene la tan deseada curación. Otro día será el llanto de los labradores ante la destrucción de las mieses que estaban a punto para la siega, lo que le mueve a conseguir del cielo que las mieses sean repuestas... Se haría demasiado extenso este relato si continuásemos narrando los que en vida realizó el que ha podido ser llamado el más grande taumaturgo de su siglo.