Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

13 de mayo de 2008

13 de mayo. Festividad de San Roberto Belarmino, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia





Nació esta lumbrera e invicto campeón de la Iglesia en Montepulciano (Italia) el año de 1542, de una noble familia emparentada con el papa Marcelo II.

Habiendo ingresado desde su juventud en la Compañía de Jesús, fue pronto destinado a Lovaina, donde pudo conocer bien los errores, que más tarde había de refutar en sus incomparables Controversias, que son su obra maestra y sin precedente, en que desmenuza todas las argucias del protestantismo contra la verdadera y única Iglesia y arca de salvación, que es la romana.

Siendo luego en Roma maestro de coristas, tuvo como discípulo aventajado a San Luis Gonzaga, y ocupó en el Colegio Romano la cátedra de controversia teológica, en la que nunca tuvo rival.

Elevado contra su gusto al cardenalato y al obispado de Capua, a los tres años renunció a este último para servir en Roma a la santa Iglesia con una actividad multiforme, y sobre todo con la santidad de su vida, consagrada por entero al estudio, a la piedad y a la caridad con los prójimos.

San Francisco de Sales se declara discípulo suyo; el papa Benedicto XIV llamábale “martillo de herejes”, y decíase de él que la Iglesia de Dios no tenía en su tiempo otro hombre más aventajado en ciencia.

Murió en Roma en 1621 y fue inhumado junto a San Luis.

0 comentarios: