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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

11 de agosto de 2008

11 de Agosto, Conmemoración de San Tiburcio, Mártir y Santa Susana, Virgen y Mártir



San Tiburcio


Nació en Roma, hijo de Cromacio, vicario del prefecto; fué convertido por San Sebastián, después de haber dado libertad á 1.400 esclavos, que se hicieron cristianos; renunció el empleo y se retiró á su casa de campo, la cual fué el refugio de los cristianos perseguidos en tiempo de Diocleciano. Había sido, como su padre, uno de los más hábiles abogados de su tiempo, y cambió la toga por el tormento de los mártires de Jesucristo.
Su celo por la Religión y sus virtudes se hicieron públicos. Sus milagros eran tan patentes que muchos gentiles abrazaron la fe cristiana. Habiendo reprendido al hipócrita Torcuato por sus vicios, éste le delató al emperador de ser cristiano. Preso Tiburcio, confesó la verdad de nuestra fe y los embustes y sofistería de Torcuato, con el valor que da la divina gracia. Encolerizado Fabiano, sucesor de Cromacio, mandó que sacrificase á los dioses del gentilismo, y, negándose á ello, fué condenado á pasear con los pies descalzos sobre fuego vivo, y como salió ileso de este tormento, le llevaron á una legua de la ciudad, en la vía Lavicana, y allí le cortaron la cabeza el 11 de Agosto del año 286.


Santa Susana

Santa Susana fue hija única del sacerdote romano Gavania, un familiar del emperador Diocleciano (284-305). Educada en el espíritu de la fe cristiana y dentro de las reglas de verdadera devoción, estudió diferentes ciencias y era considerada como una doncella muy instruida e inteligente. Físicamente muy bella, se distinguía por su castidad, firmeza en su fe y ferviente amor por Cristo.A fin de consagrarse por completo a Dios, la casta Susana se negó a la proposición de Diocleciano de contraer matrimonio con el futuro emperador Galerio y quiso permanecer virgen, siguiendo así el ejemplo de la Virgen María.Diocleciano, para inclinarla a aceptar el matrimonio, la instaló en su palacio y la encomendó a su esposa, la reina Sirena, a convencerla para que se casara. Pero la emperatriz también era cristiana, pero en secreto, y se alegró de la firme resolución de Susana. Al saber por boca de su esposa de la persistencia en no contraer matrimonio por parte de Susana, Diocleciano le dio permiso a su hijo Maximiliano a deshonrarla. Por eso ordenó que fuera devuelta a casa de su Padre.Cuando por la noche, Maximiliano visitó a Susana, la encontró rezando a Dios. Lleno del deseo deshonesto, quiso acercarse a ella pero, al ver sobre su cabeza un ángel que irradiaba una brillante luz, se asustó y huyó al palacio donde relató, lo visto a Diocleciano.Entonces Diocleciano envió a un cruel torturador de cristianos llamado Macedonio a obligar a Susana a rendir culto a un ídolo. Tampoco pudo convencerla y, entonces, sin misericordia Macedonio comenzó a apalear a la mártir. Santa Susana seguía inquebrantable. Al enterarse, Diocleciano ordenó al inhumano Macedonio a despedazarla con una espada.Todo esto tenía lugar en la casa paterna de la Santa. La valentía y la inquebrantable fe de Susana, a tal punto asombró a sus familiares, que todos ellos -el dignatario Claudio, su esposa Prepedinga, sus hijos Alejandro y Kufio y también su hermano Claudio Máximo- tomaron el Bautismo. Al poco tiempo de la muerte de Santa Susana, su padre y su hermano Gay, también sufrieron el martirio y murieron. Las reliquias de Santa Susana y de su Padre se encuentran en Roma, en la iglesia que lleva su nombre.

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