an Remigio, célebre obispo de Reims, conocido en la historia principalmente por el hecho de haber bautizado al rey Clodoveo y un buen número de su pueblo, fué hombre, según el testimonio de San Gregorio de Tours, insigne por su erudición y santidad y por sus obras maravillosas, por todo lo cual es considerado como el apóstol de los francos. Las fuentes que nos informan sobre él, principalmente San Gregorio. de Tours y San Avito de Vienne, aunque fieles en la relación de los hechos fundamentales, no son absolutamente seguras, en lo que se refiere a los detalles de los mismos. Sin embargo, tomando el conjunto de éstos, podemos decir que estamos suficientemente informados.
Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. Contando sólo veintidós años de edad, al quedar vacante en 459 la sede de Reims, fue él destinado para la misma, y los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia.
No poseemos muchas noticias sobre la actividad de San Remigio durante la primera etapa de su vida, desde su elevación a la sede de Reims, en 459, hasta el gran acontecimiento de la conversión de Clodoveo, hacia el 496, en que tan directamente intervino San Remigio. Pero lo poco que conocemos nos lo presenta como un prelado eminente, consciente de sus deberes y entregado de lleno a la instrucción y gobierno de su pueblo. Sabemos por Sidonio Apolinar que desarrolló gran actividad en convertir a muchos entre los invasores francos y someterlos al yugo de Cristo. El mismo atestigua que poseyó un volumen de los sermones de Remigio, cuya suavidad, belleza de expresión y plenitud de doctrina pondera extraordinariamente. Con esta elocuencia, a la que se juntaba su eminente santidad, contribuyó eficazmente a poner el fundamento de la conversión del pueblo de los francos.
*********************************************************************************Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. Contando sólo veintidós años de edad, al quedar vacante en 459 la sede de Reims, fue él destinado para la misma, y los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia.
No poseemos muchas noticias sobre la actividad de San Remigio durante la primera etapa de su vida, desde su elevación a la sede de Reims, en 459, hasta el gran acontecimiento de la conversión de Clodoveo, hacia el 496, en que tan directamente intervino San Remigio. Pero lo poco que conocemos nos lo presenta como un prelado eminente, consciente de sus deberes y entregado de lleno a la instrucción y gobierno de su pueblo. Sabemos por Sidonio Apolinar que desarrolló gran actividad en convertir a muchos entre los invasores francos y someterlos al yugo de Cristo. El mismo atestigua que poseyó un volumen de los sermones de Remigio, cuya suavidad, belleza de expresión y plenitud de doctrina pondera extraordinariamente. Con esta elocuencia, a la que se juntaba su eminente santidad, contribuyó eficazmente a poner el fundamento de la conversión del pueblo de los francos.
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