arlos fue hijo de Canuto IV de Dinamarca y Adela de Flandes. Su padre fue asesinado en 1086 y Adela huyó hacia Flandes, llevándose al joven Carlos con ella. Carlos creció en las corte de su abuelo Roberto I y su tío Roberto II. En 1092 Adela se mudó al sur de Italia para casarse con Roger Borsa, duque de Apulia. Carlos al crecer fue nombrado como caballero y acompañó a Tierra Santa a su tío Roberto II en la Primera Cruzada...
En 1111 Roberto II murió, y el primo de Carlos, Balduino VII, se convirtió en conde. Carlos fue un asesor muy cercano del nuevo conde (era varios años mas joven), quien arregló el matrimonio de Carlos en 1118 con la heredera del conde de Amiens, Margarita de Clermont. El conde Balduino (no tenía hijos) fue herido en una batalla en nombre del rey de Francia, Luis IV, en contra de Enrique I de Inglaterra en septiembre de 1118; designó a Carlos como su sucesor antes de morir en julio de 1119.
Carlos fue notable por su bondad y generosidad hacia los pobres, y durante una hambruna distribuyó pan entre ellos. Tomó medidas para prevenir que los granos fueran acaparados y vendidos a precios excesivos. Estimulado por sus asesores, comenzó con una serie de procedimientos que tenían como objetivo disminuir la influencia del clan Erembald, el cual que estaba muy dedicado a esta actividad, y reducirlos al estado de siervos. Como resultado de esto, Bertulf FitzErembald, el proboste de Brujas, tramó una conspiración para asesinar a Carlos y a sus asesores.
En la mañana del 2 de marzo de 1127, mientras Carlos se hallaba arrodillado rezando en la Iglesia de San Donaciano en Brujas, un grupo de caballeros pertenecientes al clan Erembald entró a la iglesia y lo decapitó. El sacrílego y brutal asesinato del popular conde provocó una gran indignación pública, y casi de inmediato fue considerado como un mártir y como un santo. Fue beatificado en 1884.
Los Erembalds, quienes habían planeado y llevado a cabo el asesinato de Carlos, fueron arrestados y torturados hasta morir por los enfurecidos nobles y comunes de Brujas y Gante. El Rey Luis VI de Francia, quien había apoyado la revuelta en contra del clan Erembald, usó su influencia para elegir a su propio candidato, William Clito como el siguiente Conde de Flandes.
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