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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

19 de abril de 2011

Imagen de culto e imagen de devoción (1)




(...) Quede, (...) en claro, que a diferencia del cuadro de tema religioso, el icono es arte sagrado. Ya se lo utilice en el orden doméstico para la oración familiar, o en la iglesia para la liturgia, es siempre objeto de un verdadero culto, lo que lo diferencia sustancialmente de la simple imagen de piedad, que con frecuencia se usa tan solo con fines de ornamentación. (...) Nadie ha penetrado como (R) Guardini en la diferencia que existe entre lo que él llama "imagen de culto" y la "imagen de devoción".

Expongamos aquí lo principal de su análisis. Por imagenes de culto entiende Guardini al Cristo de Monreale, la Madonna de la iglesia de Torcello, los Santos de San Apolinar, y todo lo a ellos semejante en mosaicos, vitraux, esculturas y pinturas.

En cambio, llama imagenes de devoción al Cristo de Miguel Angel, la Madonna de Tiziano, las figuras de Rafael, Rubens, y cuanto tiene algun parentesco con dichas imagenes. La imagen de culto no procede de la experiencia interior del artista, sino del ser y el gobierno de Dios, que obra sobre el mundo a traves de sus palabras y de sus "gestas", y particularmente por el misterio de la encarnación del Verbo. (...) La imagen de devoción, en cambio, brota de la vida interior del individuo, sea del artista o del que la encarga, sea del pueblo o de la época, con sus corrientes y tendencias propias. También este tipo de imagenes se refiere a Dios y a su gobierno, pero como procediendo de la piedad humana.

Es decir, mientras que la imagen de culto parece venir de la trascendencia, la imagen de devoción surge de la inmanencia, de la interioridad.

De El icono, esplendor de lo sagrado, P. Alfredo Saenz SJ, Gladius, 2004.

Imagen: Virgen y el Niño (mosaico S. XII-XV) en Santa Maria della Assunta, Torcello, Venecia, It.


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