Este artículo fue publicado hace ya un tiempo, pero como no ha perdido nada de actualidad, decido republicarlo.
por el Dr. Antonio Caponetto
“Desde el primer momento que los vi supe que eran mis hijos.
Bajaban enmalonados y disfónicos de colectivos y camiones, rodeados de rostros que eran un solo rostro atrabiliario o convulso. El vale para alguna vitualla extra por haberse movilizado a medianoche, les asomaba por los bolsillos, veteranos de plusvalías. Los gritos se les hacían babaza entre las comisuras, y corrían por las calles golpeando a tamberos y tractoristas, cosechadores y sembradoras, señoras con críos y jóvenes trabajadores, todos los cuales –como se sabe- son la oligarquía vacuna.
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