Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

3 de abril de 2009

3 de Abril, San Ricardo de Chichester, Obispo y Confesor





l siglo XIII comienza en Inglaterra de modo humilde y oscuro y termina de modo esplendoroso. El secreto de este cambio debe hallarse —al menos desde el punto de vista de la historia eclesiástica— en la influencia de la predicación religiosa y en el ejemplo de austeridad de un gran santo.El clamor de la predicación de los dominicos españoles despertó el letargo de los monjes ingleses y transmitió también directamente elementos de cultura debidos a la actividad personal de los hijos de Santo Domingo.

Pero la vida inglesa de principios del siglo XIII no se caracteriza solamente por la ignorancia y superstición en el pueblo, sino también por la ambición en los nobles, el regalismo del trono, el lujo desmedido en los jerarcas eclesiásticos y la apatía y relajación en los monasterios.

Entre el reinado de Juan —Felipe Augusto— y el de Eduardo I hay un paso trascendental. Se pasa de una época de ignorancia colectiva a otra de predominio universitario. Se corrigen excesos autoritarios, se estimula el espíritu de actividad intelectual y se impone en la vida cristiana y en los señores eclesiásticos una mayor sobriedad de costumbres. Entre esas dos épocas hay un período, que es el reinado de Enrique III; pero quien ha suscitado en gran parte esta evolución y este cambio, radicado en el sentimiento religioso de aquella sociedad, es un obispo inglés descendiente de una familia de sencillos labradores: San Ricardo.

Sus virtudes características podrían reducirse a estas tres palabras: austeridad, caridad y energía.

En medio de una sociedad en que los obispos eran "lores" y amantes de las grandezas humanas y los monjes abundaban en la prosperidad y hasta en el lujo, él pasó hambres, amó y practicó la pobreza, se vio desprovisto incluso, de casa en que vivir y por fin murió en un hospicio para sacerdotes pobres y peregrinos.
*******
Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen del Santo Obispo. (Anoten, Eminencias, un buen ejemplo a seguir).

0 comentarios: