Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

5 de enero de 2011

5 de Enero, conmemoración de San Telésforo, Papa y Mártir




an Telésforo, que figura en la lista de los Papas, como séptimo obispo de Roma, parece haber sido griego de nacimiento. Sucedió a Sixto I, hacia el año 126 y presenció la devastación causada por la persecución de Adriano. "Terminó su vida con un glorioso martirio", nos dice Eusebio, y es uno de los primeros sucesores de San Pedro, a quien San Oroneo y otros autores llaman con el nombre de mártir. Las disposiciones que el Liber Pontificalis le atribuye, -por ejemplo la celebración de la Misa de Navidad (fiesta que no existía entonces) a medianoche-, no pueden provenir de su pontificado. Actualmente la conmemoración de San Telésforo ocurre en la misa y el oficio de la vigilia de Epifanía.



El mismo día, San Simeón, Estilita



Los alrededores de Antioquía, en el extremo oriental del Mediterráneo, fueron, durante los siglos V y VI escenario de vida eremítica. Toda la región estaba poblada de monasterios y habitada por anacoretas. El más popular de todos ellos fue San Simeón, llamado más tarde el Estilita por lo que pronto veremos.

Nació Simeón al declinar el siglo IV en Sisán, pueblo situado entre los confines de Cilicia y Siria. De pequeño fue zagalillo y, al frente de un rebaño de ovejas, recorría las montañas vecinas. Era cristiano; pero de Dios sabía lo poco que le enseñaron sus padres, gente sencilla que vivía de la tierra y del pastoreo. Un amanecer, al levantarse como de costumbre, vio todo nevado. No pudo salir con las ovejas aquella mañana y se dirigió a una iglesia. Un monje estaba pronunciando las palabras del Evangelio: "Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados; bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios..." El zagal no acababa de comprender y preguntó a un anciano: "¿Qué debo hacer para merecer la bienaventuranza?" "Lo más seguro - respondió el anciano - es dejarlo todo y llevar vida de anacoreta."

..........................

Para leer la hagiografía completa haga click sobre este enlace.

0 comentarios: