Por el R.P. Julio Meinvielle
Edición de los Cursos de Cultura Católica. Impreso por Francisco A. Colombo, 19 de septiembre de 1936.
Tomado de Stat Veritas
CAPITULO I
LA ECONOMIA Y LA ECONOMIA MODERNA
l mundo vive hoy bajo el signo de la inquietud económica, Porque se ha Perdido el sentido de la economía. Se conocen una infinidad de fenómenos económicos, llamados producción, tierra, capital, trabajo, finanzas, consumo; se registran pretendidas leyes económicas; se construyen teorías y se crean escuelas económicas; pero no se posee el sentido de la economía, porque se ha perdido el de la vida humana.
El mundo moderno – llamo mundo moderno al engendrado por la acción antitradicional de la Reforma Protestante, perpetuado en el liberalismo del siglo XIX y dispuesto ahora a sepultarse en la anarquía bolchevista –, el mundo moderno, digo, no sabe ni puede saber qué es la vida, porque se ha privado del acto propio de la inteligencia, que es “juzgar”.
En el "juicio", la inteligencia conoce el valor real (ontológico) de las cosas. Es un acto esencialmente teleológico. Frente a un ser, no tanto quiere conocer su funcionamiento, su mecanismo, su realidad fenoménica, como su esencia determinada por su finalidad: "¿Para qué es tal ser?”, y conocida su finalidad, ajustar a ella su funcionamiento.
Por esto nuestra preocupación constante en el presente libro será formular un juicio de valor sobre la realidad económica. Habremos de penetrar en las entrañas mismas de los fenómenos económicos modernos, para descubrir su conformación esencial y ver si hay en ellos una perversión ingénita, y en este caso, proponer las condiciones del medicamento eficaz. Como los fenómenos económicos que nos rodean son esencialmente capitalistas, nada más justo que precisar la naturaleza de la Economía capitalista.
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