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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

14 de junio de 2008

14 de Junio, Festividad de San Basilio el Grande, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia





San Basilio nació en el seno de una familia profundamente cristiana. Su abuelo materno había sufrido el martirio. Su padre, junto a una verdadera piedad, transmitió a los diez hijos una sólida formación doctrinal, y de aquel hogar salieron cuatro santos: el propio Basilio y sus hermanos Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste, obispos como él, y su hermana Macrina.


Basilio dedicó varios años al estudio de la Retórica y la Filosofía en Constantinopla y Atenas. Más tarde, cuando contaba unos veinticinco años, regresó a su ciudad natal, Cesarea de Capadocia, donde emprendió la profesión docente. Al poco tiempo, dejó la enseñanza y se retiró al desierto para dedicarse a la contemplación; así se convirtió en uno de los pioneros de la vida monástica. En el 364 fue ordenado sacerdote, y seis años más tarde sucedió a Eusebio como Obispo de Cesarea, metropolitano de Capadocia, y exarca de la diócesis del Ponto. Falleció en el año 379.

Dedicó sus mayores energías a defender la doctrina católica sobre la consustancialidad del Verbo, definida solemnemente en el Concilio de Nicea (año 325). Por esta razón sufrió muchas contradicciones por parte de los herejes arrianos, y tuvo que hacer frente a los abusos de la autoridad imperial, que pretendía imponer con violencia la doctrina de Arrio. Con San Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Nisa contribuyó de manera decisiva a precisar el significado de los términos con que la Iglesia expone el dogma trinitario, preparando de esta manera el Concilio I de Constantinopla (año 381), que enunció de forma definitiva la doctrina de fe sobre la Santísima Trinidad. Basilio no pudo asistir a este Concilio pues falleció en el año 379.

Por sus servicios a la fe, San Basilio es llamado el Grande, y es contado entre los ocho mayores Padres y Doctores de la Iglesia universal. Su producción literaria comprende trabajos dogmáticos, ascéticos, pedagógicos y litúrgicos. A él se debe la fijación definitiva de una de las más conocidas liturgias orientales, que lleva su nombre. Y, junto con San Gregorio Nacianceno, escribió dos Reglas que tuvieron un influjo decisivo en la vida monástica del Oriente cristiano. Muy extenso es también su epistolario.

De él dijo S.S. Benedicto XVI, en la audiencia general del 4 de julio de 2007:

"Queridos hermanos y hermanas:
San Basilio, conocido como una «lumbrera de la Iglesia», es admirado tanto en la Iglesia de Oriente como de Occidente por la santidad de su vida, la excelencia de su doctrina y por su sabiduría. Nació en el siglo cuarto, en una familia de santos que vivían en un clima de profunda fe. Abandonó sus éxitos mundanos y, atraído por Cristo, abrazó la vida monástica entregándose a la oración y al ejercicio de la caridad. Más tarde fue ordenado sacerdote y después Obispo de Cesarea de Capadocia. Además de sus escritos teológicos y literarios, desarrolló una gran actividad pastoral que compartía con la oración y la meditación en soledad.

Desde su experiencia personal, ayudó a la fundación de muchas «fraternidades» o comunidades de cristianos consagrados a Dios, que visitaba con frecuencia. Como pastor de su diócesis, intervino ante las autoridades para aliviar los sufrimientos de los pobres y marginados, para los cuales hizo construir hospicios, dando así un testimonio elocuente de Dios, que es amor y caridad."

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