«El último Emperador católico»
por Paolo Mattei
Es un día de primavera de 1922 en Funchal, capital de Madeira. En la catedral de Nossa Senhora do Monte 30.000 personas asisten al funeral de un Rey de 34 años. El hombre, que fue Emperador en medio de las primeras ruinas humeantes del siglo pasado, había muerto pobre y exiliado en esta isla del Atlántico en los brazos de su mujer, la Emperatriz, el 1 de abril de ese año. La muchedumbre congregada dentro y fuera de la iglesia y la mayor parte de los isleños lo consideran un santo. Su nombre era Carlos, Carlos I, Emperador de Austria y Rey de Hungría. En sus últimas horas, les preguntaba bromeando a los doctores que en vano trataban de curarle la grave pulmonía: Comment allez-vous? Moi je vais bien!.
****
Tomado del Blog carlista Núcleo de la lealtad.
Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen del Beato Carlos de Austria.
0 comentarios:
Publicar un comentario