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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

19 de julio de 2008

Precisiones sobre la Hispanidad




por Rodrigo Fernández-Carvajal
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Tomado de Revista
Alférez

Madrid, 28 de febrero de 1947
Año 1, Número 1

Hace cuatro siglos éramos los españoles figurantes en el teatro del mundo. Sobre los consabidos escenarios de Europa, o sobre los nuevos y maravillosos de América, el hombre español agitaba los brazos en grandes gestos imperiosos, hablaba con sentido, mostraba una personalidad capaz de gobernar a toda la farsa. Luego el traspunte lo llamó entre bastidores, donde descansa desde muchos años, pero el eco de las palabras que dijo subsiste en el aire y probablemente se venga a enlazar con una nueva reaparición en el acto humano que ahora comienza. El antiguo papel está seguramente trasnochado, como para dicho con espadón y golilla, y es necesario contrastarlo cuanto antes con la realidad del mundo actual y tenerlo listo y bien sabido para el gran momento.

¿Qué peculiaridades profundas tendrá este papel español, bajo las formas transitorias y ocasionales que haya dejado en él cada época? La respuesta total a esta pregunta nos daría nada menos que la cifra de la Hispanidad, el por qué de esa eficacia histórica a la que todos intuimos destinada la estirpe española. Sin pretender formular esta respuesta en su amplitud, voy a intentar esclarecer alguno de sus aledaños.

La Hispanidad es, ante todo, una perduración en el mundo actual del espíritu de la Edad Media. El mundo moderno exterior a la Hispanidad es una estatua moldeada a dos manos por el Renacimiento y la Reforma, y las huellas de estos artífices se notan por doquiera, tan acusadamente, a veces, que la arcilla se quiebra y reduce a polvo.

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