Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

9 de octubre de 2008

Los papeles del armario de Don Rubén



I.- Una reflexión sobre Anatole France

por D. Rubén Calderón Bouchet

Tomado del blog amigo Argentinidad


El Padre Castellani en una referencia que hizo sobre Anatole France y tomando como supuesto el uso de ese pseudónimo de France, lo convirtió placenteramente en judío y no con el propósito de endilgarle un adjetivo oprobioso. Castellani no tenía una actitud antijudaica firme y decidida, uno de sus protagonistas y, probablemente, de los más simpáticos: don Benjamín Villafañe era judío y un comentarista nada trivial del Apocalipsis si nos atenemos a los papeles que gustaba garabatear para solaz de su alma religiosa.
Anatole France no era judío y su verdadero apellido Thibault era de cepa tan francesa y parisiense como la orilla izquierda del Sena donde gustaba pasearse para meter su gran nariz en todos los cambalaches de libros viejos que encontraba. Su amor a los libros y su indudable erudición literaria eran del mejor estilo francés, porque nunca se permiten aplastar el discurrir de su espléndida prosa, con notas que confirmen ese saber tan armoniosamente unido a su irónica lucidez.Todo en él, tanto los defectos como las virtudes, delatan su humor francés, y un defensor tan celoso de las glorias de Francia como Maurras no hubiera podido escribir de él esta frase que lo coloca, sino entre los buenos maestros, en un sitio de admiración y privilegio: “Será más exacto decir que no es un escritor de izquierda. Jamás ha mostrado más talento que cuando le sucede exponer ideas tan opuestas a las del partido que adhiere hace veinte años” (MAURRAS: Oeuvres Capitales, tomo III p. 415).
Precisamente esta capacidad de Anatole France de ponerse en la situación de un representante del más rancio y puro tradicionalismo católico y hacerlo exponer sus ideas con una precisión, una elegancia y una veracidad dignas del ejemplar mejor elegido bregan por la sobrevivencia en él de conocimientos teológicos aptos para honrar una cátedra episcopal.
****
Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen del autor.

0 comentarios: