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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

30 de diciembre de 2008

Un papa Santo habla...


CARTA ENCÍCLICA IUCUNDA SANE
DE S.S. SAN PIO X
(selección)


s responsabilidad de Los Pastores:



a) Fomentar la vida sobrenatural en todos los órdenes de la sociedad humana.


b) Pedir a Dios misericordia mediante la oración privada y pública. Tan importante es este deber del obispo que Gregorio no temía en decir que llevaba inútilmente el nombre de obispo el que “apartándose del amor divino y de la oración, no acudía al campo de batalla para defender decididamente la causa del Señor”

c) Iluminar las inteligencias predicando constantemente la verdad y refutando las malas teorías con la verdadera y sólida ciencia filosófica y teológica, y con todos los auxilios que proceden del genuino progreso de la investigación histórica.


d) Procurar que las virtudes cristianas se inculquen y se asienten en el alma de modo que cada uno cumpla sus deberes de hombre y de cristiano no de palabra, sino de verdad, y tenga una confianza filial en la Iglesia y sus ministros, pidiéndoles el perdón de los pecados; y en general pidiendo la gracia de los Sacramentos. De esta forma y solo así acomodarán su vida a los preceptos de la ley cristiana.


e) Buscar la salvación de todos, incluso a costa de su propia vida, a imagen de Jesucristo, que decía a los pastores de la iglesia: el buen pastor da la vida por sus ovejas.

Lo que los Pastores no deben hacer:

a) Dejarse embaucar por la mal llamada ciencia. Por ella los pastores creen estimarse más dignos de la Iglesia y de trabajo más fructífero para la salvación eterna de los hombres si, “movidos por una prudencia humana, distribuyen abundantemente la mal llamada ciencia, movidos por la vana esperanza de que así pueden ayudar mejor a los equivocados, cuando en realidad los hacen compañeros de su propio descarrío. Pero la verdad es única y no puede dividirse; permanece eterna, sin doblegarse a los tiempos: Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre”.

b) Preocuparse mucho del alimento y del cuidado del cuerpo, y silencian la salvación del alma y las gravísimas obligaciones de la fe cristiana.

c) Ocultar, como con un velo, algunos de los principales preceptos evangélicos, temiendo que se les haga menos caso, e incluso se les abandone. Al proponer la verdad, será prudente proceder con tacto; cuando se hayan de tratar asuntos con quienes desprecian nuestras instituciones y viven completamente apartados de Dios, como decía Gregorio, al curar las heridas, es preciso tocarlas antes con mano delicada.

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