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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

2 de enero de 2009

La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto (11)


por el R. P. Raimondo Sorgia, OP




11. Investigaciones en torno a la Sábana



l cerrar la introducción se hablaba de la posibilidad de que desde el espacio nos llegue hoy el rayo de una estrella situada a años-luz de nosotros, y de que sea vista por quien está mirando al cielo. Ciertamente en estos últimos treinta años muchos estudiosos han seguido dirigiendo sus telescopios hacia la Sábana, con resultados a veces distintos e incluso opuestos, como sucede en astronomía, al profundizar en el conocimiento de los cuerpos celestes objeto de sus estudios.

Frente a quien, convencido por las múltiples pruebas a favor, se declara defensor de la plena autenticidad de la Sábana como lienzo fúnebre que envolvió el cuerpo de Cristo después de su muerte en la cruz, surge de vez en cuando alguien que, sintiéndola como un cuerpo extraño, intenta por todos los medios rechazarla, poniéndola entre las más celebres falsificaciones que se hayan dado en la historia.

Veamos, por el contrario, una síntesis de las pruebas que aseguran la autenticidad de la Sábana Santa. Da confianza y conmueve la seriedad con que la ciencia del siglo XX se acerca a los interrogantes que rodean al hombre en general y en particular a éste de la Sábana. Si no está al servicio de una ideología, el científico de hoy camina de puntillas, con humildad, alrededor de realidades que le sobrepasan. Podemos confiar en que el científico auténtico no esconderá nada, y no afirmará nada antes de haber verificado cada hipótesis. Las opiniones personales cuentan más bien poco.

Este es el motivo por el que conmueve la humildad del científico digno de tal nombre. Y da tranquilidad pensar que podrán surgir nuevos interrogantes, pero la ciencia, que ya ha admitido el encontrarse delante de un misterio, digno del máximo respeto y de la más atenta consideración, sabrá cómo responder también a las nuevas preguntas.

Desde 1898, hasta hoy, las más variadas disciplinas del saber humano, como la anatomía, arqueología, exégesis bíblica, química, física, electrónica, fotografía, se han aplicado con creciente perfección al análisis de este documento; de modo que, como señala oportunamente una experta en los estudios sobre la Sábana, hoy su autenticidad no se encuentra en discusión (M. E. Patrizi, La macro-fotografia nello studio della Sindone, en «Il Tempo», 30-III-1978).

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