PARABOLA DEL SEMBRADOR (1967)
Por el R.P. Leonardo Castellani
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucas. Luc. VIII 4-15
In illo témpore: Cum turba plurima convenirent, et de civitatibus properarent ad Jesum, dixit per similitudinem: Exiit, qui seminat, seminare semen suum: et dum seminat, aliiud cecidit secus viam, et conculcatum est, et volucres caeli comederunt illud. Et aliud cecidit supra petram: et natum aruit, quia non habebat humorem. Et aliud cecidit in terram bonam: et ortum fecit fructum centuplum. Haec dicens, clamabat: Qui habet aures audiendi, audiat. Interrogabant autem cum discipuli ejus, quae esset haec parabola. Quibus ipse dixit: vobis datum est nosse mysterium regni Dei, ceteris autem in parabolis; ut videntes non videant, et audientes non intelligant. Est autem haec parabola: Semen est verbum Dei. Qui autem secus viam, hi sunt qui audiunt: deinde venit diabolus, et tollit verbum de corde eorum,ne credentes salvi fiant.Nam qui supra petram: qui cum audierint, cum gaudio siscipiunt verbum: et hi radices non habent: qui ad tempus credunt, et in tempore tentationis recedunt. Quod autem in spinas cecidit: hi sunt, qui audierunt, et a sollicitudinibus, et divitiis, et voluptatibus vitae euntes, suffocantur, et non referunt fructum. Quod autem in bonam terram: hi sunt, qui in corde bono et optimo audientes verbun retinent, et fructum afferunt in patientia.
Continuación del Santo Evangelio según San Lucas (VIII, 4-15)
En aquel tiempo: Como se juntase una gran multitud, además de los que venían a Él de todas las ciudades, dijo esta parábola: "El sembrador salió a sembrar su simiente. y al sembrar, una semilla cayó a lo largo del camino; y fue pisada y la comieron las aves del cielo. Otra cayó en la piedra y, nacida, se secó por no tener humedad. Otra cayó en medio de abrojos, y los abrojos, que nacieron juntamente con ella, la sofocaron y otra cayó en buena tierra, y brotando dio fruto centuplicado". Diciendo esto, clamó: "¡Quien tenga oídos para oír, oiga!" Sus discípulos le preguntaron lo que significaba esta parábola. Les dijo: "A vosotros ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios, en cuanto a los demás se les habla en parábolas, para que «mirando, no vean; y oyendo, no entiendan,. La parábola es ésta: «La simiente es la palabra de Dios. Los de junto al camino, son los que han oído; mas luego viene el diablo, y saca afuera de! corazón la palabra para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra. son aquellos que al oír la palabra la reciben con gozo, pero carecen de raíz; creen por un tiempo, y a la hora de la prueba, apostatan. Lo caído entre los abrojos, son losque oyen, mas siguiendo su camino son sofocados por los afanes de la riqueza y los placeres de la vida y no llegan a madurar; y lo caído en la buena tierra, son aquellos que oyen con el corazón recto y bien dispuesto y guardan consigo la palabra y dan fruto en la perseverancia».
l revés de la Parábola del Domingo pasado, los Operarios de la Viña, que era muy difícil, ésta del Sembrador es fácil, en cuanto al sentido; pues Cristo mismo dio el sentido.
Ésta y la del Trigo y la Cizaña, tratan de la salvación eterna y son las más importantes de las 120 Parábolas que hay en el Evangelio: ésta trata de la salvación en particular; y la otra, de la salvación en general, o sea colectivamente.
Con respecto a la Salvación, Cristo describe seis clases de hombres; tres que se pierden, que podríamos llamar el Afiebrado, el Atrofiado y el Amputado; y tres que se salvan: el Penitente, el Pío y el Perfecto: "los que hacen fruto en penitencia", dice Cristo, porque es la puerta y el primer tramo de la vida cristiana; entendiendo por "penitencia" no precisamente las mortificaciones corporales, sino el "cambio de mente" o metánoia, cambio que es producido por la Palabra de Dios.
Las tres clases que se pierden hemos oído: primero, los Superficiales o Afiebrados, en los cuales la Palabra no hace ni siquiera raíz; los voraces gorriones de la Palestina (los diablos, dice Cristo) se la comen. Se parecen a un camino donde de continuo circulan pensamientos viajeros que no se fijan. Casquivanos los llama el español; frivolos, el francés; y "necios", la Sagrada Escritura. De aquí salen los macaneros.
Después los Atrofiados: retienen la Palabra pero no les entra, porque tienen duro el corazón; toda esa parte central del alma que los hebreos llaman "corazón". Desta clase salen los perversos.
Al fin, los Amputados: entra la Palabra y arraiga, pero es ahogada, amputada, por las malas pasiones y aficiones desordenadas. De aquí salen los delincuentes y los falsos cristianos.
¿Son estos tres hombres tres ejemplos al rumbo o son realmente todos los hombres descaminados? O sea: ¿es una división completa, como dicen los lógicos?
Es completa: Cristo sabía mucho. Porque los hombres o bien son superficiales o achiquilinados, o bien no. Si lo son, pertenecen a lo que hoy llaman "plano estético"(1). Si no lo son, pertenecen al plano ético; y entonces pueden ser de dos clases: aquéllos en quienes la Ética ha entrado un poco, y aquéllos en quienes ha entrado bien. (En los primeros ni siquiera entra). La disposición moral del alma es lo que condiciona el fruto de la Palabra de Dios. Los Atrofiados pertenecen al temperamento bilioso o bien nervioso; los Amputados, al temperamento sanguíneo.
Bien será hablar de los primeros, los Casquivanos; porque hombres endurecidos y hombres pasionales hay por todo y son bien conocidos; pero Casquivanos, Frivolos o "Necios", está lleno nuestro país especialmente —y son una verdadera enfermedad de la nación.
La palabra "necio" (stultus) sale más de cien veces en la Escritura: Cristo la usó dos veces: "Necio, esta noche te pedirán el alma; lo que has rejuntado ¿para quién será?"(2), y la Parábola de las Doncellas Necias(3). Las dos veces hay amenaza de perdición. Parece muy duro, porque son tan simpáticos algunos y tan celebrados otros, por poetas, periodistas o payasos o politiqueros. Pero sin embargo, la necedad es una enfermedad anímica sumamente grave.
Es difícil definir la palabra "necio"; menos mal que los argentinos, sobre todo los de largo linaje, la aplican con rara exactitud. No es lo mismo que "insensato", ni que "tonto"; digamos que es un tonto afectado y activo. Me parece que esta clase tiene siempre dos notas distintivas: por dentro, es vanidoso y engreído; por fuera es macanero y volandero: la vanidad huera, y el lenguaje incontinente o incontrolado lo acompañan siempre, si no me engaño. Y eso viene de que les falta el lastre y el ancla.
El macaneo, o necedad en el hablar, es una verdadera peste en la Argentina(4). El macaneador vulgar, me dirán, no hace mucho daño, anoser a sí mismo, les diría yo. Pero el macaneo se vuelve grave cuando invade la ciencia, el arte y la política(5); y la religión, es mejor no hablar. Entonces su nombre es "adulteración" y sus consecuencias son nefastas. Una gran parte de nuestra cultura (o lo que llaman así) está adulterada, falsificada. Hay una verdadera máquina de hacer falsos valores: de hacer pasar por próceres los que no son próceres, por inteligentes los que no son inteligentes, por capaces los que no son capaces y por íntegros los que no son íntegros; o sea, de producir la "confusión de las personas", que dijo el Dante es el principio de la ruina de las naciones(6).
Hace poco un amigo mío correntino escribió al General Onganía diciéndole: "¿Por qué no aprovecha, aunque sea para consejo, a Fulano y Zutano, águilas en su especialidad, encanecidos en el estudio y el trabajo?" La Secretaria del Secretario del Presidente le escribió había recibido su carta (ella); y basta Bastián. Hay mucha gente competente en este país, dirigido hace tiempo por incompetentes; o sea, sumergido en una necedad impuesta.
Bueno: quejarse es fácil, y es vulgar. La necedad es fatal cuando se aplica al derrotero del hombre en esta vida, o sea, a su salvación. Ya dije que los necios pueden ser simpáticos y también muy celebrados. Pueden tener dones naturales notables, por ejemplo, el don poético: lo que les falta es juicio. El filósofo Kirkegord escribió una tremenda etopeya (o sea, pintura de caracteres por medio de palabras) de los poetas como moradores del plano "estético", o sea, el plano de las impresiones.
El poeta es el hombre que vive llevado por sus impresiones, como quien cabalga la cresta de una ola, sin ancla, sin timón, sin estrella polar: el hombre que vive fuera de la realidad presente, vive en el pasado y el futuro, en recuerdos y esperanzas, trocándolos por la realidad presente. No todos los poetas son así ("non tutti, ma buona parte") porque él filosofa mirando a los poetas contemporáneos que conocía, Víctor Hugo, Alfredo de Musset y Alfredo de Vigny en Francia, Paul Moeller y Andersen en Dinamarca. Esto lo escribió en su primera obra:"El Concepto de Ironía en Sócrates"(7). La etopeya termina con estas notables palabras: "La Poesía es la ilusión antes del conocimiento; la Religión es la ilusión después del conocimiento"; palabra paradojal que coincide con la de Tomás de Aquino: "La Poesía y la Teología tienen una cosa en común, y es que se sirven de símbolos; pero se sirven diferentemente"(8). Y así vemos que Jesucristo para enseñar la más alta Teología se sirve de Parábolas.
Recemos una oración para evitar la necedad; porque todos somos (a ratos almenos) un poco necios; y por eso no hemos de llamar "necio" a nadie, como mandó Cristo; porque el hombre que no es tonto, cuatro veces al día está por hacer una tontería; solamente que no la hace.
Ésta y la del Trigo y la Cizaña, tratan de la salvación eterna y son las más importantes de las 120 Parábolas que hay en el Evangelio: ésta trata de la salvación en particular; y la otra, de la salvación en general, o sea colectivamente.
Con respecto a la Salvación, Cristo describe seis clases de hombres; tres que se pierden, que podríamos llamar el Afiebrado, el Atrofiado y el Amputado; y tres que se salvan: el Penitente, el Pío y el Perfecto: "los que hacen fruto en penitencia", dice Cristo, porque es la puerta y el primer tramo de la vida cristiana; entendiendo por "penitencia" no precisamente las mortificaciones corporales, sino el "cambio de mente" o metánoia, cambio que es producido por la Palabra de Dios.
Las tres clases que se pierden hemos oído: primero, los Superficiales o Afiebrados, en los cuales la Palabra no hace ni siquiera raíz; los voraces gorriones de la Palestina (los diablos, dice Cristo) se la comen. Se parecen a un camino donde de continuo circulan pensamientos viajeros que no se fijan. Casquivanos los llama el español; frivolos, el francés; y "necios", la Sagrada Escritura. De aquí salen los macaneros.
Después los Atrofiados: retienen la Palabra pero no les entra, porque tienen duro el corazón; toda esa parte central del alma que los hebreos llaman "corazón". Desta clase salen los perversos.
Al fin, los Amputados: entra la Palabra y arraiga, pero es ahogada, amputada, por las malas pasiones y aficiones desordenadas. De aquí salen los delincuentes y los falsos cristianos.
¿Son estos tres hombres tres ejemplos al rumbo o son realmente todos los hombres descaminados? O sea: ¿es una división completa, como dicen los lógicos?
Es completa: Cristo sabía mucho. Porque los hombres o bien son superficiales o achiquilinados, o bien no. Si lo son, pertenecen a lo que hoy llaman "plano estético"(1). Si no lo son, pertenecen al plano ético; y entonces pueden ser de dos clases: aquéllos en quienes la Ética ha entrado un poco, y aquéllos en quienes ha entrado bien. (En los primeros ni siquiera entra). La disposición moral del alma es lo que condiciona el fruto de la Palabra de Dios. Los Atrofiados pertenecen al temperamento bilioso o bien nervioso; los Amputados, al temperamento sanguíneo.
Bien será hablar de los primeros, los Casquivanos; porque hombres endurecidos y hombres pasionales hay por todo y son bien conocidos; pero Casquivanos, Frivolos o "Necios", está lleno nuestro país especialmente —y son una verdadera enfermedad de la nación.
La palabra "necio" (stultus) sale más de cien veces en la Escritura: Cristo la usó dos veces: "Necio, esta noche te pedirán el alma; lo que has rejuntado ¿para quién será?"(2), y la Parábola de las Doncellas Necias(3). Las dos veces hay amenaza de perdición. Parece muy duro, porque son tan simpáticos algunos y tan celebrados otros, por poetas, periodistas o payasos o politiqueros. Pero sin embargo, la necedad es una enfermedad anímica sumamente grave.
Es difícil definir la palabra "necio"; menos mal que los argentinos, sobre todo los de largo linaje, la aplican con rara exactitud. No es lo mismo que "insensato", ni que "tonto"; digamos que es un tonto afectado y activo. Me parece que esta clase tiene siempre dos notas distintivas: por dentro, es vanidoso y engreído; por fuera es macanero y volandero: la vanidad huera, y el lenguaje incontinente o incontrolado lo acompañan siempre, si no me engaño. Y eso viene de que les falta el lastre y el ancla.
El macaneo, o necedad en el hablar, es una verdadera peste en la Argentina(4). El macaneador vulgar, me dirán, no hace mucho daño, anoser a sí mismo, les diría yo. Pero el macaneo se vuelve grave cuando invade la ciencia, el arte y la política(5); y la religión, es mejor no hablar. Entonces su nombre es "adulteración" y sus consecuencias son nefastas. Una gran parte de nuestra cultura (o lo que llaman así) está adulterada, falsificada. Hay una verdadera máquina de hacer falsos valores: de hacer pasar por próceres los que no son próceres, por inteligentes los que no son inteligentes, por capaces los que no son capaces y por íntegros los que no son íntegros; o sea, de producir la "confusión de las personas", que dijo el Dante es el principio de la ruina de las naciones(6).
Hace poco un amigo mío correntino escribió al General Onganía diciéndole: "¿Por qué no aprovecha, aunque sea para consejo, a Fulano y Zutano, águilas en su especialidad, encanecidos en el estudio y el trabajo?" La Secretaria del Secretario del Presidente le escribió había recibido su carta (ella); y basta Bastián. Hay mucha gente competente en este país, dirigido hace tiempo por incompetentes; o sea, sumergido en una necedad impuesta.
Bueno: quejarse es fácil, y es vulgar. La necedad es fatal cuando se aplica al derrotero del hombre en esta vida, o sea, a su salvación. Ya dije que los necios pueden ser simpáticos y también muy celebrados. Pueden tener dones naturales notables, por ejemplo, el don poético: lo que les falta es juicio. El filósofo Kirkegord escribió una tremenda etopeya (o sea, pintura de caracteres por medio de palabras) de los poetas como moradores del plano "estético", o sea, el plano de las impresiones.
El poeta es el hombre que vive llevado por sus impresiones, como quien cabalga la cresta de una ola, sin ancla, sin timón, sin estrella polar: el hombre que vive fuera de la realidad presente, vive en el pasado y el futuro, en recuerdos y esperanzas, trocándolos por la realidad presente. No todos los poetas son así ("non tutti, ma buona parte") porque él filosofa mirando a los poetas contemporáneos que conocía, Víctor Hugo, Alfredo de Musset y Alfredo de Vigny en Francia, Paul Moeller y Andersen en Dinamarca. Esto lo escribió en su primera obra:"El Concepto de Ironía en Sócrates"(7). La etopeya termina con estas notables palabras: "La Poesía es la ilusión antes del conocimiento; la Religión es la ilusión después del conocimiento"; palabra paradojal que coincide con la de Tomás de Aquino: "La Poesía y la Teología tienen una cosa en común, y es que se sirven de símbolos; pero se sirven diferentemente"(8). Y así vemos que Jesucristo para enseñar la más alta Teología se sirve de Parábolas.
Recemos una oración para evitar la necedad; porque todos somos (a ratos almenos) un poco necios; y por eso no hemos de llamar "necio" a nadie, como mandó Cristo; porque el hombre que no es tonto, cuatro veces al día está por hacer una tontería; solamente que no la hace.
OH SABIDURÍA DEL EXCELSO, que quisiste hacerte un juglar vagabundo que iba por pagos, montañas, sinagogas, haciendo cuentitos y aforismos que escondían dentro la mayor sabiduría; concédenos que nuestro corazón no sea para tu Palabra camino hollado y polvoriento, sino tierra negra y húmeda que germine por los tres grados de Penitentes, Píos y Perfectos el treinta, el sesenta y el ciento por uno
Notas
(1). "El estadio estético corresponde a la 'vida achiquilinada' de Aristóteles. Es la vida que resbala por la superficie móvil de las cosas, hecha más de impresiones que de otra cosa, incurablemente frivola, que se parece a la del animal, que vive en el instante fugitivo y no conoce la muerte. Está centrada en algo diferente del ser íntimo del hombre, independiente de su libre albedrío (sea el placer, la salud, los honores, el poder, el talento o la soberbia de despreciarlo todo y gozarse en la propia desesperación). ¿Y el dinero? No, la vida centrada en el dinero (como la del Presidente del 'Pondo Monetario Internacional') Aristóteles no la considera 'vida'; la considera una aberración, una especie de enfermedad" (Castellani, "De Kirkegord a Tomás de Aquino", Capít. X - Las Tres Vidas. La cita está abreviada).
(2). Lucas 12, 20.
(3). Mateo 25, 1-13.
(4). "El macaneo es el extremo del 'conceptualismo' o ideologismo, vicio del pensar contemporáneo, discurso abstracto, vacuo o mecánico" (Castellani, "Bergsonismo", en "Glosario Básico de Filosofía". Inédito).
(5). "Si un politiquero dijera: 'Yo no he estudiado nada de nada ni he hecho nada de provecho en mi vida. Me gusta mandar, aunque no sé si sirvo para ello, porque no tengo experiencia; pero quiero mandar en todo caso, aunque sea para ver qué pasa...', ¿quién se entusiasmaría por él? El politiquero tiene que aprenderse una ideología cualquiera, que sea la panacea de todos los males del mundo, incluso de la Bomba Atómica, si es del Partido Demócrata, y tiene que saber cuáles son las palabras que halagan los oídos de su época, como 'Libertad, Justicia Social, Democracia, igualdad de todos, Persona Humana, Civilización Cristiana, etc.', en la nuestra; así como 'Hegemonía de Atenas', en tiempo de Cleón; y 'Despotismo del Patriciado', en el tiempo de Mario. Y con esto tiene que tener la facultad de poder hablar un poco al rumbo, sin tener que pensar en lo que dice: de modo a producir en la gente una especie de borrachera, o estado hipnótico leve" (Castellani, "La Lucha contra la Mentira", en "Notas a Caballo de un País en Crisis", DICTIO, Bs. As., 1974, p. 441. La cita está abreviada).
(6). "Cuando oigo la palabra 'democracia' llevo la mano a proteger el bolsillo. Pero cuando oigo 'cultura', ya ni ese gesto instintivo sirve. El Estado ya ha metido la mano en mi bolsillo con el fin de que una pandilla de culteranos, Pontífices de la 'Cultura' oficial, se repartan los dineros del contribuyente en forma de Premios literarios, artísticos, científicos, culturales, filosóficos, folklóricos J sinalagmáticos. Estos premios se dan a una manga de 'espurios' que no pueden servir más que para hacer daño al pueblo, y que tienen compinches y paniaguados (hoy por mí, mañana por ti) entre los que detentan el poder -y la Tesorería" (Castellani, "De Cultura Argentina", en "Notas a Caballo de un País en Crisis", p. 483. La cita está abreviada).
(7). "El poeta es aquél que sueña con un acto que no llega jamás a realizar... Ser poeta es tener su vida personal en categorías enteramente otras de las que uno expone poéticamente... El esteta es esencialmente estéril: el estado lírico en el que se pone, no es un estado de creación real, más bien de destrucción, en el que se destruye a sí mismo. Una existencia de poeta es una existencia infeliz; pero no llega a la profundidad del dolor verdadero; oscila en los altibajos de la dicha y la desdicha, radicalmente separado del mundo de la pena y la felicidad verdadera... Para acceder al plano religioso, el poeta debe romper su vida poética. Es que el momento estético es lo que hay en el mundo más alejado del 'Instante' (de la Eternidad)" (Castellani, "De Kirkegord a Tomas de Aauino", Capít. XV - "El Estadio Estético". La cita está abreviada).
(8). "Santo Tomás de Aquino coincide radicalmente con esta doctrina sobre los poetas en estas tres afirmaciones: le) La Poesía es uno de los caminos del conocimiento; el inferior entre todos. 2°) La Poesía y la Teología se tocan en un punto; en que ambas usan de símbolos; aunque no del mismo modo. 3º) La Poesía no es la instancia suprema, y se extravía si no se pone bajo otra instancia superior."
"¿Cuál es entonces LA EXCELENCIA DE LA POESÍA, de que hablan los filósofos? Algunos santos la han cultivado y algunos hombres doctos y muy serios[...] Simplemente, que ella es capaz de levantar el corazón. ¿Adonde? Adonde tienes tu TESORO. San Juan de la Cruz cayó en éxtasis al escuchar una copla amorosa:
Si amores pueden matar, - agora tienen lugar.
"Es decir, que los (pocos) santos que fueron poetas, destruyeron su Poesía primero (ilusión primera) por medio del entendimiento; y después la resucitaron convertida en Religión (ilusión segunda). Pero este don de hallar y crear ilusiones es peligroso para el poeta como hombre, si no es capaz de gran entendimiento. Todo nombre dotado del don poético (que es independiente de la inteligencia, según el 'Ion' de Platón) debe dedicarse cuanto antes a los estudios más austeros o a una vida de las más arduas" (Castellani, "De Kirkegord a Tomás de Aquino", Capít. XV - El Estadio Estético).
1 comentarios:
Gracias por la recomendación, pero es casualidad que esta prédica está en el libro que compré justamente hace unas semanas en Madrid en la Capilla de la Hermandad. Un saludo.
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