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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

15 de abril de 2009

El enciclopedismo en la Política







por el Dr. Alberto C. J. Falcionelli



Tomado de La Enciclopedia y el Enciclopedismo
Ediciones OIKOS, Buenos Aires, 1983









Las ideas del siglo XVIII han servido para disimular o favorecer cambios políticos que se han ido radicalizando especialmente durante los siglos XIX y XX. El camino así abierto en el Setecientos lleva, primero, al demoliberalismo por la extensión del sufragio universal, luego, a la democracia del tipo llamado popular, por la radicalización revolucionaria del movimiento abierto en 1750 por la Enciclopedia y de los portadores de los "valores" humanos que pretendió encarnar.


quí se toman los términos "enciclopedia" y "enciclopedismo" estrictamente como expresiones de aquellos movimientos de ideas que nacieron e irradiaron de la empresa editorial lanzada por Rousseau y D'Alembert a partir de 1750 y que la prepararon o acompañaron a lo largo del siglo XVIII como operación destinada a revolucionar las creencias pluriseculares del antiguo régimen y las estructuras políticas, las costumbres morales, las tradiciones intelectuales en las que éste se sustentaba. Para salvar cualquier posibilidad de confusión, especifiquemos que en ningún caso se intenta aludir a lo que se da en llamar, cuando nos referimos al valor científico de tal o cual personalidad, su "espíritu", sus "conocimientos enciclopédicos".
Un Tomás de Aquino, un Pico della Mirándola se valían con entero derecho de conocimientos que sus contemporáneos, de haber existido el término, hubiesen calificado de enciclopédicos. Nosotros podemos hacerlo sin que ello implique la menor analogía entre su obra y la empresa de demolición o de desestabilización de la cristiandad, de la que estamos estudiando los principales aspectos. Esta empresa de desestabilización tiene su punto de arranque, "fáctico" por así decir, en la Revolución Inglesa de 1688, su placa giratoria precisamente en la Enciclopedia, su primera gran etapa en la Revolución Francesa de 1789 y su punto de llegada hacia nuevas proyecciones en la Revolución Soviética de 1917. Pues ésta, si hemos de seguir a Marx y Lenin y los profetas menores de la Iglesia dialéctica, habrá sido la última de las revoluciones gracias, a la cual la humanidad, liberada al fin de sus antiguas sujeciones, limpia de supersticiones y de prejuicios, se instalará confiadamente en el estado irreversible de paz y de felicidad anhelado por el hombre en el momento mismo en que logró erguirse y sostenerse en posición vertical.
Por lo visto, estamos en buen camino...


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2 comentarios:

Esteban Falcionelli dijo...

Hola Cruzamante:Tomé el artículo de papá y lo publiqué, obviamente citándote. Gracias mil.
Un abrazo en Xto.

Cruzamante dijo...

No hay de que, caro amigo.
Estate atento, próximamente habrá más.
Un abrazo en Xto Rey