por el R.P. Leonardo Castellani, S.J.
Aunque en el fondo inocente
Como escupir desde un puente
O hacerse crucificar.
(Lugones)
Jesucristo se hizo matar.
La crítica alemana racionalista ha arbolado esta posición, que fue la de la tradición judaica-talmúdica. ¿Qué hace Ud. con un hombre que provoca de continuo a las autoridades legalmente constituidas? ¿Que tiene una actividad "disolvente"? ¿Que aunque sea inocentemente de su parte se vuelve un peligro para la religión establecida y los miles de fieles que en ella hallan su salvación eterna? "Subjetivamente Ud. habrá creído obrar bien; pero objetivamente ha hecho la mar de disparates..." -dijo con toda precisión técnica Caifás a Cristo.
Por qué se hizo matar, lo explican diversamente: o a plena conciencia o inconscientemente; y en este caso, o por fanatismo religioso o por ingenuidad pastoril, como lo pinta el fantasioso Renan. Esta última hipótesis es la más absurda. Que "el dulce Nazareno" sencillo y cándido se haya dejado llevar suavemente cuesta abajo por la cadena de sus embriagantes triunfos populares sin ver a lo que se exponía hasta que fue demasiado tarde, eso se da de puñadas con todos los textos del Evangelio. Habría que escribir cuatro Evangelios diferentes y contrarios a los que tenemos para poder fundar la mera posibilidad de ese caso, humanamente inconcebible.
Que la pasión religiosa lo cegó acerca de sus fuerzas, como explica Strauss; que creyó triunfar de sus enemigos o al menos librarse de ellos milagrosamente "por medio de doce legiones de ángeles" a última hora, es el mismo inverosímil. Es categóricamente contra los textos. Cristo preanunció su martirio, reprochó el asesinato de antemano a sus enemigos (que negaron el propósito), se escondió, se escapó, se zafó de sus manos varias veces, como hemos visto. Son hipótesis que no hay que discutir, puramente ficticias y del todo imaginarias. ¿De dónde sacan eso? Si los textos evangélicos son tan engañosos que se los puede interpretar al revés, con el solo título de "profesor alemán", entonces NO SABEMOS NADA EN ABSOLUTO acerca de Cristo. Callensén.
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