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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

17 de julio de 2009

17 de Julio, Conmemoración de San Alejo, Confesor





ella y larga es la historia de este hombre de Dios que, desde la Edad Media, alimenta la fantasía, piedad, sentimientos religiosos y deseos de entrega a Dios por parte de los cristianos. Su figura, que debió ser formidablemente llamativa y ejemplar, viene narrada en el género novelesco, llena de encanto, pródiga en situaciones que mantienen el suspense, con abundancia de escenas que alucinan y toda ella plena de actitud ejemplarizante y moralizadora. En fin, la historia de san Alejo es tan pletórica de imaginación, viveza y adornos que su autor suscita la envidia de los que escriben.


En este estupendo relato, Alejo viene descrito como el hijo único del importante, opulento y caritativo senador de Roma llamado Eufemiano. Huyó de su casa el mismo día de su boda -como otro Abrahán, solitario y eremita - llamado súbitamente a realizar la más alta de las aspiraciones y la renuncia más excelsa por el amor al Reino de Dios. Presentado Alejo por el autor de su biografía novelada como un joven que es el compendio de todas las virtudes y gracias que puede tener un ser humano, deja inconcebiblemente la casa paterna y a su dulce esposa. Quizá sucediera que recordó la exigencia evangélica de posponer todo al Reino de los Cielos y se dispuso a ponerla por obra.
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Para leer la hagiografía completa, más la de las Beatas Carmelitas de Compiegne, más la de los Santos Mártires Escilitanos, más la de San León IV, Papa, haga click sobre la imagen de San Alejo.

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