Doctor en Derecho y Filosofía.
Madrid, 14 de abril de 1982.
Tomada de Stat Veritas
sta conferencia tenía por epígrafe "el liberalismo es pecado". Como esa afirmación aún siendo cierta es algo genérica he preferido concretar en el título "el pecado propio del liberalismo" que es el reto o rebelión de la Razón contra Dios.
Este pecado por ser intelectual es esencialmente luciferino y por ello el liberalismo es la obra maestra de Satanás tanto en su malicia intrínseca como en la estrategia de largos alcances que utiliza para lograr sus objetivos. Se trata de un sistema de propaganda muy sagaz que astutamente maneja la semántica al revés.
La maniobra de vaciar a las palabras de sentido propio y de rellenarlas de sentido contrario produce resultados inesperados. Por ejemplo al término cristianismo se le despoja de Fe sobrenatural y se le rellena de libre examen, entonces los cristianos son los protestantes y para contra-distinguirnos de ellos tenemos que utilizar el término católico. Al término ecumenismo se le sustrae su significado como proyección universal de la Fe de Cristo y se le inyecta la teoría de la igualdad de religiones con lo cual se crea una Iglesia ecuménica integrada por toda clase de credos. Lo que antes era signo distintivo de la Iglesia Católica distingue y caracteriza ahora al consejo general de las Iglesias con sede en Ginebra y además se asesta un golpe mortal contra las divisiones, las cuales no tienen razón de ser si todas las religiones son iguales.
Esa técnica tan sutil mediante la cual insensiblemente se trasplanta el sentido de los vocablos se aplica también al campo político y social. El socialismo por ejemplo por su significado etimológico podría denotar una concepción derivada del derecho natural que presenta a la sociedad como cuerpo orgánico y en cierto sentido autónomo. Pues bien, se suplanta la soberanía social por la política y pasa a significar absorción por el Estado de las actividades sociales, es decir, estatismo y totalitarismo. Todo lo contrario de lo que denota su significado etimológico. El mismo término liberalismo tiene su cuna en el país de la hidalguía que es España y por ello liberal era el que en sus relaciones sociales se caracterizaba por su generosidad, por su comprensión, por su magnanimidad ¿Quién podría imaginar hace dos siglos que ese término noble y generoso iba a traspasar la frontera de todos los países como banderín de enganche de lo que hoy se llama doctrina liberal?
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Para leer la conferencia completa (enfáticamente recomendada), haga click sobre la imagen de la ejecución de Luis XVI, o sobre el facsímil de la Declaración de los Derechos del Hombre.
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