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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

29 de julio de 2009

Liberalismo y Catolicismo (4)







por el Padre Roussel

Tomado del sitio de la FSSPX.

Distrito de América del Sur








- Informe sobre el Liberalismo “católico” -

INTRODUCCIÓN

LAS DIVERSAS FORMAS DE LIBERALISMO

Precedentemente hemos estudiado los primeros principios y analizado la esencia profunda del Liberalismo; hemos destacado las grandes líneas de su desenvolvimiento histórico y lógico; y hemos esbozado una breve refutación.

Pero como ya lo hemos dicho, el Liberalismo sabe adoptar las formas más diversas según el gusto de las personas y de acuerdo a las circunstancias. Casi nunca se muestra al desnudo en todo su horror. Para ser más fácilmente aceptado por los desprevenidos se disfraza ordinariamente, y con mucha habilidad y arte, con las apariencias y la máscara de la verdad y de la virtud.

Nos resulta imposible seguirlo en sus diferentes metamorfosis, calcular la sutileza de sus distintos grados. Además, esto será largo y cansador. Nos será suficiente recordar con el Papa Liberatore, el Papa León XIII y el Cardenal Billot, las tres formas principales que adopta en el orden político-religioso.

1º) El Liberalismo absoluto. — Es el que hemos expuesto en el capítulo anterior. Partiendo del ateísmo o del panteísmo, desemboca lógicamente en el Estado-Dios, fuente de todo derecho. Lo cual tiene por objeto absorber o perseguir a la iglesia Católica. Está en oposición flagrante a los Derechos de Dios y a los principios fundamentales de la moral social.

2º) El Liberalismo moderado o mitigado, o semiliberalismo. — En este caso rechaza todo el orden de la revelación y no conserva más que la religión y la moral natural, o bien, admitiendo lo sobrenatural como un hecho al menos, concibe la Política y la Religión, el Estado y la Iglesia, como dos ordenes, dos poderes absolutamente distintos y separados, plenamente libres cada uno en su esfera. Si bien no es la fórmula más rígida, más absoluta: “el Estado está sobre todo”, es la suya, en el fondo, más peligrosa: “la Iglesia libre en el Estado libre”, cuya paternidad se atribuye a Montalembert. El Estado no admitirá el Derecho público de la Iglesia, peor podrá aceptar, para mantener la paz, el acuerdo de pactos donde las dos potencias, tratando de igual a igual, se harán concesiones mutuas, comprometiéndose a no reprimir jamás las “Libertades modernas”, base esencial del “Derecho nuevo”. Por otra parte, como norma se tendrá la separación total de los dos poderes. Este sistema conduce lógicamente al ateísmo político y social, en definitiva al desprecio de los Derecho de Dios y a la persecución de la Iglesia.

3º) En fin, el llamado Liberalismo «Católico» o práctico. — De este último tenemos que tratar especialmente aquí.

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