an Sabino, obispo de Asís, invitado a adorar una estatua de Júpiter, la tomó en sus manos y la arrojó al suelo, donde se hizo pedazos. El gobernador le hizo cortar las manos y lo condenó a morir en prisión perpetua. El juez a cuya guarda fuera confiado se convirtió al ver sus milagros y, a su vez, padeció el martirio poco después de la muerte de San Sabino.
Santoral Católico del 28 de Mayo
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- *San Germán de París*, Obispo y Confesor
- *San Agustín de Cantorbery*, Obispo y Confesor
- *San Bernardo de Montjoux*
- *San Ignacio de...
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