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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

17 de enero de 2011

Comentario sobre el Cid





por Ordoñez


Visto y tomado de Hispanismo










El Cid


ras haber leído el Cantar del Mío Cid, hemos conocido la figura de Rodrigo, en el que se plasma en esta obra la imagen de un valiente Caballero Medieval. Pero esta imagen pertenece a los juglares, no a la Historia. Esta imagen es la que la literatura nos ha dejado con El Cantar del Mío Cid. La vida del personaje Rodrigo Díaz de Vivar, héroe medieval es muy diferente. La grandeza del Mío Cid ha sido igualmente descrita por los historiadores Cristianos y Musulmanes de la época.

Es posible reconstruir la vida de D. Rodrigo Díaz de Vivar gracias a varios testimonios:
  • En el año 1110, el musulmán Ben Alcama escribió un relato detallado de la conquista de Valencia
  • En el año 1109, el musulmán Ben Bassam de Portugal escribió la biografía del Rey de Murcia Ben Tahir, y describe la ocupación de Valencia por las tropas del Cid.
  • En el año 1090, un clérigo catalán escribe en Carmen Campidoctoris las contiendas del Cid con el Conde de Barcelona.
  • En el año 1110, se escribe la Historia Roderici, auténtica biografía del Cid Campeador.
A estos testimonios debemos añadir los documentos originales, que firma el mismo Rodrigo Díaz de Vivar, y que nos permiten seguir su pista.

El nacimiento del Cid

Sobre el lugar de nacimiento de Rodrigo Díaz no hay ninguna duda: Vivar.

El Cid es de Vivar. Sin embargo no existe ninguna referencia definitiva a la fecha de su nacimiento:
  • Menendez Pidal propone 1043
  • Ubieto Arteta habla de 1054-1060
  • Gonzalo Martínez Díaz, 1048
De entre el árbol genealógico de Rodrigo Díaz podemos destacar los apellidos Laínez, Fernández, Bermúdez, Rodríguez, Nuñez y Alvarez, todos ellos ilustres de Castilla y poseedores de varios castillos.

El nombre de su padre fue Diego Laínez. De su madre sólo se sabe el apellido Rodríguez. El nombre del Cid, Rodrigo, se cree que le fue puesto en honor a su abuelo materno Rodrigo Alvárez. Esto hace suponer que la familia materna tenía mayor relieve social, ya que la costumbre de la época era tomar el nombre del primer hijo del abuelo paterno.

La juventud de Rodrigo

Rodrigo pertenece a una alta clase social. La familia materna suscribe varios títulos o diplomas con el Rey Fernando I, lo cual explica que el Cid pasara su juventud en la Corte del Rey Fernando I, formando su cuerpo, su espíritu y su mente.

Parece ser que Rodrigo fue criado junto a Sancho I, aunque éste era unos 10 años mayor que él, y fue el mismo Sancho quien armó caballero al Cid.

En 1063 aparecen referencias a la primera batalla en la que participó Rodrigo, junto al todavía infante Sancho. Los caballeros castellanos acudieron en ayuda del tributario de Castilla, Moctadir y se batieron con el rey aragonés Ramiro I, quien se encontraba atacando Graus, donde resultó muerto.

El 27 de diciembre de 1065 muere Fernando I, el reino se divide, y Sancho pasa a ser rey de Castilla, y Rodrigo jefe de su ejército.

Parece ser que la victoria de Rodrigo sobre el caballero Navarro Jimeno Garcés le sirvió para ganarse el título de Campeador, aunque no está claro el motivo de tal batalla. Posiblemente se debió a la incursión de las tropas Castellanas en Navarra para cobrar algún tributo en tierras navarras allá por el año1067.

Y en ese mismo año, Medinacelli, que formaba parte del reino musulmán de Zaragoza, se niega a pagar tributo a Castilla, lo que provoca la intervención de Rodrigo y los Castellanos.

Ambos conflictos generan La Guerra de los tres Sanchos, donde Rodrigo se vuelve a enfrentar a Navarro Gimeno Garcés. Parece ser que por estas fechas Rodrigo ya era alférez del rey.
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