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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

25 de febrero de 2011

25 de Febrero, San Tarasio, Patriarca de Constantinopla, Confesor.






Tomado de Enciclopedia Católica





atriarca de Constantinopla, nacido en fecha desconocida; murió el 25 de Febrero del año 806. Era hijo del Patricio y Prefecto de Constantinopla, Jorge y de su esposa Eucracia y entró al servicio del Estado. En el 784, cuando Pablo IV, Patriarca de Constantinopla murió, Tarasio se convirtió en secretario imperial y en campeón de la veneración de las imágenes. Parece ser que antes de morir, el patriarca Pablo IV habría recomendado a Tarasio como su sucesor en el Patriarcado a la Emperatriz Irene, que era la Regente en nombre de su hijo Constantino VI (780-797).

Terminado el entierro de Pablo IV se reunió una gran asamblea popular ante el Palacio Magnaura para tratar el tema de la sucesión a la sede vacante. La Emperatriz hizo un discurso sobre el nuevo nombramiento al patriarcado y la muchedumbre proclamó a Tarasio como el candidato más valioso. La Emperatriz lo agradeció y manifestó que Tarasio había rechazado el nombramiento. Tarasio mismo pronunció un discurso declarándose a si mismo indigno de tal ministerio ya que, además, la elevación de un laico era muy arriesgada y la posición de la Iglesia de Constantinopla había llegado a ser muy complicada, ya que estaba separada de los católicos de Occidente y aislada de los otros Patriarcados orientales; en consecuencia, explicó, él estaría dispuesto a aceptar el cargo de Patriarca con la condición de que se restaurara la unidad y que, de acuerdo con el Papa, se convocase un concilio ecuménico. La mayoría del pueblo aprobó estas ideas y lo mismo la Corte imperial. Así, el 25 de Diciembre de 784, Tarasio fue consagrado Patriarca. En 785 envió al sacerdote Jorge como su legado al Papa Adriano I con una carta en la que anunciaba su nombramiento. En su respuesta, el Papa expresó su desaprobación a la elevación de Tarasio directamente de laico a obispo en contra de las normas canónicas, pero concedió clemencia para gobernar en vista de los ortodoxos puntos de vista del Patriarca y le reconoció como tal.

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