R.P. Paul McDonald, de la diócesis de Santa Catalina del Canadá.
La reciente Nota de la Secretaría de Estado del Vaticano dice que "para un futuro reconocimiento de la Fraternidad de San Pío X es una condición indispensable el pleno reconocimiento del Concilio Vaticano II y del Magisterio de [los Papas conciliares y posconciliares]" En este contexto la palabra "magisterio" es ambigua y puede significar tanto el oficio y la autoridad de enseñar -que es el primer significado y el más apropiado- o en un sentido análogo, el contenido de la enseñanza. Pero este contenido varía en peso, desde la enseñanza infalible sobre la imposibilidad de las ordenaciones femeninas hasta la enseñanza en las Audiencias Generales que no está formalmente dirigida a la Iglesia Universal.
Gracias a la Providencia Misericordiosa, la nota se refiere también a "las cuestiones todavía abiertas". Algunos piensan que debe haber un total asentimiento interno a cada afirmación del Concilio. El Vaticano II -en sus textos- no se erige a sí mismo en un ídolo ni proclama una "superinfalibilidad" o un estatus de "superdogma" (como dijo en una ocasión el entonces Cardenal Ratzinger), a diferencia de lo que hace ahora demasiada gente de Iglesia en su "representación". Esta visión exagerada puede encontrarse en el Sr. John Allen del National Catholic Reporter que escribió recientemente una nota sobre la Sociedad de San Pío X.
Gracias a la Providencia Misericordiosa, la nota se refiere también a "las cuestiones todavía abiertas". Algunos piensan que debe haber un total asentimiento interno a cada afirmación del Concilio. El Vaticano II -en sus textos- no se erige a sí mismo en un ídolo ni proclama una "superinfalibilidad" o un estatus de "superdogma" (como dijo en una ocasión el entonces Cardenal Ratzinger), a diferencia de lo que hace ahora demasiada gente de Iglesia en su "representación". Esta visión exagerada puede encontrarse en el Sr. John Allen del National Catholic Reporter que escribió recientemente una nota sobre la Sociedad de San Pío X.
"Levantar las excomuniones lleva a los tradicionalistas a la puerta, pero eso no significa que hayan refresado. Si van a reintegrarse completamente deben aceptar la enseñanza católica oficial, incluyendo la libertad religiosa y el respecto hacia las otras religiones".
Y los Obispos franceses dicen con con respecto a esto que "El Vaticano II no es negociable". Yo sostengo que ACORDE AL CONCILIO MISMO, mucho del Vaticano II, y de acuerdo a la ley divina, es en efecto negociable. Esto es así porque mucho de lo que el Concilio decidió y declaró no es "esencial" o dogmático. Para que un cristiano bautizado se convierta en católico, después de rezar con los presentes el Credo Niceno, añade:
"Y creo en todo lo que la Santa Iglesia Católica cree [y] enseña y proclama como revelado por Dios" (énfasis nuestros).
La doctrina en el derecho social a la libertad religiosa del Vaticano II no fue ni revelada por Dios ni el Concilio dice que es así en ninguna parte. Y ciertamente no fue definida dogmáticamente como revelada. Por lo tanto, para ser católico o convertirse al catolicismo no es necesario sostener esta doctrina.
A fin de cuentas, como dice en el punto 18 del decreto sobre el ecumenismo del Concilio Unitatis Redintegratio: " (...) este Sacrosanto Concilio renueva solemnemente todo lo que han declarado los sacrosantos concilios anteriores y los Romanos Pontífices; a saber, que para el restablecimiento y mantenimiento de la comunión y de la unidad es preciso ´no imponer ninguna otra carga más que la necesaria' "
A fin de cuentas, como dice en el punto 18 del decreto sobre el ecumenismo del Concilio Unitatis Redintegratio: " (...) este Sacrosanto Concilio renueva solemnemente todo lo que han declarado los sacrosantos concilios anteriores y los Romanos Pontífices; a saber, que para el restablecimiento y mantenimiento de la comunión y de la unidad es preciso ´no imponer ninguna otra carga más que la necesaria' "
Lo que es esencial es lo que es infalible. Nuevamente: lo que es "esencial" difícilmente puede ser una "cuestión abierta".
El protocolo de 1988 reconocía a Monseñor Lefebvre como católico, como un Arzobispo en situación regular, mientras mantenía un estado de duda respetuosa hacia ciertas posiciones conciliares o posconcliar que parecen "difíciles de reconciliar con la Tradición".
Lo mismo debe reconocerse substancialmente a la FSSPX. Porque es un derecho de todos los Fieles.
El protocolo de 1988 reconocía a Monseñor Lefebvre como católico, como un Arzobispo en situación regular, mientras mantenía un estado de duda respetuosa hacia ciertas posiciones conciliares o posconcliar que parecen "difíciles de reconciliar con la Tradición".
Lo mismo debe reconocerse substancialmente a la FSSPX. Porque es un derecho de todos los Fieles.
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