Discursos del Dr. Antonio de Oliveira Salazar
CAPITULO VIII
Las diferentes fuerzas políticas ante la
Revolución Nacional
Revolución Nacional
En el acto de la toma de posesión de los elementos directivos de la Unión Nacional, el día 23 de Noviembre de 1932 pronunció el Dr. Oliveira Salazar el discurso que sigue. La severidad con que se dirigió el ya entonces Jefe del Gobierno a los partidos en que parecía lógico hubiera de apoyarse, suscitó los más apasionados comentarios. En rigor, el nuevo Presidente no buscaba más que ponerse enfrente de todos los grupos, para poder actuar con todas las fuerzas políticas y sociales, sin otra mira que el interés general de la Nación.
e leído con frecuencia en los discursos políticos vehementes invocaciones a la unión de los portugueses. Su necesidad se apoyaba siempre en las dificultades internas o externas, en los peligros que corría la Nación, en la especial delicadeza del momento histórico que se atravesaba y que no permitía alteraciones, cambios ni reformas. De ese modo acostumbraban los gobiernos a aquietar a sus enemigos, reforzar transitoriamente sus posiciones y alargar un poco su vida. Esta consideración me infunde algún recelo respecto a la interpretación que se pueda dar a lo que voy a decir. Me anima, sin embargo, el hecho de ser bien visibles los males y peligros presentes, y que mi llamamiento no tiene por objeto salvar a los hombres, a los grupos o a los partidos, sino a la Nación y sus intereses vitales en el orden material, en el orden político y en el orden moral. Vivimos en Portugal una pequeña parte del drama del mundo. Se quebró hace mucho tiempo la unidad moral de las naciones; concluyeron los años de sereno progreso, de gobiernos estables, de vida reglamentada, satisfecha y pacífica.
Concepciones filosóficas, enterradas hace tiempo, tornan a un primer plano, con aspectos nuevos, pretendiendo resolver los más arduos problemas; en medio de las dificultades de todo orden, los hombres se sienten oprimidos en el círculo de hierro de sus verdades tradicionales y de sus viejos errores, perdiendo la fe en las primeras, y comenzando otra vez a no renegar de los segundos. Las transformaciones por las cuales atraviesa la vida económica van suscitando paralelamente cuestiones y dificultades en el orden social. Esas transformaciones y esas concepciones diferentes de la vida buscan su expresión o su correspondencia en el campo político y en la organización de los Estados. Presenciamos la caída de instituciones que no hace mucho tiempo estaban en pleno favor, o contemplamos su funcionamiento difícil, precario, intermitente, bajo la presión de nuevas necesidades no satisfechas y de vagas aspiraciones que procuran definirse. Como siempre ocurre en estas virazones de la historia, unos, alucinados por la fascinación de la novedad y olvidados de la antigüedad del mundo, donde tantas cosas se han experimentado ya, niegan todo valor al presente y al pasado, y quieren construir un mundo enteramente nuevo, mezcla incongruente de propósitos generosos, cándida inexperiencia y sentimientos regresivos de baja animalidad humana; otros, enquistados en las posiciones e ideas adquiridas y en los prejuicios de «su tiempo», ven en todo lo que el porvenir trae en su seno, errores, crímenes y desgracias, y se oponen tenazmente a toda renovación o reforma, porque las ideas e instituciones en que se criaron y vivieron tienen para ellos la belleza y la virtud de las verdades eternas.
*************
Para leer el discurso completo haga click sobre la imagen del gran estadista lusitano.
0 comentarios:
Publicar un comentario