Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

4 de junio de 2009

4 de Junio, Festividad de San Francisco Caracciolo, Confesor y Fundador




an Francisco Caracciolo nace el 13 de octubre de 1563, el mismo año en que se clausura el concilio de Trento. Sus biógrafos toman tal coincidencia por un presagio, pues este Santo está plenamente dentro del espíritu de la reforma tridentina.
Al clausurarse el concilio fue como si la Iglesia hubiera lanzado un suspiro de alivio. Quedaba salvaguardada la integridad del dogma frente a los desvíos protestantes, se había formulado una legislación pastoral capaz de renovar el espíritu del clero y la piedad de los fieles, se habían sentado las bases justas para toda la renovación de la vida cristiana.
A mayor abundamiento Dios había concedido a la cristiandad un Papa santo que la librase de la amenaza turca, y se mostrase decidido a aplicar con toda energía la verdadera reforma. Puso en orden la curia pontificia, exhortó a mayor austeridad a los cardenales, obligó a guardar la residencia a los obispos, envió misioneros a los países recientemente descubiertos, y según escribían los embajadores venecianos Pío V llevaba trazas de hacer de Roma un convento.
Al inflexible dominico sucedieron los papas Gregorio XIII, Sixto V y Clemente VIII, los mismos que llenan el último tercio del siglo XVI y las primeras fechas del XVII, contemporáneos todos de San Francisco Caracciolo.Estamos en toda la gloria del Barroco, esa manifestación compleja que desborda el arte para afectar la literatura, el teatro y las mismas formas devocionales.¡Qué diferencia entre los comienzos del siglo XVI y su coronación! La orgía del Renacimiento había sacudido con un viento de locura a la Ciudad Eterna. Fue una fiebre que embotó los sentidos para no ver siquiera el alcance de la rebelión de Lutero. Dios tuvo que enviar contra la urbe distraída el castigo del sacco. Pero, misericordioso también, le envió una racha de santos reformadores. Pudiéramos decir que abren la marcha San Cayetano y San Ignacio; pero después son pelotón, como cuando avanzan juntos los ciclistas de la "vuelta".
***********************
Para leer la hagiografía completa haga click sobre la imagen.

0 comentarios: