Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

9 de junio de 2009

9 de Junio, Festividad de Santos Primo y Feliciano Mártires




Por el R.P. Juan Croisset, S.J.







an Primo y su hermano San Feliciano fueron romanos, de una familia muy visible por sus grandes bienes y riquezas. Nacieron y fueron criados en las supersticiones de la idolatría; pero, abriéndoles los ojos la gracia de Dios, conocieron su falsedad, y detestaron sus extravagancias. Tuvieron la dicha de convertirse por el celo del Papa San Félix I; y fortaleciéndose su fe durante el tiempo de muchas persecuciones, se ocultaron á la crueldad de algunos emperadores gentiles, por socorrer con sus crecidas limosnas á gran número de cristianos.


No es fácil decir el celo é intrepidez con que alentaban á los santos confesores y mártires, acompañándolos hasta el mismo suplicio. Todos sus bienes eran de los pobres; pasaban los días y las noches con los gloriosos confesores de Jesucristo en los calabozos; animaban á unos, fortalecían á otros en la fe, y hacían mucho bien á todos. Parecía que el furor de los gentiles respetaba á aquellos dos héroes cristianos; pues en medio de una, declaración tan pública y tan ruidosa de su fe, durante el fuego de la más cruel persecución, los dejaban entera libertad para asistir y consolar á los fieles en la capital del paganismo, y á vista de los más mortales enemigos del nombre cristiano.

Pero al fin quiso el Señor premiar tan heroica caridad con el triunfo de su fe, y coronar sus trabajos con la gloria del martirio. Hacia el año de 286 asoció Diocleciano en el imperio á Maximiano Hercúleo, y se comenzó á declarar la guerra contra todos los cristianos.
****************************
Para leer la hagiografía completa haga click sobre la imagen de los Santos Mártires.

0 comentarios: