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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

21 de junio de 2009

Doctrina y táctica del Mal Menor




por F. Javier Garisoain Otero



Tomado de Arbil


uisiera decir algo católicamente correcto sobre el concepto de “mal menor”. Y explicar que una cosa es la lícita doctrina moral del mal menor y otra más discutible la táctica política del mal menor. La táctica política malminorista es, desde hace doscientos años, seña de identidad del llamado catolicismo liberal, una ideología que ha pretendido conciliar la Verdad que predica la Iglesia con el relativismo y el naturalismo. Soy consciente de que muchos católicos sinceros siguen confiando en las tácticas maquiavélicas del mal menor y del voto útil tal vez porque no acaban de descubrir otra que les convenza. Después de pensarlo un poco les diré mi opinión: que hacer propuestas malas sabiendo que son malas y esperando con ello evitar el triunfo de propuestas peores suena, cuando menos, bastante inmoral. Y además es ineficaz.


La doctrina moral del Mal Menor

Los buenos filósofos explican que el mal no tiene entidad propia porque sólo es ausencia de bien. El mal menor pues no es más que carencia de bien. Y en este sentido mal menor es exactamente lo mismo que bien mayor. Como en el ejemplo de la botella “medio llena”o “medio vacía”sabemos que el nivel puede cambiar a más o a menos. Sabemos que diversas limitaciones internas o externas nos alejan siempre de la perfección individual y social. Por eso la doctrina del mal menor, que exige procurar siempre el mayor bien posible y evitar el mal en lo posible, es válida siempre. Ante una elección -suponiendo que nuestra única responsabilidad sea elegir- no existe otra posibilidad de rectitud ética que elegir lo mejor. Y si todo es malo hay que elegir el mal menor. Y no estará de mas convenir que en ciertos casos el negarse a elegir, es decir, la abstención, aún siendo un mal, puede ser el verdadero mal menor que estamos buscando. Todo ello suponiendo -insisto- que nuestra única responsabilidad sea elegir. La cosa cambia, como veremos, si nuestra responsabilidad no es elegir, sino hacer, o proponer. Al fin y al cabo vivimos en una sociedad plural en la que tenemos el deber de participar. ¿Se satisfará ese deber con la mera elección pasiva del mal menor? Si el llamamiento es a participar, a hacer, a construir, habrá que HACER el bien.
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Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen del autor. (enfáticamente recomendado).

2 comentarios:

Grachu dijo...

Negarse a elegir, es un mal, y no creo que sea menor ya que el lugar de nuestro voto lo ocupará otro. Siempre debemos elegir. Santos no hay pero son poderosos los que tienen mayoría en el senado. Si los candidatos principales no nos satisfacen como católicos bueno, entonces busquemos entre los otros de las lista, no todos son malos y no todos votan en bloque, tratemos de encontrar entre las listas alguien que nos represente y votemos por esa. No estamos eligiendo presidente sino tratando de que quienes presiden no lo hagan como dictadores, debemos demostrar que nuestro voto pesa, que somos argentinos y que estamos, no somos una cosa a la que puedan manejar con gritos, arbitrariamente y en desorden ético y moral. El silencio de los buenos otorga ventaja al enemigo.

Cruzamante dijo...

Estimado amigo:
a)por si no ha leído con atención: votar por alguien que sostenga alguno de los "principios" que figuran en el texto superior, no es posible moralmente para un católico.

b)El "sufragio universal", no es doctrina de Fe. No es obligatorio.

c)No se puede votar a alguien, a quien uno no conoce, mucho menos sabe como piensa, ni que hará en aras de la "disciplina partidaria".

D) Relea el artículo. Esto no ha servido, ni sirve, ni servirá para instaurar una política Católica. (Omnia instaurare in Christo).

Un fraternal abrazo en Xto Rey
Cruzamante