por D. Rubén Calderón Bouchet
Tomado de Mikael Nº 3
Revista del Seminario de Paraná
Tercer cuatrimestre de 1973
Tú aplastaste la cabeza, del Leviatán y
le diste en pasto a las fieras del desierto
(Salmo 74, 14)
Aquel día castigará Yahveh con su espada dura,
grande, fuerte, a Leviatán, serpiente huidiza, a Leviatán,
serpiente tortuosa, y matará al dragón que hay en el mar
(Isaías 27,1)
1. LA VIDA DE TOMAS HOBBESle diste en pasto a las fieras del desierto
(Salmo 74, 14)
Aquel día castigará Yahveh con su espada dura,
grande, fuerte, a Leviatán, serpiente huidiza, a Leviatán,
serpiente tortuosa, y matará al dragón que hay en el mar
(Isaías 27,1)
n 1588 Tomás Hobbes padre era vicario de Westport, pequeña iglesia contigua a Malmesbury en la cercanía de la parroquia de Charlton. Los conocimientos teológicos del vicario eran modestos; apenas si alcanzaban para leer las plegarias y enterrar con cierta dignidad a sus muertos. Su fuerte eran los juegos de cartas, y los sábados pasaba la noche en compañía de algunos parroquianos mal afamados, para dormirse los domingos mientras musitaba sus oraciones obligatorias.
Inglaterra vivía los años gloriosos de la reina Isabel, bajo la amenaza de la Armada de Felipe II de España. La esposa del vicario Hobbes, próxima a dar a luz, oyó hablar del desembarco español como de un hecho acaecido, y del susto se adelantó en su maternidad. Nuestro Tomás Hobbes nació así, el 5 de abril de 1588, en un parto prematuro provocado por el pánico.
Tres años más tarde el vicario de Westport desapareció para siempre de su hogar a raíz de una disputa sostenida con un parroquiano. La madre y sus tres niños fueron recogidos en Malmesbury por Francisco Hobbes, hermano mayor del irresponsable.
Tomás aprendió sus primeras letras en la escuela parroquial de Westport antes de desaparecer su padre. Continuó sus estudios primarios en Malmesbury y luego inició un curso preparatorio con un profesor particular llamado Lartimer.
Lartirner conocía bien sus latines y sabía transmitir su ciencia con entusiasmo. Hobbes recordará más tarde que a los catorce años y por instigación de Lartimer, había vertido en yámbicos latinos toda la "Medea" de Eurípides. Hazaña gramatical melancólica pero reveladora de su formación paciente y minuciosa.
Gemelo del terror y amante de las elegías latinas, manifestó en su juventud tanta tristeza en sus ojos negros y bajo sus oscuros cabellos, que recibió de sus compañeros el nombre agorero de "El cuervo".
************************************Para leer el artículo completo (recomendadísimo), haga click sobre la imagen del autor.
0 comentarios:
Publicar un comentario