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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

29 de enero de 2009

La Victoria Española sobre la Armada Inglesa

Me ha tomado su tiempo, pero después de leído este artículo, busqué todo lo que pude sobre Blas de Lezo y Olavarrieta, Marqués de Ovieco.

¡Cuánto pudo y puede la Leyenda Negra, que este ilustre marino español es casi un desconocido!

En España y en las Españas Americanas.

En este artículo la crítica a un libro de aparición en el 2005.

En el siguiente, una biografía de D. Blas de Lezo (en el blog, es el de arriba)


Tomado de Libro de Horas y Hora de Libros

En la imagen superior, Blas de Lezo. Sobre esta línea, fotografía del autor de este magnífico libro, Pablo Victoria.



BLAS DE LEZO, HOMBRE Y MEDIO.


artagena de Indias, año de gracia de 1741.

Desde los baluartes de las fortalezas españolas de Cartagena de Indias, los vigías columbran en lontananza la amenazante tempestad británica que se les avecina.

Ciento ochenta naves británicas, con 2.620 cañones y 23.600 combatientes, al frente de los cuales se halla el Almirante Sir Edward Vernon, se posicionan frente a Cartagena de Indias, rompeolas de la piratería europea.

Seis navíos españoles, 990 bocas de fuego y 2.230 españoles más 600 indios forman toda la guarnición que tendrá que defender Cartagena de Indias. Un hombre tuerto, manco y con una pata de palo comanda a los españoles, el vascongado Blas de Lezo.

Los ingleses habían decidido invadirnos la España de Ultramar y para ello habían preparado una poderosísima nueva “Armada Invencible” -esta vez británica- muy superior a la enviada por el Gran Felipe II contra la Pérfida Albión. Blas de Lezo, guipuzcoano de Pasajes, defenderá con bizarría sobrehumana lo que es la llave de las Indias, combatiendo la fanfarronería del incipiente imperio británico que, ávido de tesoros y gloria, pretende aplastar las irrisorias pobres defensas españolas. Los españoles vencimos, y el soberbio inglés, con el rabo entre las patas, tuvo que retirarse contrariado, humillado y mohíno.

Inglaterra ocultó esta vergüenza con mucha discreción.
Esta proeza nos lo ha contado, con lujo de detalles y sabroso castellano a la guisa americana, el colombiano Pablo Victoria, en su libro “El día que España derrotó a Inglaterra”.

En su engreimiento se había mandado en Inglaterra acuñar monedas conmemorativas de la derrota española que se auguraba a la luz de la superioridad numérica de hombres, armas y buques. Gracias a Dios y a su elegido, Blas de Lezo, los ingleses tuvieron que esconder esas monedas.

Magnífico libro donde los haya que, sin complejos y con orgullo español, nos ha devuelto la hazaña bélica de uno de nuestros héroes patrios más olvidados. Y es que, en España, tenemos lo que nos merecemos por nuestra inveterada manía de sentirnos inferiores, de vivir –de un tiempo a esta parte- abochornados, creyéndonos –por haber sido un Imperio y dominar el mundo para su bien- indignos ciudadanos de la democracia planetaria, confeccionada en las logias…

Esos laboratorios anglosajones en los que se cuece el dominio del mundo para nuestro mal global.Y ha tenido que ser un colombiano (esto es: un español de ultramar) quien nos ha tenido que contar esta apasionante historia que eleva el corazón, en estos misérrimos tiempos de vergüenza y deslealtad por los que atraviesa esta raza nuestra, que antaño se enseñoreaba de los mares y de la tierra toda y que, desde el siglo XIX, infectada de descreimiento y modernidad se convirtió, por arte y mañas de traidores liberales, en colonia de las logias masónicas.¿Cómo no recomendar este libro? ¿Cómo permanecer impasible ante el egregio espectáculo de la valentía y nobleza de nuestros antepasados en América, venciendo a nuestros seculares enemigos británicos?

Blas de Lezo ofrendó en el altar de la Patria su ojo, su pierna, su brazo y tu misma vida.El único inconveniente que le encontramos a este libro es que, leyéndolo, advierte uno la grandeza de aquellos españoles y nuestra indignidad actual, con serio riesgo de que se le agrie a uno el carácter.

España es hoy un país de chiste, una muchedumbre de risas… Pero esta España actual no tiene maldita la gracia.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:Autor: Pablo Victoria.Título: “El día que España derrotó a Inglaterra. De cómo Blas de Lezo, tuerto, manco y cojo, venció en Cartagena de Indias a la otra “Armada Invencible””Editorial Áltera, Barcelona, 2005.

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