ay en el Borgo de San Friano un monasterio “donde se trata de perfección con particular cuidado”. Así lo decía un autor del setecientos y así lo leo yo hoy en las páginas tostadas de años, pero quemantes siempre, de una obra en pergamino y bellos tipos renacentistas que contiene la “vida de la bienaventurada y extática María Magdalena de Pazzis, virgen florentina", la santa contradictoria y apasionante que nos ha dejado una vida extraña y vehemente como su temperamento toscano.
Su padre, Camilo Geri de Pazzis, gran señor florentino, había contraído matrimonio con María Lorenzo Buondelmonti, dama exquisita, amiga de los Médicis, que educó con extraordinaria delicadeza a su única hija Catalina. La niña era bellísima y de un natural dulce y quieto y a la vez ardiente y amoroso, mezclando voluntad y suavidades. No podemos detenernos en sus primeros años, ni en su educación entre las Canonesas de Malta, ni en su regreso al mundo, de cuya época se conserva un hermoso cuadro nos muestra a Catalina, gran figura de italiana, vestida de blanco y dorado con unas rosas.
Vamos a partir de ese domingo primero de Adviento en que ingresa en el convento de carmelitas observantes en 1582 y donde recibe el santo hábito al final del enero siguiente. Ya se llama María Magdalena y tiene dieciséis años.
****************
Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen de la Santa.
0 comentarios:
Publicar un comentario