Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

20 de julio de 2009

20 de Julio, Festividad de San Jerónimo Emiliano, Presbítero y Fundador






os encontramos ante uno de esos colosos de la caridad y de amor hacia los hermanos. Nació en una familia de rancio abolengo veneciano, los Miani o Emiliani. Su padre era famoso militar y senador. Nació el 1481 en Venecia y sus padres fueron Angiolo y Diomira.

Casi no tuvo tiempo de formarse, ya que a los quince años ya tomó las armas y hubo de luchar en defensa de su patria contra los franceses... Unas veces tiene victorias y otras derrotas. Son cosas del oficio.

Las enseñanzas cristianas que inculcó su buena madre en su alma no las olvidó jamás, pero la vida militar le sedujo desde un principio y se descaminó como tantos otros compañeros de armas entregándose a una vida que decía muy poco con los principios que de su buena madre había recibido. El cielo le había adornado con muchas cualidades: simpatía, bondad, caballerosidad y por ello arrastraba tras sí a muchos amigos. Tenía un defecto que le costó mucho durante toda su vida arrancarlo de su corazón: era la ira, la cólera, el genio fuerte que en tantas ocasiones le traicionaba... Los malos amigos le llevaron por malos caminos.

Su buena madre y hermanos le rogaban abandonase aquellas compañías y que entrase por las sendas del bien... Como no estaba dispuesto a oír la voz de los hombres, fue Dios quien vino en su ayuda y para ello se sirvió de una derrota militar.
*******************************************

Para leer la hagiografía completa, más la de Santa Margarita, Vírgen y Mártir, San Aurelio, Obispo, Santa Liberata, Vírgen y Mártir, San Elías, Patriarca de Jerusalén, San Flaviano, Patriarca de Antioquía y San Elías, Profeta, haga click sobre la imagen de San Jerónimo Emiliano.


0 comentarios: