Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

8 de agosto de 2009

7 de Agosto, San Cayetano de Thiene


(con 24 horas de atraso)




ayetano nace en Vicenza (república de Venecia) en 1480, en el clima gozoso del Renacimiento italiano. Sus padres, conde de Thiene y María de Porto, ambos de la nobleza vicentina. Muerto el conde en 1482 defendiendo a Venecia, es María de Porto, terciaria de Santo Domingo, quien dirige los pasos primeros del Santo, inspirándole una piedad sólida y un hondo sentido de la vanidad de la vida. En 1500 encontramos a Cayetano en la universidad de Padua. Alto y de porte distinguido, descuella por su índole afable y modestos modales. Cuatro años más tarde vuelve a Vicenza graduado en jurisprudencia, entrando a formar parte del Colegio de jurisconsultos de la ciudad. Pero Dios le llama a una vocación más allá. En 1504 recibe la tonsura clerical y se retira a la soledad de Rampazzo, donde hace construir una capilla.

La Providencia le tenía destinado para influir en la reforma de la Iglesia, y es ella quien guía sus pasos cuando, en 1506, viene a Roma. Familiar del obispo, luego cardenal Pallavicini, Cayetano penetra en la misma Curia romana como protonotario apostólico. Son los años triunfales del Renacimiento. Julio II, el dinámico papa, ha trazado ya su programa político, cultural y reformador de la Iglesia. Cayetano vislumbra pronto las consecuencias amargas de un plan político que, aun siendo justo, enfrentará al Pontífice con parte de su grey cristiana. Con gran dolor del alma ve cómo Venecia mide sus fuerzas con las de la Santa Sede. "Me siento sano de cuerpo —escribe a un amigo—, pero muy enfermo en el alma al pensar lo que puede ocurrir en Vicenza." No se deja fascinar por el programa humanístico que quiere convertir a Roma en centro de las letras y las artes. Mientras sobre la tumba de San Pedro va levantándose, piedra a piedra, la nueva basílica —desafío de los siglos—, el pincel de Miguel Angel descorre el velo de la historia de la humanidad en la Capilla Sixtina y Rafael ilumina con la Disputa del sacramento los muros de la sala de la Signatura, donde el joven protonotario vicentino escucha reverente el rasguear de la pluma de Julio II.
****************************************************
Para leer la hagiografía completa haga click sobre la imagen del Santo Reformador.

0 comentarios: