por Eulogio López
Tomado de Hispanidad
Bien mirado, uno diría que más que fomentar el condón lo que se está fomentando es la cópula, también conocida como ayuntamiento, refocile o términos más ordinarios. O sea, lo de siempre: que las gomas no sirven para evitar el sida sino para evitar el niño. De hecho, la verdadera eficacia del profiláctico no es versus-sida, sino versus-niño. Por lo que un hombre tan empírico como Bernat no se ha ocupado ni de simularlo. El consejo de la compaña es: abrasaos, queridos adolescentes, los unos con las otras, pero no tengáis niños, porque exigen mucho esfuerzo. Ahora, ¿ayuntarse? Sin límite, oiga usted.
Particularmente lírico resulta eso de “Stop rollos con bombo”. Porque un niño, para Bernat, y para la sociedad progre, es una cosa molesta que se introduce en el vientre creando bombo, y afeando la figura femenina. Para el maromo, el bombo es esa cosa que puede provocar quién sabe qué extraños sentimientos en la pareja ocasional utilizada para el propio deleite.
Para evitarlo, pueden hacerse dos cosas: no copular o emplear preservativos (o cosas peores: pregunten a Gallardón).
Y aunque con ello creemos una sociedad de cretinos pendientes de sí mismos siempre tendremos el orgullo de que fue fomentada por un prestigioso científico (PC), de nombre Bernat Soria.
El mismo ministro al que no le gustan los nacimientos, pero sí la muerte. Como apenas se había hecho notar el martes con las gomas anti baby, en la mañana del miércoles apostaba por la muerte, eso sí, la muerte digna. O sea, que en España está permitido morir pero no nacer.
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