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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

26 de febrero de 2009

Carta a los Amigos de la Cruz






por San Luis María Grignion de Montfort




Introducción





San Luis María Grignion de Montfort

n 1673 nace Luis María en Montfort-La-Cane, cerca de Rennes, en una familia de la pequeña nobleza de Bretaña. Su padre es abogado.

Hace sus estudios en el colegio de los jesuitas de Rennes, y a los veinte años de edad inicia en París su formación para el sacerdocio, primero en la comunidad de M. de La Barmondière y después en San Sulpicio. Reza mucho, lee mucho -es encargado de la biblioteca del Seminario- y se acoge muy especialmente bajo el amparo de la Virgen María. En 1700 es ordenado sacerdote.

Apostolado

Los primeros ministerios de Montfort se desarrollan en los Hospitales de Poitiers y de París, pero se ve obligado a dejar la atención a los pobres en el uno y en el otro. Da entonces misiones populares con gran éxito, y ya en 1701 conoce a María Luisa Trichet, con la que más adelante fundará las Hijas de la Sabiduría.

Sin embargo, las contradicciones que halla en los ambientes eclesiásticos, entonces dominados por el jansenismo, le llevan en 1706 a Roma. Allí se ofrece al papa Clemente XI para ir a las misiones del Oriente. Pero el papa le confirma en sus trabajos apostólicos de Francia, y le da el título de misionero apostólico.

Dedica su vida desde entonces a predicar misiones populares en el nordeste de Francia, especialmente en las diócesis de Saint-Brieuc, Saint-Malo, Nantes, Luçon y La Rochelle. En todas ellas consigue conversiones y frutos duraderos de vida cristiana. Es significativo, por ejemplo, que la región de La Vendée, que se alza en armas en 1793 contra la Revolución que atacaba la fe católica, había sido misionada por Montfort ochenta años antes.

San Luis María muere en 1716, al terminar una misión en Saint-Laurent-sur-Sèvre.

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