Dirán que es noticia vieja, ya lo se. Pero no ha perdido actualidad.
por el Dr Jorge Scala
eresa María Schindler, más conocida como Terri Schiavo, o sea su apelativo y el apellido de su marido; murió sólo dos días antes que Juan Pablo II, cuando el Santo Padre entraba en agonía. Por ello, la prensa internacional dejó de informar sobre su caso, en el momento culminante, pese a que llevaba varias semanas de un intenso debate mediático del asunto. Es por ello que, resulta pertinente destacar algunos aspectos -prolijamente silenciados-, por los medios informativos de su país, EE.UU., para luego reflexionar sobre el caso. Aquí van esos elementos de juicio:
Su padre se apellida Schindler, y ella fue inscripta en el Registro Civil al nacer, como Teresa María Schindler. Luego se casó con Miguel Schiavo, y pasó -conforme los usos de su patria-, a apellidarse Schindler Schiavo. Su primer apellido nunca fue Schiavo, por tanto es muy sugestivo el hecho que los medios de propaganda la nombraran siempre con el apellido de su marido.
En 1.990, Terri sufrió un ataque al corazón, que dejó sin irrigación su cerebro durante cierto tiempo. Como consecuencia de ello, quedó en un estado vegetativo superficial o subliminar, con cierta capacidad de respuesta, denominado técnicamente "estado mínimo de conciencia". Al punto que, por ejemplo, no necesitaba respirador artificial, ni ningún otro aparato sofisticado. Desde entonces se la hidrataba y alimentaba con una sonda gástrica. El costo de dicha alimentación es mínimo, y es algo muy común en cualquier hospital, donde muchas personas sometidas a cirugías, o que padecen ciertas enfermedades, deben comer de esa forma. Naturalmente, dicho proceso no es ni siquiera terapéutico, sino la atención más elemental que se puede hacer, aún al ser humano más criminal. En EE.UU., a ninguno de sus muchos condenados a muerte, se le niega la bebida y la comida, por graves y monstruosos que hayan sido sus delitos… A ningún condenado a muerte, excepto a Terri Schindler, inocente de todo crimen…
Teresa María tenía un seguro de vida, cuyo beneficiario fue su marido, Miguel Schiavo. Pocos años después del accidente cerebrovascular, Miguel se une a otra mujer con la que tuvo -hasta el momento-, dos hijos. Pese a ello nunca se divorció de Terri, y por ello tampoco se casó con la otra mujer. De haberlo hecho, habría perdido la expectativa de cobrar el seguro.
En 1.998, Miguel Schiavo solicitó a los jueces que ordenen el retiro del tubo, a través del cual Terri era hidratada y alimentada. Al no participar Miguel en los costos de atención de Terri, y pudiendo divorciarse de ella a su antojo, es evidente que su único objetivo real, fue el cobro del seguro de vida de su mujer enferma. Naturalmente no lo planteó de ese modo. Luego de un intrincado proceso judicial, los tribunales ejecutan la petición de Miguel, y se retira la sonda gástrica a Terri.
Después de una agonía de trece días, ella murió de sed y hambre. Sus sufrimientos fueron tan evidentes, que en sus últimas jornadas se le suministro morfina para paliarlos.
Estando aún con vida, un niño de diez años ingresó al hospital con una botella de agua, pues sabía que Terri estaba muriendo de sed. El niño fue arrestado por la policía local, y su foto, manos atrás y esposado, recorrió el mundo a través de internet, pues la televisión y los medios gráficos, se negaron a mostrar tal imagen. Hasta aquí los hechos relevantes.
Ahora las breves reflexiones.
Ciertos grupos de poder, abogan por la abolición de la pena de muerte de los culpables. No les falta razón. Uno de los más conocidos, Amnistía Internacional, se negó a pronunciarse sobre este caso, con pena de muerte a una inocente…, pese a la petición de numerosos ciudadanos, quienes le exigían un pronunciamiento rotundo. Sus directivos prefirieron el silencio cómplice. Por otra parte, los grupos feministas de género, no se cansan de reivindicar, que toda mujer tendría derecho a decidir sobre su propio cuerpo - eufemismo para ocultar que, en realidad, pretenden que decida sobre un cuerpo y un alma ajeno, los del hijo, que portan en su vientre, para justificar su homicidio-; también critican la violencia intrafamiliar; sin embargo, no levantaron su voz por Terri Schindler, mujer asesinada a instancias del marido, que previamente la había abandonado, y sólo para cobrar un seguro de vida…
Esto es coherente: estos grupos sólo promueven los derechos de los poderosos; jamás los de los débiles. Lo mismo que el sistema jurídico, social y económico de los norteamericanos: la "globalización". Podría decirse, en una exacta aproximación descriptiva, que los sajones han prostituido el concepto clásico de justicia -la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo-, mediante una "relectura" que la define como "la constante y perpetua voluntad de dar al poderoso lo suyo y lo ajeno"…
Eutanasia deriva del griego: eu y tánatos (buena muerte). ¿Para quién fue una "buena muerte"?, ¿para Terri Schindler o para Miguel Schiavo?...
Opine el lector.
En 1.990, Terri sufrió un ataque al corazón, que dejó sin irrigación su cerebro durante cierto tiempo. Como consecuencia de ello, quedó en un estado vegetativo superficial o subliminar, con cierta capacidad de respuesta, denominado técnicamente "estado mínimo de conciencia". Al punto que, por ejemplo, no necesitaba respirador artificial, ni ningún otro aparato sofisticado. Desde entonces se la hidrataba y alimentaba con una sonda gástrica. El costo de dicha alimentación es mínimo, y es algo muy común en cualquier hospital, donde muchas personas sometidas a cirugías, o que padecen ciertas enfermedades, deben comer de esa forma. Naturalmente, dicho proceso no es ni siquiera terapéutico, sino la atención más elemental que se puede hacer, aún al ser humano más criminal. En EE.UU., a ninguno de sus muchos condenados a muerte, se le niega la bebida y la comida, por graves y monstruosos que hayan sido sus delitos… A ningún condenado a muerte, excepto a Terri Schindler, inocente de todo crimen…
Teresa María tenía un seguro de vida, cuyo beneficiario fue su marido, Miguel Schiavo. Pocos años después del accidente cerebrovascular, Miguel se une a otra mujer con la que tuvo -hasta el momento-, dos hijos. Pese a ello nunca se divorció de Terri, y por ello tampoco se casó con la otra mujer. De haberlo hecho, habría perdido la expectativa de cobrar el seguro.
En 1.998, Miguel Schiavo solicitó a los jueces que ordenen el retiro del tubo, a través del cual Terri era hidratada y alimentada. Al no participar Miguel en los costos de atención de Terri, y pudiendo divorciarse de ella a su antojo, es evidente que su único objetivo real, fue el cobro del seguro de vida de su mujer enferma. Naturalmente no lo planteó de ese modo. Luego de un intrincado proceso judicial, los tribunales ejecutan la petición de Miguel, y se retira la sonda gástrica a Terri.
Después de una agonía de trece días, ella murió de sed y hambre. Sus sufrimientos fueron tan evidentes, que en sus últimas jornadas se le suministro morfina para paliarlos.
Estando aún con vida, un niño de diez años ingresó al hospital con una botella de agua, pues sabía que Terri estaba muriendo de sed. El niño fue arrestado por la policía local, y su foto, manos atrás y esposado, recorrió el mundo a través de internet, pues la televisión y los medios gráficos, se negaron a mostrar tal imagen. Hasta aquí los hechos relevantes.
Ahora las breves reflexiones.
Ciertos grupos de poder, abogan por la abolición de la pena de muerte de los culpables. No les falta razón. Uno de los más conocidos, Amnistía Internacional, se negó a pronunciarse sobre este caso, con pena de muerte a una inocente…, pese a la petición de numerosos ciudadanos, quienes le exigían un pronunciamiento rotundo. Sus directivos prefirieron el silencio cómplice. Por otra parte, los grupos feministas de género, no se cansan de reivindicar, que toda mujer tendría derecho a decidir sobre su propio cuerpo - eufemismo para ocultar que, en realidad, pretenden que decida sobre un cuerpo y un alma ajeno, los del hijo, que portan en su vientre, para justificar su homicidio-; también critican la violencia intrafamiliar; sin embargo, no levantaron su voz por Terri Schindler, mujer asesinada a instancias del marido, que previamente la había abandonado, y sólo para cobrar un seguro de vida…
Esto es coherente: estos grupos sólo promueven los derechos de los poderosos; jamás los de los débiles. Lo mismo que el sistema jurídico, social y económico de los norteamericanos: la "globalización". Podría decirse, en una exacta aproximación descriptiva, que los sajones han prostituido el concepto clásico de justicia -la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo-, mediante una "relectura" que la define como "la constante y perpetua voluntad de dar al poderoso lo suyo y lo ajeno"…
Eutanasia deriva del griego: eu y tánatos (buena muerte). ¿Para quién fue una "buena muerte"?, ¿para Terri Schindler o para Miguel Schiavo?...
Opine el lector.
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