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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

9 de septiembre de 2009

La verdad sobre El Código da Vinci (Parte Segunda).- Examen crítico de los argumentos del Código Da Vinci (IV)









por José Antonio Ullate Fabo





Tomado de Conoze





V. Proporciones y más invenciones



Las abejas hacen trampa con la divina proporción

Capítulo 20, páginas 120-121;

«A pesar de los orígenes aparentemente místicos de Phi[7] [...]. Las plantas, los animales, e incluso los seres humanos poseían características dimensionales que se ajustaban con misteriosa exactitud a la razón de Phi a 1. [...] »-Un momento -dijo una alumna de la primera fila-. Yo estoy terminando Biología y nunca he visto esa Divina Proporción en la naturaleza. »-¿Ah no? -respondió Langdon con una sonrisa burlona-. ¿Has estudiado alguna vez la relación entre machos y hembras en un panal (sic) de abejas? »-Sí claro. Las hembras siempre son más. »-Exacto. ¿Y sabías que si divides el número de hembras por el de los machos de cualquier panal del mundo, siempre obtendrás el mismo número? »-¿Sí? »-Sí. El Phi».

A estas alturas comenzamos a sospechar que Langdon ha falsificado su título universitario y hasta el de educación básica. Eso sí, tiene la fortuna de rodearse de alumnos con escaso sentido crítico, a los que intimida con afirmaciones disparatadas y «sonrisas burlonas». La población de un enjambre o de una colmena varía notablemente a lo largo del año, y también varía y mucho la relación entre los machos y las hembras. De modo que la contundente afirmación «si divides el número de hembras por el de los machos de cualquier panal del mundo, siempre obtendrás el mismo número» es una contundente majadería.

En cualquier colmena, cuando llega el otoño la población de zánganos, de machos, prácticamente desaparece, puesto que las hembras los echan cruelmente cuando ya no desempeñan ninguna función. En esos momentos el ratio entre hembras y machos es de X a 0 (siendo X el total variable de las abejas hembras). Los zánganos vuelven a aparecer en primavera y verano, pero entonces, la proporción entre machos y hembras dista muchísimo de ser estable y nunca se acerca lo más mínimo a la llamada Divina Proporción. Un enjambre medio cuenta con una abeja reina; de trescientos a mil zánganos; y unas cuarenta y cinco mil o cincuenta y cinco mil obreras, las féminas. Dividimos el número de hembras (pongamos 50.000), entre los machos (pongamos 800) y obtenemos un ratio de más de 62 a 1. Recordemos que Phi es igual a 1,618. Así que en algún lado hay un error, ya que, de cumplirse la prometida proporción 1,618 (Phi) a 1, el número de obreras debiera ser casi cuarenta veces menor, o el de zánganos cuarenta veces superior.

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Para leer el capítulo completo haga click sobre este enlace.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

recomiendo este blog http://elcodigo-davinci.blogspot.com/

El Cruzamante dijo...

Estimado anónimo: he visto el blog que recomienda.
Creo que este documentadísimo libro de Ullate Fabo, que se va editando por capítulos, es muy superior en el estudio de los detalles de la falsedad de la trama y de las imposturas de Brown.
Un abrazo en Xto. Rey
Cruzamante