por el Artillero (Dr. Augusto Padilla)
Tomado de su Blog: Catapulta
el clásico libro de Millán Puelles, La formación de la personalidad humana, copio la siguiente definición de educación: conducción y promoción de la prole al estado perfecto del hombre en cuanto hombre, que es el estado de virtud, formulada a partir de un texto de Santo Tomás (Sum.Theol., Suppl.III, q.41,a.1).
2) Desde luego, tanto para el Doctor Común como para su maestro Aristóteles la perfección de la vida humana sólo se lograba mediante la contemplación: el alma que encuentra su goce y tranquilidad únicamente en Dios.
3) Pero a esto no se puede aspirar sin que el educador, sea padre biológico o espiritual -el maestro-, no forje también el carácter del educando. Ya se ha dejado de lado es difícil tarea, que requería extrema prudencia y sensibilidad.(Unos cuantos años atrás, la caracterología ocupaba lugar de preferencia en la formación de los pedagogos. No en vano insistía el Padre Castellani sobre la importancia de Ludwig Klages, sin dejar de cuestionar, por cierto, muchas de sus afirmaciones).
4)En esta modernidad o postmodernidad que soportamos, lo que se conoce por educación nada tiene que ver con la contemplación, sino con el activismo (el hombre útil de los empiristas ingleses) o con el puro naturalismo del nefasto Juan Jacobo ( de enorme influencia sobre uno de los popes de la educación moderna, el no menos nefasto John Dewey).
Ahora se busca al “profesional exitoso” o se deja al niño librado a sus instintos, adaptándose en este último caso, al ambiente que lo rodea, manipulado fundamentalmente por los aberrantes programas televisivos.
5)Para completar el cuadro, es oportuno también recordar que para el marxismo el fin de la educación es lograr que el ser humano sea mero productor, reducido así a una función puramente material.
6) Estas tres vertientes se han combinado para hacer de escuelas, colegios y universidades lo que hoy son: fábricas de títulos. Y desde luego que incluyo a la mayoría de los establecimientos católicos, contaminados por el activismo, sean el sport o las variopintas tareas pastorales, que realizan alumnos con deficiente o mala preparación. (Me hacen recordar a los curas obreros de la segunda mitad del siglo pasado, que terminaron captados por el comunismo).
7) Párrafo especial merece la pérfida intromisión de la así llamada “educación sexual” en los planes de estudios, con el resultado asegurado de conseguir que el alma de los chicos se corrompa, habida cuenta de los maestros-perdón, “trabajadores de la educación”-que la imparten, inficionados por el “viento de la historia”,y con vidas que muchas veces distan de ser las que Dios manda. Es que ya la vida ejemplar ha dejado de ser condición sine qua non para ejercer la docencia. En los ámbitos católicos, ya no se hace mas mención a la enseñanza explícita de Pío XI sobre el tema en la Divini illius magistri,que debería seguir siendo la Carta Magna de la educación para todos los creyentes. En la Encíclica el Papa formula graves y precisas advertencias sobre el asunto, obligatorias en conciencia.
8 ) Si no se empieza a luchar contracorriente, la Argentina se encontrará dentro de pocos años, con que no tiene juventud apta para afrontar la gran empresa de la reconquista y reconstrucción de la Patria.
Dios quiera que estos modestos apuntes míos puedan servir a algunos. Si no se pierden en el tiempo, me daría por muy satisfecho.
2) Desde luego, tanto para el Doctor Común como para su maestro Aristóteles la perfección de la vida humana sólo se lograba mediante la contemplación: el alma que encuentra su goce y tranquilidad únicamente en Dios.
3) Pero a esto no se puede aspirar sin que el educador, sea padre biológico o espiritual -el maestro-, no forje también el carácter del educando. Ya se ha dejado de lado es difícil tarea, que requería extrema prudencia y sensibilidad.(Unos cuantos años atrás, la caracterología ocupaba lugar de preferencia en la formación de los pedagogos. No en vano insistía el Padre Castellani sobre la importancia de Ludwig Klages, sin dejar de cuestionar, por cierto, muchas de sus afirmaciones).
4)En esta modernidad o postmodernidad que soportamos, lo que se conoce por educación nada tiene que ver con la contemplación, sino con el activismo (el hombre útil de los empiristas ingleses) o con el puro naturalismo del nefasto Juan Jacobo ( de enorme influencia sobre uno de los popes de la educación moderna, el no menos nefasto John Dewey).
Ahora se busca al “profesional exitoso” o se deja al niño librado a sus instintos, adaptándose en este último caso, al ambiente que lo rodea, manipulado fundamentalmente por los aberrantes programas televisivos.
5)Para completar el cuadro, es oportuno también recordar que para el marxismo el fin de la educación es lograr que el ser humano sea mero productor, reducido así a una función puramente material.
6) Estas tres vertientes se han combinado para hacer de escuelas, colegios y universidades lo que hoy son: fábricas de títulos. Y desde luego que incluyo a la mayoría de los establecimientos católicos, contaminados por el activismo, sean el sport o las variopintas tareas pastorales, que realizan alumnos con deficiente o mala preparación. (Me hacen recordar a los curas obreros de la segunda mitad del siglo pasado, que terminaron captados por el comunismo).
7) Párrafo especial merece la pérfida intromisión de la así llamada “educación sexual” en los planes de estudios, con el resultado asegurado de conseguir que el alma de los chicos se corrompa, habida cuenta de los maestros-perdón, “trabajadores de la educación”-que la imparten, inficionados por el “viento de la historia”,y con vidas que muchas veces distan de ser las que Dios manda. Es que ya la vida ejemplar ha dejado de ser condición sine qua non para ejercer la docencia. En los ámbitos católicos, ya no se hace mas mención a la enseñanza explícita de Pío XI sobre el tema en la Divini illius magistri,que debería seguir siendo la Carta Magna de la educación para todos los creyentes. En la Encíclica el Papa formula graves y precisas advertencias sobre el asunto, obligatorias en conciencia.
8 ) Si no se empieza a luchar contracorriente, la Argentina se encontrará dentro de pocos años, con que no tiene juventud apta para afrontar la gran empresa de la reconquista y reconstrucción de la Patria.
Dios quiera que estos modestos apuntes míos puedan servir a algunos. Si no se pierden en el tiempo, me daría por muy satisfecho.
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