In memoriam
27/05/1910 - 01/12/1995
MEMORIA DE LOS MAESTROS
27/05/1910 - 01/12/1995
MEMORIA DE LOS MAESTROS
A fines de 1995 moría, en Buenos Aires, Alberto Falcionelli; después de una vida consagrada al estudio, al buen combate contra el marxismo y el liberalismo, al testimonio lúcido de la Realeza Social de Jesucristo. Vayan estas líneas suyas como sencillo recuerdo y homenaje.
No olvidaremos su personalidad paternal y rica en sabiduría. No olvidaremos su ejemplo.
No olvidaremos su personalidad paternal y rica en sabiduría. No olvidaremos su ejemplo.
Alberto Falcionelli en su 80º cumpleaños
a democracia no salva a la democracia. La destruye ayudándola a eliminarse a sí misma a través de sus mutaciones excesivas, hasta su conclusión en el punto final totalitario. No existe nada peor que el comunismo, salvo la condena eterna, y el método mejor para combatir esta peste, bestial, es el anticomunismo, aprehendido, no sólo como medio de defensa, sino sobre todo, de ofensiva y de restauración.
No el Estado Nación sino la Patria-Nación es el único camino para que alcancemos la concordia, la verdadera concordia que, desde adentro, irradia hacia afuera. Dios fue Quien la creó, a nosotros nos toca honrarla, como reza el Cuarto Mandamiento, como honramos a nuestro padre y a nuestra madre.
El amor al pasado no es un recurso nostálgico ni una forma de escapismo. Es fermento activo de supervivencia y conservación de lo permanente a través de lo contingente. En toda organización que quiera restaurar a lo hondo la comunidad nacional, la presencia de la oposición es indispensable, pero su fin es concurrir por sus medios a la consecución de la concordia, fuente necesaria del Bien Común. Ello obliga a la mayoría a escuchar la voz de la minoría y a recibirla con respeto. Dejémonos, pues, de hablar tanto de democracia, factor de desunión nacional y universal.
Hablemos de sociedad libre y edifiquémosla, cueste lo que cueste. A través de la legalidad reencontrada, vayamos hacia la legitimidad. La desigualdad no es un mal. Bien entendida, es un dato creado y, por consiguiente, un medio indispensable para el bien social y el bien individual. Es vertical, es decir, factor de variedad en la unión. La igualdad es una endogamia sin otra salida fuera de la esterilidad. Es horizontal, o sea, factor de desmembramiento al tiempo que de masificación.
El mundo en que vivimos no es un mundo "neo-pagano": los paganos tienen dioses, por falsos que sean, nuestro mundo, que se limita a adorar al dinero, no es ni pagano ni neo-pagano. Es ateo. Razón por la cual el rostro de tantos de nuestros contemporáneos que han hecho su religión de la materia, exuda envidia, odio y temor. Los fuertes batallones se han pasado al servicio de la Revolución, es decir, del partido del Anticristo. Mucha angustia sí para el que cree, pero fe absoluta en la victoria de Dios Todopoderoso.
Nosotros, los ancianos, hemos hecho lo nuestro, mal por lo visto. Pese a todo, algo hemos salvado. Que los jóvenes de buena voluntad lo recojan y hagan lo suyo, si tienen sangre y alma para ello. Y, siempre, repetiremos con nuestra vieja liturgia las palabras de la eterna esperanza:
Fitque sanguis Christi merum
Et si sensus déficit
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides sufficit...
No el Estado Nación sino la Patria-Nación es el único camino para que alcancemos la concordia, la verdadera concordia que, desde adentro, irradia hacia afuera. Dios fue Quien la creó, a nosotros nos toca honrarla, como reza el Cuarto Mandamiento, como honramos a nuestro padre y a nuestra madre.
El amor al pasado no es un recurso nostálgico ni una forma de escapismo. Es fermento activo de supervivencia y conservación de lo permanente a través de lo contingente. En toda organización que quiera restaurar a lo hondo la comunidad nacional, la presencia de la oposición es indispensable, pero su fin es concurrir por sus medios a la consecución de la concordia, fuente necesaria del Bien Común. Ello obliga a la mayoría a escuchar la voz de la minoría y a recibirla con respeto. Dejémonos, pues, de hablar tanto de democracia, factor de desunión nacional y universal.
Hablemos de sociedad libre y edifiquémosla, cueste lo que cueste. A través de la legalidad reencontrada, vayamos hacia la legitimidad. La desigualdad no es un mal. Bien entendida, es un dato creado y, por consiguiente, un medio indispensable para el bien social y el bien individual. Es vertical, es decir, factor de variedad en la unión. La igualdad es una endogamia sin otra salida fuera de la esterilidad. Es horizontal, o sea, factor de desmembramiento al tiempo que de masificación.
El mundo en que vivimos no es un mundo "neo-pagano": los paganos tienen dioses, por falsos que sean, nuestro mundo, que se limita a adorar al dinero, no es ni pagano ni neo-pagano. Es ateo. Razón por la cual el rostro de tantos de nuestros contemporáneos que han hecho su religión de la materia, exuda envidia, odio y temor. Los fuertes batallones se han pasado al servicio de la Revolución, es decir, del partido del Anticristo. Mucha angustia sí para el que cree, pero fe absoluta en la victoria de Dios Todopoderoso.
Nosotros, los ancianos, hemos hecho lo nuestro, mal por lo visto. Pese a todo, algo hemos salvado. Que los jóvenes de buena voluntad lo recojan y hagan lo suyo, si tienen sangre y alma para ello. Y, siempre, repetiremos con nuestra vieja liturgia las palabras de la eterna esperanza:
Fitque sanguis Christi merum
Et si sensus déficit
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides sufficit...
"Hablando de democracia"
Buenos Aires
Moenia, 1983
Publicado por Memoria. Año III, Nº 14
4 comentarios:
Querido Cruzamante.
Qué suerte has tenido en tenerlo como suegro! Ya te he dicho alguna vez que esto te lo envidiaba.
¿Se puede decir mejor que así?:
"No existe nada peor que el comunismo, salvo la condena eterna, y el método mejor para combatir esta peste ..."
No lo creo.
Hoy que la historia se repite es acertadísmo volver a Falcionelli.
Además, desde el estilo que tenía para escribir, hay que decir que fue insuperable.
Un abrazo en Xto.
Gracias mil de mi parte y del resto de sus hijos.
En Xto,
www.argentinidad.org.ar
Esteban Falcionelli
Otrosí:
Y gracias mil Cruzamante.
En Xto, como siempre,
No hay porque darlas, Esteban.
Recordarlo y honrar su memoria es un grato deber.
Tiene razón el Carlista, he sido muy afortunado, pues en él encontré un segundo padre, y en su hija un tesoro.
A ambos un fuerte abrazo en Xto. Rey
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