del Santoral del P. Juan Croisset, S.J.
San Vicente de Zaragoza, Diácono y Mártir
ue San Vicente uno de los más ilustres mártires de la Iglesia en España, en quien se hizo más visible cuánto puede la gracia de Jesucristo. Nació en Huesca, según la opinión general, de una de las más distinguidas casas del país. Su padre Eutiquio era natural de Zaragoza, y su madre Enola había nacido en Huesca, en donde residían habitualmente. Desde niño le entregaron sus padres á la dirección de Valerio, obispo de Zaragoza, que le educó en toda piedad, haciéndole instruir así en los misterios como en los deberes de la religión, sin olvidar el estudio de las letras humanas. En poco tiempo aprovechó mucho Vicente; y viendo el santo prelado los progresos que hacía en todo, le ordenó de diácono de su iglesia, encargándole el ministerio de la predicación, que no podía ejercitar el santo obispo por razón de su avanzada edad. Le ejerció Vicente con dignidad y con feliz resultado; porque, predicando tanto con obras como con la palabra, no sólo enseñaba y fortalecía á los fieles, sino que también convertía á la fe á buen número de gentiles.
Hacia el fin del año 303, principio de la persecución que los emperadores Diocleciano y Maximiano movieron en España, queriendo Daciano, gobernador de la provincia de Tarragona, á cuya jurisdicción pertenecían Zaragoza y Valencia, demostrar su celo y actividad en que fuesen obedecidos los decretos de los emperadores, mandó prender á Valerio y á Vicente, dando orden para que fuesen conducidos á Valencia cargados de cadenas, con la esperanza de que se desalentarían con las fatigas y con los malos tratamientos que había encargado se les hiciesen en el camino, y le adquirirían la gloria de haber vencido á los dos mayores héroes cristianos que se conocían á la sazón en la nación española. Pero quedó no poco admirado cuando los vio en su presencia tan frescos y tan robustos como si nada hubieran padecido, á pesar de las diligencias que se habían hecho para matarlos de hambre en tan prolijo y tan penoso viaje.
*******
ació, á fines del siglo VI, en la Persia, región occidental del Asia. Educado, como era natural, en la religión de su patria, el sabeísmo, ó sea la idolatría sidérea, y en la magia, aprendió, siendo niño, de su padre las artes mágicas. Antes de su conversión á la religión de Jesucristo, se llamaba Magúndat. Mozo ya, se alistó en el ejército de su nación, casi en constante guerra con los estados vecinos, sirviendo en el arma de caballería.Hacia el año 610, Sain ó Sathin, exarca, esto es, prefecto ó teniente general del ejército de los persas, hizo una expedición al Occidente; llegó con sus tropas, saqueándolo todo, hasta Calcedonia, y la sitió por algún tiempo. Formaba parte de este ejército el persa Magúndat.Precisado Sain á volver al Oriente, porque Filípico conducía el ejército de Heraclio, emperador del Oriente, hacia la Persia, regresó á su patria Magúndat y se separó del servicio militar, y por algún tiempo vivió en compañía de un artífice platero.
Cuando oyó el nombre de Cristo de los cautivos cristianos, comenzó á convertirse á la religión de éstos, abandonando en seguida la Persia en busca de gentes que le enseñaran la doctrina del Crucificado. Se dirigió á Calcedonia y á Hierápolis, y después á Jerusalén. Estando en esta ciudad en el año 614, en ocasión en que fue tomada por Cosroes II, rey de la Persia, como viese llevar con gran veneración cautiva á Ctesifon, lugar de aquella nación, la Santa Cruz que nos libró del cautiverio del pecado, yendo con ella multitud de cristianos prisioneros, después de tomada Jerusalén, quiso saber Magúndat, ignorante aún de nuestra religión, qué motivo tenían los cristianos para estimar tanto dos maderos cruzados que habían servido para ajusticiar á un hombre.
******
Para leer las biografías completas de ambos Santos Mártires haga click sobre cualquiera de las imágenes.
0 comentarios:
Publicar un comentario